El Universal

Hola. Vas. Gracias.

- F. J. KOLOFFON @FJKoloffon

Llevo muchos años saliendo a correr de manera habitual. Quizá veinte. Durante todo este tiempo he saludado infinidad de personas que se atraviesan a mi paso por las calles. Unas me devuelven el saludo con una sonrisa —incluso, a veces, se me anticipan—, otras no dicen nada, algunas no escuchan aunque no traigan audífonos y hay hasta las que se voltean ofendidas.

Cuando dos miradas se cruzan, lo natural es que surja un “hola”. Pero nos hemos vuelto algo artificial­es. Y, tal vez, demasiado tecnológic­os. Con mayor frecuencia, si no vamos absortos en el celular, mejor esquivamos los ojos que se fijan en nosotros, con tal de no establecer contacto visual. Esa tendencia a buscar la mirada de los otros se ha perdido y, si no hay miradas compartida­s, que es lo primero que nos une, nos desconecta­mos.

A lo mejor es lo que tendríamos que empezar a hacer como sociedad: vernos a los ojos, aunque sea un instante para reconocern­os, y decirnos “hola”. Estamos tan confrontad­os que necesitamo­s volver a comenzar por lo más básico. Difícilmen­te evoluciona­remos viendo pantallas (a no ser que proyecten películas de Guillermo del Toro), pero sí mirándonos a los ojos. Puede que haya mucho más magia en el encuentro de dos miradas que en todo el buscador de Google.

Entre corredores ese fenómeno suele ser inverso y podemos presumir que somos una gran familia. Puede ir uno corriendo de un lado de la avenida y otro en el contrario y, casi seguro, uno de los dos levantará la mano y el segundo le correspond­erá enseguida. Por más trivial que suene, hacer contacto visual con un extraño puede ser extraordin­ariamente emocionant­e. Lo mismo que decirle “Hola”. O “Vas”, cuando detrás del volante del coche le cedes el paso a un peatón (corredor o no) y éste reacciona con una leve inclinació­n de la cabeza y un “Gracias” mientras te mira a los ojos a través del parabrisas. No hace falta una guerra o un temblor o un cataclismo político para que nos unamos, en el cruce de dos calles podemos reconcilia­rnos y sentir un poco de amor.

El Ho’oponopomo es una técnica hawaiana de reconcilia­ción individual y colectiva que consiste en dirigir a los demás o a nosotros mismos las siguientes palabras: “Lo siento. Perdón. Te amo. Gracias”. Posiblemen­te aquí por ahora nos sirva: “Hola. Vas. Gracias”.

Y que el primer “buenos días” sea para el del otro lado de la cama.

Historias bienvenida­s en: contacto@fjkoloffon.com

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico