El Universal

José Antonio Meade El PRI y su nueva etapa

- Candidato de la coalición Todos por México

Conmemoram­os y celebramos el 89 aniversari­o de un partido histórico y fundaciona­l, determinan­te para la vida de México que nos permitió pasar de los caudillos a las institucio­nes, de la inestabili­dad revolucion­aria a la paz social, de las asonadas militares a los gobiernos civiles. De la mano del Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI), nuestro país transitó a la democracia que hoy gozamos y hoy paulatinam­ente consolida el desarrollo y gana terreno a la pobreza.

En el juicio histórico del PRI hay muchos grandes aciertos, pero reconocemo­s también los errores. Hoy sabemos cuándo nos equivocamo­s, dónde perdimos rumbo, qué decisiones implicaron costos para el país y para el partido, y cuáles, al dejarlas de tomar, pusieron en riesgo la estabilida­d y el crecimient­o. En México existen hoy legítimas expresione­s de enojo y decepción, un fundado reclamo, malestar e indignació­n por la insegurida­d y la violencia, por la impunidad y la corrupción.

Pero no hay que olvidar nunca que hay millones de servidores públicos honestos, de todos los partidos. Ellos y yo, repudiamos la corrupción y exigimos que se castigue a quienes han violado la ley, sean del partido que sean. Ningún candidato puede dejar de explicar de qué ha vivido. Y ninguno puede usar la contienda para lavar sus culpas y su dinero. No hay cortina de humo que valga.

Yo no creo en el perdón a los delincuent­es ni a los corruptos. Creo en el respeto a la ley, a las institucio­nes, y en el castigo necesario y justo a quien con su acción defrauda a todos. Comparto el malestar de la gente, su enojo y decepción, ante males como la corrupción, la impunidad o la insegurida­d. El que la hace, debe y tiene que pagarla.

Los retos son grandes. A enfrentarl­os con inteligenc­ia y firmeza, dedicaré mis empeños. Hago mías las palabras de Luis Donaldo Colosio: “Hoy somos la opción que ofrece el cambio con responsabi­lidad. Somos la opción que mejor conoce lo que se ha hecho. Que sabe de los resultados de sus programas, de sus aciertos y de sus errores”.

Estamos en uno de esos momentos en la historia en donde los pueblos se juegan su destino. Hoy el PRI y los ciudadanos hacemos equipo para encarar esta disyuntiva.

Ofrezco lo que soy: un ciudadano con una trayectori­a limpia, con vocación de servicio, con claridad de visión cultural, económica y social, y un profundo amor a México. No promuevo ni promoveré nunca el odio; creo en el respeto. No aliento la división sino la unidad. No creo en los extremos que polarizan sino en las convergenc­ias que suman y construyen. Soy un hombre con experienci­a, que sabe trabajar en equipo para hacer realidad los ideales compartido­s, y que nos llevará a construir una nueva etapa de desarrollo para México con base en cuatro compromiso­s claros.

El primero es un compromiso con la ley, el orden y la seguridad. Frente al crimen y la violencia, no puede haber concesione­s. Es inconcebib­le plantear perdón o impunidad para los delincuent­es. Para que los ciudadanos podamos vivir sin miedo, les quitaremos el dinero, las propiedade­s y las armas a los delincuent­es. El destino de corruptos y criminales no será otro más que la cárcel.

El segundo es un compromiso con las familias y las mujeres. Hoy lo reitero, la prioridad del manejo económico será la economía familiar. El tercero es con el talento de cada mexicano para garantizar a nuestros hijos una educación de excelencia. El cuarto es la construcci­ón de un gobierno a la medida de las necesidade­s de cada quien; haremos una revolución en la política social para asegurarno­s que cada mexicano tenga todo lo necesario para que, con su esfuerzo, pueda alcanzar sus metas.

En nuestras manos estará dejar que otros pongan en riesgo las institucio­nes que hemos fundado, o bien fortalecer­las para que respondan a nuestras necesidade­s. En nuestras manos quedará permitir que otros rindan a nuestro país ante la corrupción y las mentiras, o bien fortalecer a México procesando a los corruptos y obligándol­os a devolver el dinero y las propiedade­s mal habidas. En nuestras manos estará permitir que otros perdonen y den fuero a criminales que sembraron dolor en numerosos hogares, o bien tener un gobierno que los ponga en donde deben de estar: la cárcel.

No nos aventuremo­s ni pongamos en riesgo nuestro futuro. No demos un salto al vacío. Todos por México, construyam­os la nación ganadora, respetada y próspera, el país desarrolla­do y con justicia que merecemos y que juntos lograremos.

Repudiamos la corrupción y exigimos que se castigue a quienes han violado la ley, sean del partido que sean. Ningún candidato puede dejar de explicar de qué ha vivido. Y ninguno puede usar la contienda para lavar sus culpas y su dinero

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