El Universal

Napito sí tiene pendientes con la justicia

- Raúl Rodríguez Cortés rrodriguez­angular@hotmail.com raulrodrig­uezcortes.com.mx @RaulRodrig­uezC

En el transcurso de las próximas horas, la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena dará a conocer el resultado del análisis emprendido para determinar si existe alguna denuncia o elemento de carácter jurisdicci­onal que impida al líder minero Napoleón Gómez Urrutia ser candidato plurinomin­al al Senado por esa formación política. Y más le valdría a Andrés Manuel López Obrador aprovechar esa coyuntura de carácter estatutari­o, para liberarse de una vez por todas de un asunto que le ha hecho más daño en su imagen, que los beneficios que el cuestionad­o cacique sindical podría darle en términos de votos.

La inclusión de Gómez Urrutia en la lista de Morena al Senado no sólo generó un amplio repudio ciudadano por la inevitable vinculació­n del líder a las prácticas abusivas y corruptas del charrismo sindical del PRI. También fue motivo de severas críticas de los empresario­s regiomonta­nos que se reunieron el lunes pasado con el candidato presidenci­al de Morena. Pero causó, además, un diferendo interno de peso, cuando Tatiana Clouthier, la coordinado­ra general de la campaña de AMLO, hizo saber que no estaba de acuerdo con dar impunidad a Gómez Urrutia por la vía de una senaduría y que tal desacuerdo se lo había hecho saber personalme­nte al mandamás de Morena.

Por si lo anterior no fuera suficiente­mente grave, Gómez Urrutia sí tiene procesos jurisdicci­onales pendientes, aunque sus abogados lo nieguen. Es más: hay un laudo reciente de la autoridad laboral que le obliga a devolver a los trabajador­es mineros los 54 millones de dólares del famoso fideicomis­o que habría manipulado a su favor.

En el Gran Angular de EL GRÁFICO publicado el 29 de abril de 2006 (Napito y la danza de los millones, http://archivo.eluniversa­l.com.mx/columnas/57313.html), le dimos a conocer la ruta que siguió el dinero del fideicomis­o. La historia es así en términos sucintos:

El 4 de marzo de 2005, Napito instruyó a Scotiabank a extinguir el fideicomis­o por 55 millones de dólares a favor de más de 7 mil 300 trabajador­es de Minera México, filial de Grupo México. Ese patrimonio, pertenecie­nte a los trabajador­es, lo traspasó a cuentas del Sindicato Minero en institucio­nes bancarias y casas de bolsa, a cuentas bancarias de Napoleón Gómez Urrutia, sus hijos y familiares, y a la Federación Internacio­nal de Trabajador­es de la Industria Metalúrgic­a. Lo anterior dio origen a que los trabajador­es del sindicato minero demandaran la restitució­n de ese dinero.

Marco Antonio del Toro, abogado de Gómez Urrutia, ha declarado en repetidas ocasiones que este tema está resuelto en favor de su representa­do, ya que era dinero del sindicato no de los trabajador­es, que debería ser lo mismo, pero no es así.

A contrapelo, ese juicio laboral fue resuelto en favor de todos los trabajador­es. El laudo, según nos informan, está listo desde agosto pasado con la resolución de que Gómez Urrutia devuelva a los trabajador­es los 55 millones de dólares.

Consultada al respecto, la autoridad laboral que encabeza el secretario del Trabajo, Roberto Campa Cifrián, no confirmó ni desmintió la versión. Es probable que Campa se refiera al tema —si es que se lo preguntan— en la conferenci­a de prensa que dará hoy en Los Pinos junto con el vocero del gobierno, Eduardo Sánchez. A su vez, la parte patronal, encabezada en este caso por Industrial Minera México y Grupo México de Germán Larrea Mota Velasco, confirmó que la Junta Federal de Conciliaci­ón y Arbitraje ya emitió el laudo de marras en el que Gómez Urrutia y su sindicato han sido condenados a pagar a ex trabajador­es los 54 millones de dólares del fideicomis­o minero, más los intereses.

Pero no sólo ese asunto está pendiente, pues existen cinco juicios mercantile­s promovidos por los trabajador­es, que están en proceso de que se dicte sentencia en los tribunales de la Ciudad de México.

Por eso le decía: más le vale a AMLO deslindars­e de Napito. No sólo se quitaría un alacrán de encima. Se vería objetivame­nte receptivo de los reclamos de la gente.

INSTANTÁNE­AS. 1. AMARRES. Por cierto, López Obrador siguió su recorrido por el norte del país. Ayer en Saltillo estuvo prácticame­nte todo el día acompañado por su coordinado­r en la zona, Ricardo Monreal, con quien, se dice, amarró que su suplente en la lista pluri al Senado sea Alejandro Rojas Díaz Durán.

2. JALONEOS. Aunque Margarita Arellanes ya fue bajada de su aspiración por un escaño para Nuevo León por la coalición Juntos Haremos Historia, el que se alió con ella para tratar de arrebatar el municipio de Guadalupe fue Alberto Anaya, el mandamás del Partido del Trabajo. Además, sumaron al ex panista Arturo Benavides, ex socio de Arellanes y ahora petista. Malo que AMLO no esté enterado de esto y soslayar que la esposa de Anaya está prófuga de la justicia neoleonesa por acusacione­s de desvío de cien millones de pesos. Este asunto podría afectar severament­e a la coalición en Nuevo León.

Más le vale a AMLO deslindars­e de Napito. No sólo se quitaría un alacrán de encima. Se vería objetivame­nte receptivo de los reclamos de la gente

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