Peña en modo intervención y Krauze en modo Vargas Llosa
No sorprende que el gobierno grabe a personas, pero hoy sabemos con certeza que lo hace con sonido y a todo color cuando entran a sus instalaciones.
Fuimos testigos involuntarios de cómo mueven las cámaras de un lado a otro, hacen acercamientos y alejamientos, para después utilizar el video según los fines que a la administración convenga. Por ejemplo, en contra de un candidato de oposición.
La Procuraduría General de la República declaró que dio a conocer la imagen y el audio de Ricardo Anaya en la SEIDO porque es de interés público.
Extraña manera de discernir el interés de la sociedad. No hemos visto ninguna difusión de cuando Emilio Lozoya y su abogado acudieron por el caso Odebrecht. Bueno, para acabar pronto, no hay información sobre esa investigación que el exprocurador Cervantes tanto cacareó haber dejado en su escritorio.
Y no hay avances ante las denuncias hechas por presuntos actos de corrupción de funcionarios federales en #LaEstafaMaestra, #OHL, #Ayotzinapa, #GobiernoEspía, #Socavón, etcétera.
Pero eso sí, el encargado de despacho de la PGR, Alberto Elías Beltrán, echó la carne al asador para intentar descarrilar al contendiente del Frente.
Ante las críticas de políticos, académicos, intelectuales, periodistas y sociedad en general, Elías salió a decir que de ninguna manera están trabajando en “algún contexto de orden electoral”. El titular de Segob, Alfonso Navarrete, dijo lo propio.
Lo de siempre en estos años: tras el señalamiento y el escándalo viene la declaración cínica.
Para saber si Anaya es culpable o no, sería necesario contar con una fiscalía autónoma y no con una PGR subordinada.
El uso de instituciones del Estado como brazos para desvío de recursos, persecuciones, chantajes, ocultamiento de información o filtraciones es peligroso y autoritario.
¿De qué es capaz Peña con tal de evitar que lleguen López Obrador o Anaya a la Presidencia de la República?
¿Qué sigue?
¿El Ejército?
RAZONES Y PASIONES: Tras las declaraciones de Mario Vargas Llosa en contra de Andrés Manuel, Enrique Krauze tuiteó: “Vargas Llosa denunció a la ‘dictadura perfecta’. Ahora advierte contra la vuelta del autoritarismo”.
¿La vuelta? ¿Se fue? ¿En serio? ¡Qué optimista! ¿Como cuántas acciones más de EPN se necesitan para catalogar su gestión de autoritaria? ¿O la dejamos en semiautoritaria?
Enrique Krauze, usted es un hombre inteligente. Y usted, a diferencia del Nobel peruano, conoce bien lo que sucede en el día a día en nuestro país.
Sabe de los índices internacionales de Estado de Derecho del World Justice Program y de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional. México sigue cayendo. Lo dicho: en el sexenio peñista ahora sí nos acercamos a Venezuela.
De AMLO preocupan muchas cosas, como sus alianzas confesionales y sindicales, pero decir que estaría “de vuelta” el autoritarismo o que sería un “retroceso”, como sentenció Vargas Llosa, es exculpar al gobierno actual de su deuda con la democracia, la seguridad y la justicia.
Ahí están los compañeros que esta semana develaron la placa de las 100 representaciones de la obra Privacidad y que fueron víctimas del malware gubernamental Pegasus. Ellos y ellas podrían platicarle muchas otras historias.
Para saber si Anaya es culpable o no, sería necesario contar con una fiscalía autónoma y no con una PGR subordinada