Talento colombiano
Tuve suerte de volver saludar a Mark Rausch, un buen amigo colombiano al que no veía desde nuestro último encuentro en Madrid, unos cuatro años atrás.
En ese entonces, coincidimos en la penúltima edición de Millesime, considerado el evento socialité y gastronómico de la capital española, donde él participó con una exhibición de la propuesta culinaria desarrollada en mancuerna con Jorge, su hermano, la cual les ha dado enorme fama y reconocimiento en su natal Bogotá y el resto del mundo. ¿Quién no conoce por allá a los hermanos Mark y Jorge Rausch, y a Criterion, su muy cotizado restaurante?
Esta vez me tocó en suerte ser convidado a una cena en Estudio Millesime de la Ciudad de México, donde los protagonistas eran nada menos que el propio Mark y su hermano Jorge, invitados para compartir lo que mejor saben hacer, con socios y amigos de ese círculo privado de amantes de la cocina.
Qué gran sorpresa y privilegio probar sus creaciones donde el ñame, la yuca, el maíz, el banano verde, así como los vegetales, mariscos y el café tratados con destreza, gracias a un rigor técnico aprendido con tesón bajo la escuela europea, son convertidos en ingredientes estelares de una cocina con ese sello latinoamericano inconfundible.
El resultado fue una experiencia sensorial muy completa, digna de aplausos, en verdad.
Durante el coctel, con aperitivos de José Luis Estevan, encargado de la cocina del club anfitrión, saludé a muchos conocidos como Charles y Deby Beard; a Manuel Quintanero, creador de todo este movimiento —proyectos del lujo en la gastronomía—, quien voló desde Chile para acudir a esta cena; a Manu Quintanero Jr., al frente de la sede mexicana y a Rocío, su esposa; y a Eddy Warman, acompañado por Ivette Proal.
Ya en las mesas noté lo divertido que estaba el grupito de Gaby Rodríguez —compartiendo una botella de champagne rosada—, y varios amigos más como como Amílcar Olivares, Delphine Vázquez, Erik Seiersen y Raúl Peñafiel, así como a Javier Fernández de Angulo y Cha Solórzano, entre otros.
Me da gusto constatar la ascendente trayectoria de esta pareja de hermanos, que han puesto muy en alto la gastronomía contemporánea de su rico país, confirmando, una vez más, que las cocinas latinoamericanas responden a un legado cultural e histórico trascendental.