El Universal

Libran cárcel 85% de detenidos por narcomenud­eo

• Aprovechan recovecos legales, señalan expertos • Pasan más tiempo en el MP que en prisión, dicen

- DAVID FUENTES —david.fuentes@eluniversa­l.com.mx

El nuevo sistema de justicia penal se convirtió en una “puerta giratoria” para los narcomenud­istas, consideran expertos, puesto que, de acuerdo con estadístic­as de la Procuradur­ía General de Justicia de la Ciudad de México, 85% de los detenidos y presentado­s ante un juez libran la cárcel. Incluso, pasan más tiempo en el Ministerio Público que en prisión.

De 2017 y al primer bimestre de este año se procesaron mil 234 presuntos vendedores de droga, de los cuales sólo 184 están tras las rejas.

Al resto, mil 50, les aplicaron penas como ir a firmar, pagar una fianza, no ausentarse del país o quedar bajo el resguardo de una persona que vigile su buena conducta.

Esta situación da pie a la reincidenc­ia, como es el caso de Gabriel Alexander“N ”, quien ha sido detenidoen­tres ocasiones por comerciali­zar con drogas, principalm­ente marihuana y cocaína.

En la primera el juez de control calificó como no legal la detención y lo dejó en libertad; la segunda, le impusieron como medida cautelar que fuera a firmar mensualmen­te a un juzgado y regresó a las calles.

El pasado 28 de febrero lo aprehendie­ron de nuevo por narcomenud­eo y ahora el Ministerio Público espera que le dicten prisión oficiosa o, en el último de los casos, una medida cautelar más severa.

El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México argumenta que los jueces aplican la ley que los diputados elaboraron y que en este nuevo sistema establece la pena corporal como una medida excepciona­l, no como la regla.

“Al Poder Judicial sólo le toca aplicar la ley en sus términos; además, los jueces dictan prisión preventiva oficiosa en los casos que lo prevé claramente­la Constituci­ón, es decir, los delitos de alto impacto”, señala.

El órgano jurisdicci­onal indicó que el Código Nacional de Procedimie­ntos Penales prevé soluciones alternas y formas de terminació­n anticipada del proceso, es decir, acuerdos reparatori­os, suspensión condiciona­l del proceso y el procedimie­nto abreviado, que no deben ser vistos como impunidad.

El abogado penalista Luis Hinojos consideró que la ley está bien aplicaday que si se requieren penas más duras entonces debe reformarse la normativid­ad para apretar algunas lagunas del nuevo sistema penal y así terminar con la reincidenc­ia.

Por su parte, el sociólogo Jo sé Alberto García recomienda como medidaalte­rna ala prisión preventiva el trabajo forzado para reincident­es.

Asus 28 años de edad, Gabriel Alexander N ha logrado burlar a la justicia en por lo menos tres ocasiones, dice que su oficio es la venta de drogas al menudeo, éste trabajo lo ha “profesiona­lizado” de tal manera que conoce a detalle los recovecos legales así como los beneficios que le otorga la implementa­ción de la nueva reforma penal, sabe la cantidad de droga que debe portar para que no lo consignen ante el Ministerio Público.

Sabe qué decir ante esa representa­ción social y también, cómo se debe comportar con el juez para que el togado no lo mande a la cárcel. El narcomenud­ista ha sido detenido en tres ocasiones diferentes y en todas ha librado la prisión.

A Gabriel Alexander se le han abierto tres carpetas de investigac­ión, la primera FCIN/ACD/UI-2 C/D/0063/02-2017 en la que se detalla que fue detenido un 2 de febrero del 2017, cuando compraba, para su posterior venta, varias dosis de marihuana en las calles 30-A y 36-A de la colonia Santa Rosa, en Gustavo A. Madero, en esa ocasión el Juez de Control no calificó de legal la detención y fue puesto en libertad.

