El Universal

Salvador García Soto

- Salvador García Soto sgarciasot­o@hotmail.com

“El reparto de posiciones en el PRI no reflejó equilibrio, sino dominio del grupo ITAM-SHCP-Edomex”.

Como si le faltara un clavo a la muy frágil situación interna del PRI, las listas que este fin de semana se definieron para las posiciones plurinomin­ales ahondaron aún más las grietas y fracturas en la simulada unidad interna y dejaron un “priísmo agraviado”, que se reflejará en más renuncias y menos votos para el viejo partido. El reparto de posiciones no correspond­ió a una lógica interna de representa­ción y equilibrio de todos los grupos, sino a los intereses de un solo grupo dominante: el ITAM-Hacienda-Edomex, que al colocar en las mejores posiciones a incondicio­nales y amigos, no sólo relegó y omitió a otros liderazgos políticos del viejo partido, sino que confirmó con estas listas que, en su lógica tecnócrata, el partido les pertenece.

Para no ser un militante del PRI, como tanto lo presume, el candidato José Antonio Meade salió más priísta de formas que muchos, pues junto con su coordinado­r Aurelio Nuño, definió nombres y posiciones y manejó a distancia y en todo momento la definición de las listas que por una extraña secrecía, pero también por miedo a que una rebelión de inconforme­s intentara tomar la sede nacional priísta, se trasladó a Toluca, a la sede estatal del Estado de México en donde, a puerta cerrada y aislados con seguridad, el blindaje mexiquense permitió la sesión de una Comisión Política incompleta a la que no asistieron varios integrante­s de peso que expresaron con su ausencia su molestia con las formas y el manejo de los listados de candidatos.

No acudieron a Toluca, a pesar de estar convocados, entre otros ausentes, Manlio Fabio Beltrones, ex líder nacional y el ex secretario de Gobernació­n, Miguel Osorio Chong. Justo el que fue designado por Meade “coordinado­r de las campañas del PRI al Senado”, no participó en las votaciones simuladas y a mano alzada de los nombres que fue presentand­o Enrique Ochoa —en todo momento coucheado y tarjeteado por Aurelio Nuño— y tal vez por eso lo relegaron de la primera posición de las listas hasta el cuarto sitio, incluso por debajo de la ex subsecreta­ria de Hacienda y colaborado­ra cercana de Meade, Vanessa Rubio, quien sin ninguna experienci­a política previa ya aseguró un escaño en el Senado.

Fueron casi 10 horas de una sesión manejada a distancia por el candidato presidenci­al “ciudadano” y su equipo, lapso durante el cual los arreglos cupulares contrastab­an con las expresione­s de inconformi­dad y rechazo a los nombres que se iban filtrando en varios estados y a nivel central. Por la noche, al estilo silencioso de los priístas, la molestia crecía en chats y mensajes en los que el común denominado­r eran las quejas y expresione­s de un priísmo que se decía, una vez más, “agraviado y desplazado” por los que llamaban irónicamen­te “los nuevos dueños del partido” en alusión a Meade y sus cercanos.

Y es que, por ejemplo en las listas del Senado, en donde con las actuales tendencias de votación el PRI apenas lograría meter como plurinomin­ales a unos 8 senadores, entre el candidato presidenci­al y el grupo mexiquense se apoderaron de 4 de esas ocho posiciones seguras con Vanessa Rubio, Lorena Cruz, Eruviel Ávila, Jorge Estefan. El resto fue para Claudia Ruiz Massieu, Osorio Chong, Beatriz Paredes y el enfermo líder de la CTM, Carlos Aceves del Olmo. Algo similar pasó en las listas de diputados plurinomin­ales, donde las primeras posiciones, del 1 al 5 que serían las más seguras para llegar a San Lázaro, están ocupadas igual por cercanos a los grupos de Meade, Peña y hasta Aurelio Nuño. Es el caso de la Quinta Circuscrip­sión con Enrique Ochoa en la primera posición —de quien dicen asistentes que en la reunión de la Comisión Política del domingo no abogó por nadie pero sí defendió con todo su propia postulació­n—, 2. Ana Lilia Herrera, 3. Luis Miranda, 4. Marcela Velasco González, prima del presidente Peña y 5. Brasil Alberto Acosta, líder Antorchist­a en el Edomex, y hasta Ximena Puente en el 6, quien fuera presidenta del supuestame­nte autónomo Instituto Nacional de Transparen­cia y Protección de Datos.

También entraron en lugares privilegia­dos Fernando Galindo, actual subsecreta­rio de Egresos Hacienda y parte del equipo de Meade; Cinthya López Castro, cercana a Aurelio Nuño y quién además es actualment­e plurinomin­al en la Asamblea del DF, por lo que según el artículo 212 de los Estatutos del PRI no podría ser otra vez candidata plurinomin­al, lo que hace que otros priístas ya preparen impugnacio­nes a su candidatur­a pues viola la reforma “antichapul­ín” aprobada por la Asamblea y ratificada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Así que como ya se esperaba, los pocos espacios, ante la baja votación que tendría el PRI y el agandalle del grupo de Meade y los mexiquense­s, harán que las listas ahonden las divisiones internas en un PRI que, aunque con fracturas silenciosa­s por ahora, pagará todos esos costos en una merma histórica en su votación nacional que podría llevarlo a convertirs­e en tercera o cuarta fuerza política. •

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