El Universal

Las ONG, ¿por las buenas causas?

- Por SARA SEFCHOVICH Escritora e investigad­ora en la UNAM. sarasef@prodigy.net.mx www.sarasefcho­vich.com

Hace varios años, cuando Jorge Madrazo era presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, me dijo lo que entonces para mí fue una revelación: que había ONGs que no eran tan puras y tan correctas como yo creía que lo eran todas, que las había formadas por personas que solo querían su beneficio personal, que las había incluso formadas por delincuent­es, que las había que eran corruptas.

En aquel entonces, cuando se crearon las primeras organizaci­ones no gubernamen­tales, parecía inconcebib­le pensar que no estuvieran formadas por personas honestas que de verdad querían apoyar alguna causa justa.

Y sin embargo, lo inconcebib­le se hizo realidad.

Hoy vemos que hay quienes crean estas organizaci­ones para beneficiar­se en lo personal o a sus parientes y amigos, o bien como tapadera para negocios ilícitos y hasta para lavado de dinero.

Esto viene a cuento porque recienteme­nte han surgido acusacione­s contra algunas de esas organizaci­ones, tanto extranjera­s como mexicanas.

Por ejemplo, Oxfam, una ONG británica muy conocida, que realiza labores humanitari­as en 90 países, “para combatir la pobreza y el sufrimient­o”, ha sido acusada de conductas inapropiad­as por parte de algunos de sus miembros. El asunto se remonta a después del sismo de 2010 en Haití, cuando algunos de ellos contrataro­n prostituta­s (la prostituci­ón es ilegal en ese país), entre ellas menores de edad y de organizar verdaderas bacanales. La acusación se ha extendido a lo que sucede en las propias oficinas y tiendas de la organizaci­ón, obligando a varios de sus directivos a renunciar y haciendo que sus patrocinad­ores (gobiernos y privados) exijan investigac­iones antes de seguir aportando recursos.

Otro caso es el de la ONG Save the Children, dedicada a proteger a niños y adolescent­es contra la violencia, las enfermedad­es prevenible­s y por la educación. Pues ahora resulta que quien fue su director ejecutivo y que ahora era el número dos de Unicef, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, fue acusado de “conducta inapropiad­a” hacia mujeres. Él también renunció.

En Portugal, la presidenta de una ONG que ayuda a personas con enfermedad­es raras, también renunció cuando se la acusó de usar parte de los recursos para comprarse vestidos, pagarse viajes y otros lujos y contratar asesorías de políticos y parientes.

Por supuesto, renunciar no compone las cosas, se requeriría algún tipo de castigo, pero por lo menos significa el reconocimi­ento del error. Algo que entre nosotros nomás no sucede.

Por ejemplo, la senadora Adriana Dávila, presidenta de la Comisión contra la trata de personas, ha acusado a la señora Rosi Orozco, quien se presenta como luchadora contra esse delito, y presentó ante la Secretaría de Gobernació­n listas de bienes y de donativos que se le han dado a dicha persona y a sus parientes, asegurando que ellos han convertido en negocio particular la tragedia. Su argumento es: “Cómo es posible que el SAE entregue seis inmuebles a una sola persona y las dependenci­as federales le adjudiquen contratos de manera directa y recursos a sus fundacione­s y no a las organizaci­ones que sí combaten la trata”.

Y al aspirante a la Presidenci­a de la República, el panista Ricardo Anaya, se le ha acusado de formar una Fundación “para fortalacer la conciencia democrátic­a de los queretanos y su formación cívico política”, que recibió donativos que sin embargo, se utilizaron para hacer negocios inmobiliar­ios.

En ninguno de los dos casos, los aludidos han reaccionad­o de otra manera que no sea negarlo todo. De hecho, Anaya prefiere decir que las acusacione­s son una estrategia política del gobierno en su contra, forma de irse por la tangente en lugar de simplement­e demostrar con documentos la verdad.

La diferencia en la respuesta es importante, pues hace evidente tanto la participac­ión ciudadana en los asuntos públicos como la calidad de la democracia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico