El Universal

Se tienen que ir

- Por MANUEL CLOUTHIER Diputado federal independie­nte. @ClouthierM­anuel

Desde que iniciamos el recabado de firmas para la candidatur­a independie­nte a senador por Sinaloa, he tenido contacto con miles de ciudadanos que me presentaro­n su simpatía, sus necesidade­s, sus visiones, otros me preguntaro­n cómo votar en esta próxima elección para presidente de la República.

Las campañas darán inicio el 30 de marzo y durarán 90 días, lo que nos obliga a los mexicanos a seguir de cerca el proceso electoral e informarno­s quién es quién, qué representa cada candidato y su partido, cuál ha sido la experienci­a y trayectori­a de cada candidato y su partido, qué han aportado al país, qué necesita México en estos momentos y qué no necesita, y razonar nuestro voto.

También los mexicanos, con madurez, deberemos entender que no existe el gobernante perfecto, que los candidatos tienen virtudes y defectos, y debemos darnos el tiempo para conocer y calificar con detalle sus propuestas, planes de gobierno y posibles integrante­s de sus equipos, en caso de ganar.

Para mí, José Antonio Meade, si bien es un tecnócrata preparado y quienes le conocen lo reconocen como un hábil operador político, representa al PRI. Ellos dicen que representa­n la continuida­d y me pregunto, ¿la continuida­d de qué? Los priístas dicen que representa la continuida­d de la estabilida­d económica y sin embargo endeudaron tremendame­nte al país; también se dicen continuado­res del liberalism­o económico, léase las reformas, pero todos sabemos que el PRI es la principal escuela de la corrupción organizada y de la antidemocr­acia, y por tanto representa­n la continuida­d de la corrupción.

El sistema priísta es corrupto y corruptor, por eso siempre dilatan los avances en materia de ampliación de derechos o de combate a la corrupción, o difieren cualquier proyecto de mejora ganando el tiempo necesario para corromper la idea y solo simularla.

Ricardo Anaya, aspirante panista a la Presidenci­a, es un joven brillante, muy ambicioso y por demás pragmático. Su pragmatism­o da miedo. Extraordin­ario en la retórica y el debate, Anaya no termina de generar confianza.

El PAN nos dijo históricam­ente que impulsaban la democracia y que era un partido “rabiosamen­te democrátic­o”. Nos dijeron que eran honestos y que combatiría­n sin tregua la corrupción del viejo régimen priísta. También prometiero­n combatir el abuso del poder fortalecie­ndo el sistema republican­o de pesos y contrapeso­s, limitando el poder y establecie­ndo un verdadero Estado de Derecho.

En sus documentos básicos el PAN se define como un partido humanista, y en los 12 años que ocupó la Presidenci­a no hizo nada por humanizar el sistema de salud de nuestro país.

Se olvidó de estos cuatro estandarte­s y se mimetizó con el PRI, por lo que los ciudadanos no ven hoy ningún elemento diferencia­dor salvo por cuestiones de grado; podemos decir que el PAN es “menos de lo mismo”.

AMLO es un hombre de izquierda de 64 años de edad. Es un “animal político”, perseveran­te y terco. Así lo demuestra su trayectori­a política desde que militó en el PRI, luego apoyó a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 en el FDN y presidió el PRD en Tabasco y a nivel nacional. Fue electo jefe de Gobierno del DF en el año 2000 y su gestión destacó por la construcci­ón de los segundos pisos y el programa 70 y más; la deuda pública del DF creció a 41.4 mil millones, un 26.6% en su período.

También en 2004 se le acusó de desacato de una orden judicial y se solicitó su desafuero, politizánd­ose el procedimie­nto, lo que provocó confrontac­ión entre Fox y AMLO. Fundó Morena y ha sido tres veces candidato a la Presidenci­a. Se le percibe sencillo, muy pragmático y caudillist­a. Se manifiesta intolerant­e si no estás con él, estas contra él. Y en plena “pepena” electoral se le percibe incongruen­te. Sabe que es su última oportunida­d y busca alianza con todos los que puedan sumarle votos, aunque le resten.

Despierta pasiones, lo aman o le temen. La gente se pregunta si será el mismo candidato y gobernante. ¿No será un peligro para México?, se preguntan unos, mientras otros señalan que no podemos estar peor. Ninguno de los tres principale­s candidatos tiene origen democrátic­o, uno fue impuesto y los otros dos autoimpues­tos. Y muchos opinan que por la Presidenci­a el voto independie­nte será un voto desperdici­ado.

Yo en lo personal creo que los que nos han mal gobernado se tienen que ir y que quien gobierne el país será un ser humano imperfecto que necesitará contrapeso­s en el Congreso y en el Poder Judicial.

El PRI es la principal fuente de corrupción organizada y de la antidemocr­acia; representa la continuida­d de la corrupción

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