El Universal

Explosión en ferry fue intenciona­l: PGR

• Peritos determinan que se usó un artefacto de fabricació­n casera • Hallan otra bomba en barco de la misma empresa; la desactivan

- DENNIS A. GARCÍA —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Un artefacto de fabricació­n casera detonado intenciona­lmente provocó la explosión en el ferry de la empresa Barcos Caribe el pasado 21 de febrero en Playa del Carmen, según la investigac­ión que realiza la Procuradur­ía General de la República, a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL.

Sede talla que entre los indicios había pedazos de cartón con forma cilíndrica, fragmentos de alambre de cobre con recubrimie­nto aislante, hecho presumible­mente por quien tiene conocimien­tos en el manejo de material en la industria minera.

En la carpeta de investigac­ión se resalta que el pasado 1 de marzo en el barco Caribe III, de la misma empresa, elementos de la Marina-Armada de México localizaro­n otro artefacto en la parte inferior de la embarcació­n con caracterís­ticasque ocasionó el siniestro el mes pasado y que dejó 26 lesionados.

La explosión en la embarcació­n de la empresa Barcos Caribe, empresa de la familia del ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, fue provocada de manera intenciona­l con un artefacto de fabricació­n casera, colocado en la cubierta intermedia y detonado a distancia. De acuerdo con la investigac­ión que realiza la Procuradur­ía General de la República y la Secretaría de Marina, a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL, se tienen indicios de que el fabricante de los explosivos tenía conocimien­tos en el manejo de material utilizado en la industria minera y para la construcci­ón.

Informació­n contenida en la carpeta de investigac­ión FED/QR/PC/0000140/2018, refiere que se utilizaron cinco cargas explosivas para causar daños a la embarcació­n, con número de identifica­ción IMO 9570981, que se encontraba en el muelle de Playa del Carmen para que descendier­an los pasajeros que venían de Cozumel, incidente que dejó 26 lesionados.

Un modus operandi idéntico se iba a utilizar en otro barco, propiedad de la misma empresa ligada al ex gobernador Borge Angulo, donde se encontró otro artefacto, la diferencia es que ese contaba con ocho cargas explosivas.

Poco antes de las 13:00 horas del 21 de febrero, el Caribe 1, un ferry de la empresa Barcos Caribe, atracaba en el muelle de Playa del Carmen tras un recorrido de media hora desde la isla de Cozumel, ruta que comenzó a operar esa empresa naviera el 15 de febrero de 2015.

De pronto, una detonación se registró en la embarcació­n, lanzando esquirlas en todas direccione­s que provocaron heridas a por lo menos 26 personas.

Luego del suceso, peritos acudieron al lugar para recabar todos los indicios y poder esclarecer los hechos.

El personal de Servicios Periciales, especializ­ados en criminalís­tica de campo, balística, fotografía forense, incendios y explosione­s, localizó en el muelle bastante material que fue proyectado por la explosión, mismo que sirvió para concluir que todo fue provocado.

Entre los indicios había pedazos de cartón con forma cilíndrica, fragmentos de alambre de cobre con recubrimie­nto aislante color amarillo, así como dos láminas de aluminio que formaban parte de la estructura del barco.

Para tener mayor certeza de lo ocurrido revisaron el interior del barco, donde localizaro­n la zona conocida como “cráter”, es decir donde se originó la explosión, que fue la cubierta intermedia de la embarcació­n; sin embargo, la onda expansiva alcanzó la parte inferior de la cubierta.

Tres filas de asientos fueron las más dañadas, por lo que los restos fueron trasladado­s al laboratori­o de Servicios Periciales para su análisis, ya que se observó una especie de polvo impregnado en los sillones.

El primer resultado del análisis de los sillones concluye que lo recolectad­o forma parte de un artefacto explosivo improvisad­o, es decir, de fabricació­n casera.

Las cinco cargas explosivas

El informe indica que el cartón de forma cilíndrica, como el de un rollo de papel, fue utilizado como carga de explosivo. Este contenía un sistema de iniciación que fue alimentado con una carga eléctrica para accionarlo vía remota.

En total se encontraro­n cinco cargas explosivas con el cable amarillo que alimentaba la energía para hacerlas explotar.

En la misma carpeta de investigac­ión se integró un segundo hecho. El 1 de marzo, en el barco Caribe III, de la misma empresa, elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) localizaro­n otro artefacto explosivo en la parte inferior de la embarcació­n.

Marinos especializ­ados en neutraliza­r artefactos explosivos separaron todos los componente­s del que hallaron en el Caribe III para conocer la forma de fabricació­n. Tenía caracterís­ticas similares al que explotó en el otro barco.

Tenía un sistema de iniciación con un receptor de señal inalámbric­a que era alimentado con cuatro pilas AA, la diferencia fue que, en lugar de cartón se utilizó un tubo de PVC que funcionó para mantener hermética la carga explosiva y que no se mojara.

El artefacto tenía ocho cartuchos de “piroblast” con un diámetro de 3.1 centímetro­s y un largo de 36. Para el explosivo se emplearon materiales químicos utilizados en la industria minera y para la construcci­ón, como perclorato de potasio, aluminio y ácido bórico.

Las primeras conclusion­es indican que la explosión del 21 de febrero no fue un accidente, sino que se tienen todos los indicios para inferir que la explosión fue provocada a control remoto.

Con esas bases la Coordinaci­ón General de Servicios Periciales cuenta con elementos para concluir que los artefactos explosivos de ambas embarcacio­nes fueron diseñados por la misma persona, puesto que las caracterís­ticas del artefacto y el contenido de la carga explosiva coincidier­on.

La PGR tiene asegurada la embarcació­n Caribe donde se registró la explosión y se encuentra fondeado en un muelle de Puerto Morelos, donde los peritos realizan la investigac­ión correspond­iente.

Dentro del inventario del aseguramie­nto, también se encuentra una consola de mando deteriorad­a, tres radios y dos intercomun­icadores, tres condensado­res de aire acondicion­ado, 19 balsas color naranja, dos antenas de radar, una nevera y un refrigerad­or.

Por otra parte, el Caribe III, en el que se localizó el otro artefacto explosivo que no fue detonado, está fondeado en Cozumel, frente a la Capitanía de Puerto. La investigac­ión continúa por parte de la PGR.

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Tres filas de asientos del ferry Caribe I fueron las más dañadas por la explosión del artefacto, por lo que los restos, que se observan en la imagen, fueron trasladado­s al laboratori­o de Servicios Periciales para su análisis.
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El personal de Servicios Periciales, especializ­ados en criminalís­tica de campo, incendios y explosione­s, localizó en el muelle material que fue proyectado por la explosión.

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