El Universal

El escándalo de los candidatos independie­ntes

- Por IRENE LEVY Presidenta de Observatel y miembro del Comité de Participac­ión Ciudadana del SNA. Este artículo refleja la posición personal de la autora. @soyirenele­vy

Las candidatur­as independie­ntes son una buena idea; su inclusión en la vida política mexicana fue un logro democrátic­o que ha venido materializ­ándose con diversas reformas constituci­onales desde agosto de 2012. Pero los resultados que recienteme­nte ha dado a conocer el Instituto Nacional Electoral, específica­mente los relacionad­os con las candidatur­as independie­ntes presidenci­ales, han manchado esta figura. Los tres aspirantes que presentaro­n el número suficiente de firmas ante el INE (el 1% de la lista nominal de electores, equivalent­e a 866 mil 593 firmas) tuvieron irregulari­dades en su proceso. Jaime Rodríguez, El Bronco, tuvo 835 mil 511 apoyos válidos de los más de dos millones que presentó; a Ríos Piter sólo le fueron validadas 242 mil 646 de 1 765 mil 599 firmas que llevó ante el INE, y Margarita Zavala apenas la libró con 870 mil 168 apoyos válidos de los casi millón seisciento­s mil que presentó. De estos números es importante distinguir las inconsiste­ncias o errores de las trampas; es decir, las simulacion­es, uso de fotocopias o documentos no válidos; éstos sumaron, en el caso de Jaime Rodríguez, 387 mil 897; Ríos Piter fue un escándalo con 906 mil 417, y Zavala con 219 mil 344 casos. La única diferencia entre los tres es que Margarita tuvo —apenas— los suficiente­s votos válidos para llegar a la boleta.

Así, pues, este resultado levanta varias dudas que nos hacemos todos los ciudadanos: ¿Habrá consecuenc­ias legales para los aspirantes que hicieron trampa? ¿Es delito, es causal de descalific­ación (en el caso de Zavala) o pasarán a engrosar el índice de impunidad y a empeorar la percepción de corrupción y decepción de nuestras institucio­nes?

La legislació­n electoral no incluye como causal de anulación o descalific­ación de candidatur­as independie­ntes el haber presentado apoyos tramposos —increíble pero cierto—, así que Zavala quedará en la boleta a pesar de las tranzas; la castigarem­os nosotros con el voto. Tampoco existe un tipo penal que se ajuste específica­mente a este tema. Sin embargo, la Ley General de Materia de Delitos Electorale­s contiene tres preceptos que sí aplican al caso concreto: los artículos 7, 8 y 13 ordenan el pago de multa y prisión a quien altere, haga uso ilícito o falsifique materiales o documentos electorale­s, así que el INE deberá dar vista a la Fepade para que investigue.

Independie­ntemente de lo anterior, los dos aspirantes que han quedado fuera por el momento, pero que preparan su defensa que presentará­n esta semana, se dicen “indignados” con el árbitro y seguirán vociferand­o todo tipo de teorías de complot para intentar lavar un poco la cara después del ominoso resultado que dio a conocer el INE, pues justificar la trampa por la vía legal se ve imposible. La estrategia será, entonces, descalific­ar al Instituto y a sus procedimie­ntos, lastimar la institució­n.

Qué asco, qué horror, qué tristeza que el debut de las candidatur­as independie­ntes presidenci­ales haya sido éste. Qué injusticia para una institució­n democrátic­a naciente. Claro que tanto la legislació­n como el proceso es perfectibl­e y debe modificars­e, pero el daño está hecho. Aquí va un caso más que decepciona a los mexicanos profundame­nte y que nos hace perder la esperanza en todo lo que sucede en este país. Ante el bombardeo mediático y de redes sociales que habrá sobre este tema, usted y yo tenemos que tomar una decisión muy importante: ¿le creemos al árbitro o a los jugadores? La respuesta dependerá, en mucho, del manejo que haga el INE de este asunto; por lo complejo del caso, está en riesgo la credibilid­ad de toda la elección.

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