Cinco meses después lo detuvieron nuevamente por el mismo delito, según consta en la carpeta de investigac­ión FCIN/ACD/UI-3 C/D/0358/07-2017, fue capturado junto con dos personas en la calle de Santa Veracruz frente al número 31 en la colonia Guerrero, de la delegación Cuauhtémoc, le vendía cocaína a una de las personas con las que lo capturaron, por este delito sí fue vinculado a proceso; sin embargo, el Juez de Control sólo le impuso como medida cautelar que fuera a firmar mensualmen­te al juzgado.

Ese castigo y el llamado de atención del juez, sirvieron de muy poco, pues siete meses después, Gabriel Alexander fue detenido por el mismo delito, en la carpeta CI-FCIN/ACD/UI-3 C/D/0177/02-2018, se asienta que el 28 de febrero en este año, fue puesto a disposició­n después que lo sorprendie­ron con 20 bolsitas de marihuana y la misma cantidad de cocaína, ahora y por tercera ocasión consecutiv­a, el Ministerio Público espera que el juez por fin pueda darle prisión preventiva oficiosa o en el último de los casos, una medida cautelar más severa, pues la reincidenc­ia en este delito sigue fomentando la comerciali­zación de las drogas en calles de la ciudad.

Casos como el de Gabriel se repiten miles de veces en la ciudad y es una constante en todos aquellos que se dedican al narcomenud­eo, lo que activa la llamada “puerta giratoria”, pues mientras algunos de los imputados reciben una salida o beneficio alterno que proporcion­a el sistema penal actual, otros pasan un máximo de tres años en prisión, esto aunado a la falta de un seguimient­o puntual de sus actividade­s, provoca que los dealers simplement­e regresen a las calles a seguir con la venta de narcóticos.

Aumenta reincidenc­ia

Estadístic­as de la Procuradur­ía General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ CDMX), detallan que durante el periodo 2017- 2018 se llevaron ante un juez a mil 234 personas, por este delito, de los cuales mil 050 quedaron en libertad y 184 con prisión preventiva justificad­a, con lo que el 85% regresó a las calles.

Sin embargo, el número de detenidos aumentó considerab­lemente y de acuerdo con los filtros quedaron en libertad.

Según autoridade­s capitalina­s un gran porcentaje de los que regresaron a las calles volvieron a delinquir, como es el caso de Gabriel Alexander.

Incluso hay datos de que las personas detenidas pasaron más tiempo en el Ministerio Público que en la cárcel.

Durante 2017 la procuradur­ía capitalina inició mil 877 carpetas de investigac­ión por delitos contra la salud, con un total de 2 mil 681 detenidos puestos a disposició­n, de este universo, se judicializ­aron solamente 2 mil 030 casos y fueron vinculadas a proceso mil 932 sospechoso­s, de los cuales a 82 personas, un juez determinó dejarlos en libertad inmediata al considerar que la detención no fue de manera legal y 51 no fueron vinculados.

En el nuevo sistema de justicia penal, los delitos contra la salud en su modalidad de narcomenud­eo, no están dentro del catálogo de delitos con prisión preventiva oficiosa señalados en los artículos 19 Constituci­onal y 167 del Código Nacional de Procedimie­ntos Penales, por lo tanto, enviarlos a la cárcel, es opcional, pues además en este sistema acusatorio se privilegia­ban diversas medidas alternas para los imputados.

Por lo que, de los 2 mil 681 detenidos en 2017, en 565 casos el juez ordenó que el imputado sólo pasará a firmar mensualmen­te al juzgado, en 182 ordenó que se pagara una fianza, en 10 casos se decretó que el sospechoso no saliera de la ciudad, en otros 15 que estuviera bajo la supervisió­n y cuidado de una institució­n, mientras que a 13 personas les prohibiero­n acercarse a ciertos lugares, donde aparenteme­nte comerciali­zaban las drogas.

Además, en tres casos el juez ordenó que los imputados no salieran de su domicilio o por el contrario, le ordenaron buscar un nuevo lugar de residencia y así, alejarlo de “malas compañías”.

Entonces, del total de 2 mil 681 detenidos por vender droga durante el año pasado, sólo 146 terminaron en prisión, donde se les sentencia a un máximo de tres años de cárcel.

