#MFW18 (I parte)
High On Fashion
Vengo en el avión de regreso a México. Fueron seis días mega intensos en Milán y estoy algo cansada (y eso que ahora no hice NY, Londres y París. Creo que ya estoy grande, ja ja ja). El clima no cooperó para nada. De los casi seis años que tengo cubriendo Fashion Week, sin duda alguna, esta temporada fue la más fría. Llegamos a menos dos grados y dos días nevó en la mañana. No les puedo contar lo pesado que es cubrir una semana de la moda. Se ve muy padre y glamoroso en redes sociales, pero la verdad es más complicado y complejo que eso. No con ganas de desanimarlos, pero de verdad es desgastante física y mentalmente, y si a eso le añadimos un clima poco ameno, la ecuación se complica un tanto.
De todas maneras, la pasamos bien. Eso no le quita la emoción que el cuerpo siente al asistir a una pasarela, al entrevistar a un diseñador que admiras o un makeup artist, al entrar libremente a backstage y ver a las modelos del momento... Por cierto, me encontré a la dupla Hadid en el #MACBackstage de Missoni, y de verdad siento que ni se quieren, ni se hablan, ni se soportan, ja ja ja. Aunque las vi después muy de la mano, de beso y abrazo en el cierre de la pasarela de Tommy. ¿Será que las agarré en un mal día?
Todo comenzó con el desfile de Fendi, que estuvo de impacto: tanto, que tuve que hacer una nota adicional. Las botas vaqueras robaron mi corazón. Sin embargo, hubo bastantes presentaciones de calzado, ¡claro estamos en Italia! Casadei, Jimmy Choo, Rene Caovilla, Giuseppe Zanotti, Gianvito Rossi... Si encuentro una constante es nuevamente la influencia del viejo oeste. ¡Se los dije desde hace tiempo! Las botas vaqueras van a tener un gran ‘come back’.
En el backstage de Antonio Marras me topé con uno de mis favoritos: el gran Tom Pecheux, famosísimo artista del maquillaje que, además de talentoso, es el más carismático y buena onda de todos. La marca de cosméticos MAC fue la encargada de patrocinar el maquillaje de esta pasarela (y de miles más siendo el principal patrocinador en NY, Londres, Milán y París) que estuvo inspirada en el rojo y el negro. Según me contó Tom tras bambalinas, cada artista podría interpretar este lineamiento como quiera, y por ello cada modelo tenía un maquillaje único. “Veo ya pocas tendencias en maquillaje hoy en día, lo que nos hace únicos es lo que importa”, me comentó Pecheux y así fue: de lo romántico a lo gentil, del carácter a la personalidad, cada uno se adaptó a la colección y a los lineamientos establecidos para entregar algo único, como la moda misma, en lienzos blancos que se transforman dependiendo de la cotidianidad.
Entre sorbos de café, pedazos de pizza y mucho burrata, fui de un show a otro, de un backstage al siguiente y de una presentación o fiesta, a la otra. ¡Pura intensidad y mucha moda! El próximo sábado les sigo contando de mis aventuras en Milán. Por lo pronto más que feliz de volver a mi soleado México.
Con cariño, Gina.