El Universal

“Todos tenemos derecho a una segunda oportunida­d”

• Adriana es una de las 107 mujeres recluidas en las prisiones del estado • está sentenciad­a a 47 años de prisión y dice ser inocente

- LEOBARDO PÉREZ Correspons­al —estados@eluniversa­l.com.mx

TABASCO

Villahermo­sa.—Adriana tiene 29 años y tres hijos, estudiaba ingeniería ambiental mientras trabajaba en Petróleos Mexicanos (Pemex). Sin embargo, dice, tomó malas decisiones y hoy es una de las 107 mujeres que viven privadas de su libertad en el reclusorio femenil de la entidad.

Adriana, acusada de secuestro, asegura que en cuatro años de encierro ha aprendido a valorar la vida, esa que pasa rápido y que a veces, afirma, no apreciamos. La mujer habla desde la biblioteca del Centro de Reinserció­n Social del Estado (Creset) mientras carga a su bebé, a quien pronto bautizará y llamará José.

Ahora es cuando extraña más a sus dos niñas, actualment­e cursan segundo y quinto año de primaria y viven con su abuela, quien se ha convertido en el motor y soporte familiar.

Adriana es una reclusa destacada porque no le dio miedo el taller de carpinterí­a y aprendió la técnica de zentangle, dibujar a mano en madera con plumones, pintura y pinceles.

Ahí conoció a su actual pareja, con quien decidió tener un hijo. Él ya está en libertad, pero no la ha dejado, todos los domingos la visita y vende parte del trabajo que Adriana elabora para ayudar a su familia y pagar los estudios de sus pequeñas.

La joven asegura que tuvo que llevar terapias con el sicólogo para aceptar su nueva realidad, puesto que no ha sido fácil dejar a sus hijas. Ella estudiaba en la Universida­d Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), pero, cuenta, se relacionó con malas compañías y aquella vida se acabó, ahora sólo piensa en aprender más oficios y ayudar a su familia.

Adriana pide una oportunida­d para ella y para su pareja. La vida le ha dado un vuelco y ante la esperanza de abandonar el Creset, se prepara para afrontarla. Llora, a veces ríe, se distrae de la plática mientras arrulla a su pequeño José, a quien ella misma le construyó una cuna de madera.

“Él estuvo aquí y es la muestra de que uno tiene reinserció­n, aprendió a hacer cosas de madera, unos trabajos que se llaman boleados, afuera le ha costado encontrar trabajo por ser ex recluso”, dice a EL UNIVERSAL.

Las compañeras de Adriana dicen que es un buen ejemplo y las autoridade­s penitencia­rias están sorprendid­as por su deseo de aprender.

“Todos tenemos derecho a una segunda oportunida­d y creo que todos nos la debemos de dar independie­ntemente si estamos afuera o adentro, todos tenemos el derecho a cambiar y aquí sí hay una reinserció­n, hay talleres, hay manera de salir adelante y de ser diferentes”, refiere.

El director general de Prevención y Reinserció­n Social del Estado de Tabasco, Arturo Maldonado Pulgar, explica que actualment­e hay una población de 177 mujeres recluidas en las cárceles de Tabasco, de las cuales 107 están en el reclusorio estatal en Villahermo­sa. De ellas, 66 son procesadas del fueron común y 38 sentenciad­as.

La reinserció­n social se impulsa a tal nivel que en el Creset tienen una pastelería, biblioteca y cancha techada y las mujeres eligen qué hacer con su tiempo, algunas dan clases y otras tomar cursos sobre manualidad­es.

Dominga. Aquí también se elaboran pelucas para mujeres enfermas de cáncer y se han entregado más de 50. Son elaboradas con cabello natural por la internas, una de ellas es Dominga, acusada de secuestro desde hace tres años con cinco meses. Originaria del municipio de Jalpa de Méndez, se desempeñab­a como secretaria particular de la presidenta del DIF municipal de la pasada administra­ción. Su destino cambio al ser señalada como presunta secuestrad­ora y su madre, se convirtió en la madre de sus vástagos: una niña de 16 años y un pequeño de 13.

Hace ocho meses como parte de los programas de reinserció­n, 22 reclusas recibieron una capacitaci­ón para elaborar pelucas que serían entregadas a los hospitales del estado. Con el paso del tiempo, la mujer se convirtió en la encargada de este proyecto.

“El Señor me ha dado ese entendimie­nto y agilidad en mis manos y en la de cada una de mis compañeras.

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“Todos tenemos el derecho a cambiar. Aquí sí hay una reinserció­n y talleres” ADRIANA Reclusa

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 ??  ?? Adriana conoció en el taller de carpinterí­a a su actual pareja, con quien decidió tener un hijo, al que quiere bautizar y llamar José Adrián, por su abuelo paterno. Ella quiere aprender lo más que pueda para que cuando salga de la prisión pueda hacer algo productivo.
Adriana conoció en el taller de carpinterí­a a su actual pareja, con quien decidió tener un hijo, al que quiere bautizar y llamar José Adrián, por su abuelo paterno. Ella quiere aprender lo más que pueda para que cuando salga de la prisión pueda hacer algo productivo.
 ??  ?? Dominga elabora pelucas para mujeres enfermas con cáncer. Está acusada de secuestro. Su mamá cuida a sus hija, de 16 años, y a su hijo, de 13.
Dominga elabora pelucas para mujeres enfermas con cáncer. Está acusada de secuestro. Su mamá cuida a sus hija, de 16 años, y a su hijo, de 13.
 ??  ?? Claudia, una de tres hermanas acusadas de fraude, elabora almohadas. Antes de ser detenida trabajaba como asesora de empresas.
Claudia, una de tres hermanas acusadas de fraude, elabora almohadas. Antes de ser detenida trabajaba como asesora de empresas.

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