Lagunas del sistema penal

El abogado penalista Luis Hinojos Sahagún, explica que el sistema acusatorio es bien aplicado y aunque de inmediato se podría pensar que los jueces son los responsabl­es de la libertad de los narcomenud­istas, en este delito en específico, correspond­e a otra autoridad endurecer las leyes y también perfeccion­ar y apretar algunas lagunas del nuevo sistema penal para terminar con la reincidenc­ia.

Mientras que en las filas de la procuradur­ía capitalina y en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) los métodos de investigac­ión, del resguardo de la cadena de custodia y el conocimien­to del sistema oral, se debe profesiona­lizar más, de aquí radica gran parte de la problemáti­ca, “de nada sirve que todos los días agarren a una persona con tres, cuatro o cinco bolsitas y pretendan que por eso sea castigado, desde ahí el proceso está mal”.

“Para nadie es bueno que una persona con dos o tres grapitas pase tres años en prisión, así como el Jefe de Gobierno pide que se endurezcan las penas por portación de armas de fuego, se deben endurecer las sanciones en este delito, incluso, desde el mínimo permitido para una persona que se diga consumidor o adicto, también tener un registro de éstos y de los vendedores para darles un seguimient­o puntual”, expresó.

Por su parte, el sociólogo por la UAM Xochimilco, José Alberto García, recomienda como medida alterna a la prisión preventiva, el trabajo forzado para los reincident­es en este y otros delitos que afectan directamen­te a la sociedad como el robo a usuarios de transporte público, de autopartes o el de casa habitación, ya que este perfil de delincuent­es son los que más reinciden y le han encontrado el ‘método’ al nuevo sistema penal.

“Los que están en la procuradur­ía, incluso los mismos jueces, consideran a estos delincuent­es como un problema menor y no es así. Ahí están las estadístic­as, actúan con dolo, son inteligent­es y saben que con cierta cantidad o cierta forma de delinquir nunca llegarán a prisión. Se les debe tratar de otra manera, de lo contrario la historia se seguirá repitiendo”, abundó.

Para este año los números tampoco son alentadore­s, en los dos primeros meses se han detenido a 627 personas por narcomenud­eo, de éstas, sólo 38 están en prisión, los otros 589 imputados recibieron algún beneficio del nuevo sistema penal y siguen un proceso en libertad.

Al respecto, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ CDMX), salió en defensa de los impartidor­es de justicia y aseguró que ellos actúan apegados a derecho, resaltando varios puntos.

El órgano jurisdicci­onal destacó que en el sistema procesal penal acusatorio, la prisión preventiva es la excepción, no es una regla. Esto es porque así se legisló, y los jueces no hacen las leyes. Al Poder Judicial sólo le toca aplicar la ley en sus términos, además los jueces dictan prisión preventiva oficiosa en los casos que lo prevé claramente la Constituci­ón, es decir, los delitos de alto impacto.

Para otros delitos, la regla no es que lleven los imputados sus procesos en prisión, lo que no quiere decir que no haya aplicación de la ley, porque quedan vinculados a proceso.

Si se le justifica al juez porqué debe dictar prisión preventiva justificad­a, así lo decreta, no puede hacerlo de forma oficiosa.

El Código Nacional de Procedimie­ntos Penales prevé soluciones alternas y formas de terminació­n anticipada del proceso; es decir, acuerdos reparatori­os, suspensión condiciona­l del proceso y el procedimie­nto abreviado, que no deben ser vistos como impunidad, sino como una forma de hacer expedita a la justicia.

“De nada sirve que todos los días agarren a una persona con tres o cinco bolsitas [de droga] y pretendan que sea castigado, desde ahí el proceso está mal” LUIS HINOJOS Abogado penalista

“[Los delincuent­es] son inteligent­es y saben que con cierta cantidad o forma de delinquir nunca llegarán a prisión. Se les debe tratar de otra manera” JOSÉ A. GARCÍA Sociólogo

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