El Universal

De nada sirvió la invasión jarocha

Kuri llevó 20 camiones llenos de acarreados para alentar

- Édgar Luna Cruz / Enviado

Puebla.— Llegaron muy contentos, se fueron muy desilusion­ados. Hubo algo que podría considerar­se como una invasión jarocha en Puebla: cerca de 30 autobuses del puerto (20 los puso Fidel Kuri), llegaron al estadio Universita­rio de la BUAP con la esperanza de que el Tiburón apretara la lucha por el no descenso... Pero virtualmen­te el equipo no llegó y fue goleado 5-0.

Fuera de eso, todo fue algarabía camino a Puebla. La mitad de los autobuses fueron pagados por el dueño del equipo, Fidel Kuri, diputado priista por el distrito de Veracruz... “Gracias don Fidel”, decían los aficionado­s que llegaron sin poner un solo peso... “Bueno, yo sí pagué, a otros les salió el boleto a la mitad, los de 320 se los dejaron a 160”, confiesan los aficionado­s veracruzan­os, que al mismo estilo que los acarreados políticos se subieron al autobús y llegaron al acto...

En las inmediacio­nes todo era alegría, más allá de que se quejaban “porque no nos dejan pasar el lonche que nos dieron”, comentaban algunas personas que tuvieron que regresar al autobús a dejarlo, o comérselo en plena calle... La fiesta era de los rojos que cantaban el “Tibu no se va” en plena avenida poblana metiéndose entre los carros ante la impotencia de la policía que prefería darles libertad antes de entrar en conflicto.

Por ahí algunas discusione­s con elementos de la policía al momento de las revisiones, pero que no pasaron a más. Los aficionado­s jarochos llegaron con mucho ánimo, claro, en espera de algo muy distinto a lo que ocurrió en el partido que no debían perder.

Dentro del estadio, la zona sur de pintó de rojo, los veracruzan­os no dejaban de cantar hasta que cayó el tercer gol de Lobos, ahí se les acabó la pila... Se comenzaron a ir ante las burlas poblanas, alguno quiso regresar a pelear, pero en eso cayó el cuarto gol de los Lobos, por lo que prefirió entre al algarabía irse con la cabeza agachada.

A la salida de los autobuses de acarreados, o aficionado­s veracruzan­os, no se reportaron incidentes, con qué ganas, con qué cara después de lo que el conjunto local le hizo al equipo que fueron a ver, por el que viajaron, ya fuera por sus propios medios o con la ayuda de don Fidel Kuri. •

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La afición escuala llegó a Puebla con el ánimo en todo lo alto.

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