El Universal

A cuatro años de la reforma energética

- Presidente del Comité Técnico de Energía del IMEF Email: barrerae@sabadellca­pital.mx

Acuatro años de la promulgaci­ón de la reforma energética, cabe preguntars­e si ha sido beneficios­a para México o estábamos mejor antes.

De acuerdo con los análisis al interior del IMEF, sin duda alguna dicha reforma ha sido benéfica para el país. Recordemos que veníamos de 75 años de monopolios estatales donde sólo CFE y Pemex tenían el mandato constituci­onal de atender en exclusiva toda la cadena de valor de las industrias eléctrica y de hidrocarbu­ros, respectiva­mente. Por ello, lo conseguido en estos cuatro años es loable. Abrir los mercados energético­s mexicanos a la participac­ión privada es una labor titánica que debió haber tomado muchos años y se logró en un periodo muy corto para lanzar la reforma energética en diciembre de 2013. de que le transfiere­n tecnología de punta para posicionar­se mejor en el mercado y anticipar muchos años de evolución y desarrollo. generen valor a los mexicanos; sus únicos y principale­s accionista­s. En el caso de Pemex, se le ha obligado a enfocar sus esfuerzos en los negocios rentables como es la actividad upstream y concretar alianzas con la inversión privada para todas esas actividade­s donde no hemos sido eficientes y donde se pierde mucho dinero, como en la actividad de refinación y petroquími­ca.

Y si bien, todo esto ha sido positivo para México, ¿dónde nos hemos quedado cortos? En el traspaso de estos grandes beneficios a los consumidor­es finales, así como en lograr una derrama económica en las ciudades donde se está teniendo toda esta actividad energética.

Para el IMEF, uno de los beneficios tangibles se tendrá que observar en el precio de la electricid­ad, la cual deberá bajar por cuestiones de oferta y demanda y no por temas políticos. De igual forma, aprovechan­do la disminució­n en los costos de generación, se deberá reflejar este beneficio en tarifas más competitiv­as que permitan el desarrollo del sector industrial y comercial, así como una tarifa residencia­l más baja que permita mejorar el gasto familiar y la canasta básica, todo ello a favor de la inflación.

Asimismo, queremos ver los grandes beneficios de la liberaliza­ción del mercado de combustibl­es. Esperamos ver un precio de gasolina y diésel que sea competitiv­o a nivel internacio­nal y que nos permita conocer con detalle y transparen­cia los costos de producción, importació­n, almacenami­ento, refinación y transporta­ción para saber que estamos pagando un precio justo.

En conclusión, la reforma ha sido un parteaguas en nuestra historia energética que generará beneficios importante­s para México, pero debemos ser pacientes para ver los resultados en los consumidor­es finales. Cabe mencionar que el 26 de abril, el IMEF profundiza­rá en el tema en su foro anual de Energía. Informes en www.imef.org.mx.

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