Cordón umbilical puede salvar vidas
• Banco de células cuenta con más de mil 700 unidades para atender, entre otros, la leucemia
El banco de células troncales, que provienen de la sangre placentaria del cordón umbilical, de la Secretaría de Salud (Ssa) cuenta con más de mil 700 unidades genéticas con fines de trasplante, principalmente para pacientes que padecen de leucemia, linfomas y enfermedades hematológicas.
El banco forma parte del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea (CNTS) y desde hace casi 15 años se encarga de la recolección de sangre placentaria en instituciones de salud públicas y privadas.
Julieta Rojo Medina, directora general del CNTS, explicó que desde su fundación en 2003, ha proporcionado unidades de células troncales para realizar 370 trasplantes en instituciones, como el Instituto Nacional de Pediatría, el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, así como a otras unidades hospitalarias de México y el extranjero.
Detalló que la recolección del cordón umbilical se realiza bajo estrictos estándares de calidad, por lo que no todas las interesadas pueden ser candidatas a donación, debido a que se deben cumplir una serie de requisitos, como gozar de buena salud. Tampoco debe tomar medicamentos y debe de ser mayor de 18 años de edad y menores de 40 años.
Rojo Medina indicó que es importante que el embarazo no haya sido inducido por métodos artificiales como hormonas y que el bebé nazca con todos los parámetros normales.“Queremos que sea un cordón sano para dárselo a un niño enfermo, sin riesgos”.
Por ello, la unidad recolectora de células madre pasa a una segunda etapa de evaluación para descartar que esté libre de hepatitis B y C, VIH Sida, sífilis, enfermedad de Chagas, brucella y otros virus.
Si cumplen con todos los requerimientos de calidad pasan a la siguiente fase, donde es verificado el número de células troncales que contiene y no debe ser menos de dos millones.
Como último paso, las células se envían a una zona llamada cultivo clonogénico, para verificar si son capaces de reproducirse.
Rojo Medina detalló que las unidades de sangre placentaria se entregan a solicitud de médicos especialistas de instituciones acreditadas para trasplante, primordialmente a niños con enfermedades hematológicas, linfomas o leucemias.
El kit de recolección se entrega de manera gratuita después de las pláticas informativas que ofrecen los días miércoles y sábados, junto con su instructivo para la recolección del cordón umbilical sangre placentaria. La unidad se debe devolver al CNTS en las primeras 24 horas después del alumbramiento, a una temperatura normal.
En la última semana, Michoacán ha estado literalmente en llamas. Bandas de matones, supuestamente vinculados a una banda criminal local conocida como Los Viagras, han bloqueado carreteras con vehículos incendiados en diversos municipios del estado (Parácuaro, Múgica, Uruapan). No menos de 22 camiones fueron destruidos en los bloqueos, así como tres agencias automotrices y una tienda de autoservicio.
Según las autoridades estatales, el ataque de Los Viagras fue una reacción a la detención de Jordy Villa, sobrino de Nemesio Oseguera, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El procurador general del estado, José Martín Godoy Castro, afirmó que las quemas y bloqueos eran “reacciones de este grupo para tratar de distraer la atención y obstaculizar el avance de las fuerzas estatales y federales”. El gobernador Silvano Aureoles se pronunció en el mismo sentido: “Desde que iniciamos esta administración determinamos que habría cero tolerancia con todas aquellas personas que laceran el bienestar y el desarrollo de la entidad. No vamos a bajar la guardia, al contrario, vamos a reforzar nuestro actuar.”
Pues tal vez, la tolerancia sea cero, pero los bandidos no parecen darse por enterados. Dos años después de que Aureoles proclamó el fin de las autodefensas, el estado sigue desfigurado por grupos criminales. Además de Los Viagras, opera una banda conocida como Los H3 (o Tercera Hermandad) y vinculada a uno de los principales líderes de las autodefensas, Luis Antonio Torres, alias Simón, el Americano. En la región de Lázaro Cárdenas, funciona un grupo que se hace denominar La Nueva Familia Michoacana, formado por ex integrantes de Los Caballeros Templarios.
El resultado ha sido una violencia sin freno. En 2017, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, fueron asesinadas 1492 personas en Michoacán. Ese número de víctimas es 50% mayor al registrado en el estado durante 2014, en pleno conflicto entre los Templarios y las autodefensas.
La situación actual es la herencia envenenada de la intervención federal de 2014. Los Viagras fueron un aliado clave de las fuerzas federales en la campaña para derrotar a Los Caballeros Templarios. Recibieron armas y equipo de las autoridades. Se incorporaron a la llamada Fuerza Rural, creada a partir del movimiento de autodefensas.
Las fuerzas armadas y la Policía Federal compartieron inteligencia con ellos. Se sentaron y llegaron a acuerdos con Alfredo Castillo, el comisionado federal en Michoacán durante la intervención. Todo eso, vale la pena recordar, sucedió con el pleno conocimiento de que
Los Viagras eran delincuentes que habían trabajado para los Templarios durante varios años.
Y esto lo reconoce el propio gobernador Aureoles. En una reunión reciente con diplomáticos acreditados en México, afirmó lo siguiente: “También pasaron cosas como empoderar a delincuentes, se usó a delincuentes para combatir a los otros, creo que fue exitosa la medida porque se pudo desarticular, pero los otros se quedaron empoderados y ahora son un dolor de cabeza, por lo menos un grupo de estos, los autodenominados
Viagras”.
Menudo éxito. Y menudo dolor de cabeza.
La pacificación de Michoacán está todavía muy lejos. Los Templarios
ya no gobiernan el estado, pero las autoridades tampoco. Los grupos armados irregulares ya no se llaman a sí mismos autodefensas, pero siguen ahí, desafiando abiertamente al gobierno en cualquier oportunidad disponible. Y la violencia envuelve al estado, como hace una década, como hace un lustro.
Este es el cuento de acabar. nunca