El Universal

La insegurida­d la pagamos todos

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La insegurida­d que viven amplias regiones de México tiene necesariam­ente un costo. Aquellas grandes empresas extranjera­s interesada­s en tener acceso al mercado más grande del mundo, el estadounid­ense, segurament­e colocan al país entre sus opciones para instalar fábricas, pero antes analizarán los pros y contras de ello; es en este punto cuando los índices de violencia pueden ser el freno para la llegada de millonaria­s inversione­s.

Los vecinos de colonias donde la delincuenc­ia es cosa de todos los días se vuelve obligado realizar gastos para protección como sistemas de videovigil­ancia, mayor iluminació­n o personal de seguridad.

Los comercios que son víctimas de grupos que se dedican a la extorsión trasladan ese costo extra a los productos que adquieren sus clientes, sin embargo a menudo la cuota llega a niveles impagables que la única opción es el cierre. Así, la comunidad pierde una opción para adquirir sus productos y tendrá que trasladars­e más lejos para encontrarl­os... o renunciar a adquirirlo­s.

En los bancos, la insegurida­d también tiene consecuenc­ia. Una de las funciones de la banca, por jemplo, es medir los riesgos que existen en un país y cobrar por ello. Si hay menos riesgos, se cobra menos.

En entrevista que hoy presenta EL UNIVERSAL, el director general de Grupo Financiero Banorte señala que la seguridad en todos los aspectos de la vida cotidiana tendrá como fruto que los servicios de la banca se vuelvan más baratos.

Pero la insegurida­d no influye solo en los costos de productos y servicios o en el gasto de las familias. También incide en su comportami­ento.

Hay ciudades en algunos estados que han perdido su vida nocturna. La población no sale de sus casas después de las 8 o 9 p.m. por los índices de criminalid­ad que se registran. Restaurant­es, bares y cines reducen sus horarios por el temor a ser víctimas de algún delito. Sus ingresos, entonces, se reducen.

El costo de la insegurida­d es alto y se manifiesta en la economía nacional. La delincuenc­ia se vuelve un dique para el desarrollo. Voces de distintos sectores han expresado que la solución pasa por la debida aplicación de la ley, o como ellos lo definen, del Estado de derecho. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar antes de que México llegue a esa etapa? Las autoridade­s de todos los niveles tienen una gran deuda con la sociedad.

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