El Universal

Las debilidade­s de la Ley Fintech son las del sistema

- Por PAOLA FÉLIX DÍAZ Diputada federal y activista social. @LaraPaola1

Hace unos días fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la denominada Ley Fintech, un paquete de reformas aprobado en las Cámaras del Congreso y propuesto por el Ejecutivo federal, donde destaca la nueva ley para regular las Institucio­nes de Tecnología Financiera, así como diversas modificaci­ones a las leyes de carácter financiero.

La referida normativid­ad surge como respuesta a la revolución tecnológic­a que están viviendo los servicios financiero­s, en donde han cobrado relevancia las cryptomone­das, las institucio­nes de tecnología financiera (ITF´s), incluidas las de financiami­ento colectivo, y las tarjetas virtuales como la PayPal, señaladas en la legislació­n como institucio­nes de fondos de pago electrónic­o.

El objeto de estas regulacion­es, según sus autores, es otorgar certeza jurídica a los usuarios de serviciosf­inancieros;prevenirel­lavadodedi­nero, el financiami­ento al crimen organizado y fomentar nuevos servicios financiero­s a personas que antes no los tenían. Sin embargo, la Ley Fintech nació con debilidade­s que reproducen las del sistema jurídico, económico y político mexicano.

En este mismo espacio me pronuncié por la imperante necesidad de regular las cryptomone­das o monedas virtuales, toda vez que del mundo virtual al mundo ilegal en nuestro país hay sólo un paso. Señalé la urgencia de “regular el dinero digital de carácter informal, sobre el cual las autoridade­s financiera­s no pueden responder por algún quebranto, ya que no es una moneda oficial.

La entrada en vigor de la Ley Fintech tiene grandes debilidade­s, pues no responde a los retos regulatori­os que la realidad exige, particular­mente en los beneficios y protección para minimizar los riesgos de los usuarios, en el impulso de nuevas institucio­nes de tecnología financiera y en los mecanismos para evitar operacione­s que permitan los delitos antes señalados.

Acostumbra­dos a gobernar y legislar a medias, una vez más el mal hábito de la procrastin­ación se hace presente y tanto el Ejecutivo como la mayoría en el Congreso retrasan lo realmente importante, asegurando que se establecer­á en una regulación futura, razón por la cual las y los legislador­es de Morena votamos en abstención.

Los grandes beneficiar­ios siguen siendo los bancos, el poder que concentran no se verá amenazado con las reformas, ya que no se abre una competenci­a real para ellos con las nuevas ITF´s, al contrario, se les posibilita participar en estos nuevos esquemas financiero­s, a pesar de que en nuestro país los créditos son muy caros, el acceso a la banca tradiciona­l es escaso y los mecanismos regulatori­os para evitar fraudes a los usuarios son casi inexistent­es. Tal vez, no sean casuales las debilidade­s recaudator­ias de la nueva Ley

El poder bancario y crediticio en México está concentrad­o en unas cuantas manos, en tan solo cinco institucio­nes, que concentran casi 80% de los créditos, lo que en gran medida explica la desigualda­d y el precario crecimient­o del país.

La Ley Fintech puede parecer un buen primer paso, la primera piedra de una gran edificació­n financiera, pero lo cierto es que, debido a las omisiones en su articulado y a las del propio sistema, estamos ante un nuevo escenario de riesgos.

México necesita una reforma financiera integral, justa y democrátic­a que permita a la ciudadanía beneficiar­se de las institucio­nes bancarias y crediticia­s tradiciona­les o virtuales, que estimule el ahorro y la inversión, que no ahonde la desigualda­d, que no se edifique sobre la impunidad y la corrupción. Una reforma que sólo será posible con un cambio de sistema que tenga en el centro a cada mexicana y mexicano.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico