Estoy lista para la siguiente batalla
Es probable que seamos 4 los candidatos a la Presidencia de la República. Enfrentaré como candidata independiente a tres hombres que comparten una forma de hacer política: el priísta por conveniencia (Meade), el priísta por hábitos (Anaya) y el priísta por nacimiento (López Obrador). Y haré una campaña que ofrecerá a México valor y valores.
Yo he afirmado, y lo sostengo con hechos ante quien sea, que he llegado a la boleta limpiamente gracias al apoyo de los ciudadanos libres. Y no ha sido nada fácil. Este camino empezó hace casi 3 años, en junio de 2015, cuando anuncié que buscaría la Presidencia. Ahí me empezaron a decir que no iba a lograrlo y que me rindiera. Más que congraciarme con la cúpula de un partido —que era imposible porque a nadie voltean a ver—, decidí trabajar de la mano de los ciudadanos. Desde entonces recorrí todo el país más de 4 veces. Visité cada rincón escuchando a miles y miles de personas, conociendo sus preocupaciones. Quien se pregunte cómo llegué a la boleta no quiso poner atención a lo que hice desde 2015: estar cerca de la gente.
Al ir creciendo en las encuestas, me dijeron que no iba a llegar lejos porque no tenía propuestas. Yo ya llevaba organizados varios foros para conocer la visión de los expertos en política pública del país y reuní a un equipo honesto, con experiencia y visión ciudadana. Mientras algunos ofrecen ocurrencias, mi equipo y yo escribimos Es la Hora de México, que lleva desde septiembre en las librerías, y que detalla la mejor propuesta de política pública, y la más viable y creíble, de todos los candidatos.
Cuando pedí la oportunidad de competir dentro del PAN me fueron cerrando las puertas y se dedicaron a excluir y amenazar a los panistas que me apoyaban. Entonces me dediqué a buscar hombres y mujeres —la mayoría jóvenes— para formar libremente un proyecto ciudadano. Pusimos en marcha jornadas de servicio y capacitaciones en cada entidad. Hicimos todo sin dinero público, sin estructura partidista y sin spots. Quien diga que ese equipo sirve a otros intereses no sabe lo que es tener cerca a jóvenes que hacen política con alegría y por convicción.
Cuando decidí buscar la candidatura independiente, dijeron que nunca juntaríamos las firmas. Pero no estábamos empezando. Nos organizamos, superamos barreras tecnológicas; y sin dinero público ni spots, salimos a las calles y los lugares públicos. Le pedimos al INE que abriera sus oficinas para que los ciudadanos pudieran firmar ahí y así reforzar la confianza pero se negaron. Se fue logrando un conmovedor esfuerzo de voluntarios y brigadistas que salieron a todas partes a pedir firmas. No había día que no se subieran a las redes imágenes de la recolección de firmas. Fernanda Caso, representante ante el INE fue a todas las sesiones del Consejo, sin voz y sin voto pero siempre ahí. Ella organizó a voluntarios que fueron al INE a revisar cada firma no validada en las audiencias. Si se veía una irregularidad, cancelábamos al auxiliar. Lo hacíamos porque una vez registrado un auxiliar, el candidat@ perdía el control sobre la comunicación entre el INE y quien subía firmas. Además no era fácil capturar la firma, un ejemplo: el auxiliar tenía que cotejar más de 22 números y 7 letras, además del nombre. Fue un trabajo victorioso que no tengo cómo agradecerlo. Logramos juntar las firmas.
Hoy, las mismas voces de siempre cuestionan la integridad de las firmas, porque en sus mentes la única fuente del triunfo en política es la trampa. Pero esto no es una cuestión de creencias o de filias y fobias: las dudas sobre cada firma deben ser resueltas por la autoridad electoral.
Los ataques comenzaron y son del tamaño de la preocupación de mis rivales. Estoy consciente del reto y de lo que viene. No ha habido prueba sencilla y he tenido que superar los muros de intolerancia y discriminación que me han puesto enfrente. Sé que México está dispuesto a enfrentar sus retos, que somos un país de valientes que quiere honestidad en el gobierno y en la vida pública. Estaré en la boleta y estoy lista para la siguiente batalla.