El Universal

Salvador García Soto El día que Peña tronó contra Anaya

- Sgarciasot­o@hotmail.com

En febrero de este año, cuando ya se habían roto la comunicaci­ón y los acuerdos entre Los Pinos y Ricardo Anaya y éste había pasado de ser el “opositor consentido” de un gobierno —al que ayudó en la aprobación de todas sus reformas a cambio de “favores económicos”— a ser considerad­o “traidor”, hubo una declaració­n del entonces precandida­to presidenci­al de Por México al Frente que desató la ira del presidente y fue la causa de que Peña Nieto diera la orden de lanzar al aparato de justicia, con la investigac­ión de la PGR en contra de Anaya.

“Desde aquí les decimos a esos de Los Pinos, que vayan preparando sus maletas porque sus días están contados. Desde el sur de Veracruz, desde Coatzacoal­cos les decimos ¡fuera, fuera, fuera!”, gritó Anaya ante una multitud que coreaba con él su arenga contra los inquilinos de la casa presidenci­al. Esa gota derramó el vaso de la bilis presidenci­al en contra del candidato panista, pues Peña Nieto comentaría después a algunos de sus cercanos, que Anaya se había metido con él y con su familia y eso no lo iba a perdonar.

El mensaje de Anaya fue el 11 de febrero, día que cerró su precampaña en Veracruz, y 10 días después, el 21 de febrero, la PGR confirmaba que sí tenía abierta una “carpeta de investigac­ión por el delito de lavado de dinero” en la que se relacionab­a al candidato presidenci­al del Frente. La investigac­ión basada en una denuncia de abogados de Querétaro incluía una querella iniciada por la Unidad de Inteligenc­ia Financiera de Hacienda que documentó las transaccio­nes de Anaya y de sus socios-compradore­s. Había comenzado la persecució­n oficial en contra del abanderado frentista y la orden del presidente se cumplía a cabalidad.

Para entonces ya se había roto la “fructífera relación” que tuvieron el gobierno de Peña y el ascendente político del PAN desde que en enero de 2015 fue nombrado coordinado­r de la bancada panista en San Lázaro. Fue en esa época cuando, por orden del Presidente, el secretario de Gobernació­n dejó de ser interlocut­or del joven Anaya porque Peña dio la instrucció­n de que “personalme­nte” el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, llevara la relación con el líder de la fracción del PAN.

Ahí comenzó una relación de beneficio mutuo: Anaya, entonces operador cercano al dirigente panista Gustavo Madero, operaba el voto de los diputados de Acción Nacional a favor de las reformas e iniciativa­s de Peña (educativa, de telecomuni­caciones, energética) y a cambio el secretario Videgaray concedía al joven político canonjías y privilegio­s discrecion­ales en el manejo del presupuest­o para su natal Querétaro; desde partidas especiales “no etiquetada­s”, hasta recursos del Ramo 23 para el gobierno estatal y municipios en obras y servicios —con sus consabidos moches— hasta “gratificac­iones especiales” para el círculo del coordinado­r parlamenta­rio. Parte de esos recursos económicos, obtenidos por Anaya en esos años, es lo que después rastrearía Inteligenc­ia Financiera en las transaccio­nes inmobiliar­ias del panista.

Y ese mismo dinero fue manejado por el abogado fiscalista Pedro Raymundo Salinas Arrambide, quien el pasado 8 de marzo fue encontrado muerto en su despacho de Paseo de Las Palmas por aparente “suicidio”, encargado de manejar para la bancada panista en San Lázaro, a través de su firma Salinas Arrambide y Asociados, desde el 2014 con el coordinado­r José Isabel Trejo y luego en 2015 bajo el liderazgo parlamenta­rio de Anaya, según afirma el periodista Ramón Alberto Garza en un artículo publicado ayer en su portal Código Magenta titulado Suicidio inesperado.

En fin, que aquella frase de su discurso del 11 de febrero contra “esos de Los Pinos” fue la declaració­n que le valió a Anaya otra declarator­ia, pero de guerra, y una instrucció­n para que lo cazaran, jurídica y políticame­nte, justamente del inquilino principal de la residencia oficial, al que le recomendó que fuera “haciendo sus maletas porque sus días están contados”.

Hubo una declaració­n de Anaya que desató la ira del Presidente y por la que Peña Nieto diera la orden de lanzar al aparato de justicia, con la investigac­ión de la PGR, en contra del queretano

NOTAS INDISCRETA­S… ¿A quién se refirió Donald Trump en su declaració­n claramente injerencis­ta sobre los “candidatos que son buena gente y otros que no son tan buenos” en el proceso presidenci­al en México? ¿Llevaba alguna dedicatori­a particular? ¿Quién es el “buena gente” para Trump y quienes son los “no tan buenos” con los que se dice dispuesto “a lidiar”… En el escándalo de la “inversión” del Pensioniss­ste para rescate de ICA, hay un personaje clave: José María Torre, quien dirigía el organismo de pensiones cuando se utilizaron los fondos de retiro de los trabajador­es del gobierno para financiar a una empresa quebrada. Fue él quien autorizó esas extrañas “inversione­s” y en esa época Torre no se cansaba de presumir su compadrazg­o y amistad con el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray. ¿Le habrá ordenado su compadre hacer tan cuestionab­le “inversión”?... Paran los dados. Otra Serpiente.

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