Damnificados piden cuentas por apoyos
• Protestantes exigen a las autoridades aclarar dónde quedaron los 12 mdp que fueron donados • Amenazan con salir a las calles, el 19 de cada mes, hasta que se reconstruya la Ciudad Es horrible vivir en un campamento, tenemos muchas necesidades: afectada
Poco más de 300 familias damnificadas por el sismo del pasado 19 de septiembre, salieron a las calles a protestar y exigir a las autoridades que les den a conocer detalles de los trabajos de reconstrucción de más de 200 viviendas, además demandaron cuentas claras sobre los 12 millones que supuestamente recibieron los gobiernos capitalino y federal como parte de las donaciones realizadas por de diversas entidades, organizaciones civiles y la iniciativa privada.
Los manifestantes aseguran que hasta el momento no han recibido ningún tipo de apoyo, además ni siquiera han comenzado los trabajos de reconstrucción; acusan que por este motivo muchos de los damnificados por el sismo han presentado problemas emocionales, incluso otros han fallecido —adultos de la tercera edad, principalmente— a causa de la depresión en la que cayeron al ver su patrimonio hecho escombros.
Los afectados se dieron cita en la calle Álvaro Obregón 286, en el predio que quedó después de que el edificio que estaba en ese lugar colapsara totalmente, donde según las autoridades fueron rescatadas 28 personas con vida y donde lamentablemente 49 más fueron encontradas sin vida. Ahí fueron llegando, poco a poco, damnificados procedentes de las delegaciones Tlalpan, Xochimilco, Coyoacán, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Cuauhtémoc.
Conforme arribaron anotaron en las maderas, que ahora son muros de contención del lugar, las exigencias que los obligaron a realizar la marcha. “Seguimos viviendo en la intemperie, queremos reconstrucción”, “Mancera da la cara, tenemos seis meses esperando y nunca te has acercado con nosotros”, “Mancera, te invitamos a que vivas una sola noche con nosotros, cumple con tu función”, fueron algunos de los mensajes que escribieron los afectados.
De este lugar, los inconformes caminaron rumbo al Ángel de la Independencia. A las 16:00 horas se dio el banderazo de salida y avanzó el contingente, el cual cada 19 metros se paraba, los asistentes levantaban el puño derecho y guardaban silencio; un minuto después continuaban con el recorrido. “Damnificados unidos, jamás serán vencidos. La gente se pregunta y éstos quiénes son. Somos los damnificados que aún no tenemos casas”, coreaban los manifestantes.
Después, se hizo un pase de lista donde se recordaron a los edificios, las colonias, las delegaciones y las personas que lamentablemente el día del sismo perdieron la vida. Así, el contingente se abrió paso entre el tráfico hasta llegar a la Avenida Reforma donde eran esperados por músicos, activistas sociales y familiares de otros damnificados de los estados de Oaxaca, Morelos y Guerrero.
“Todos ahora somos una familia y queremos que nos escuchen, que hagan lo que en seis meses no hicieron”, expuso Carmela Montaño, quien viajó desde Jojutla, Morelos para estar presente en la marcha.
“Queremos que nos digan donde están todas las donaciones que llegaron, que nos expliquen cómo van a reconstruir nuestras casas, no queremos créditos inmobiliarios, queremos reconstrucción, que no lucren con nuestra desgracia, que en verdad nos hagan caso, a la fecha hay niños, madres y abuelas pernoctando en las calles, eso debería ser una vergüenza para los políticos de nuestro país, para el Gobierno capitalino y para el federal”, consignó Maritza Rodríguez, habitantes del Multifamiliar de Tlalpan.
“Seguimos siendo nosotros quienes nos organizamos en redes sociales, los que seguimos reconstruyendo el tejido social nuestros barrios (...) Aún no hay una respuesta acertada.
“No hay un censo de personas, escuelas y edificios gubernamentales afectados, no contamos con atlas de riesgos zonificados, estratificados y por capas para una reconstrucción segura, y tampoco hay claridad ni transparencia de cuánto dinero hay para la reconstrucción y cómo se va a aplicar, Fuente: Gobierno de la CDMX nos damos cuenta que ni les importamos, ni siquiera ahora en elecciones”, comentó Paula Selene Rodríguez, vecina del Colegio Rébsamen.
Los damnificados dieron a conocer que el próximo 19 (de abril) saldrán nuevamente a las calles y así, cada día 19 hasta que la reconstrucción de la Ciudad sea completa.
“Nadie se ha acercado con nosotros, Édgar Tungüí no nos ha dicho qué propuestas tiene, cuando se va a empezar a trabajar. Nos quieren dar un crédito hipotecario, no es justo, hay 8 millones de pesos que no sabemos qué pasó con ellos, sabemos que hay recursos extraordinarios para estas desgracias y contingencias, sabemos que hubo muchas donaciones y de todo eso no nos dicen nada”, comentó Mariana Contreras, afectada de la colonia Narvarte.
L“Queremos que nos digan donde están todas las donaciones que llegaron, cómo van a reconstruir nuestras casas”
“No queremos créditos inmobiliarios, queremos reconstrucción, que no lucren con nuestra desgracia, que en verdad nos hagan caso” MARITZA RODRÍGUEZ Damnificada Multifamiliar Tlalpan
avan su ropa y la cuelgan en la calle; durante el día hacen guardias en sus casas de campaña, cocinan al aire libre y los niños juegan en la acera; por la noche, duermen mientras escuchan balazos que provienen de otras calles. Así viven, desde hace seis meses, los damnificados del sismo del 19 de septiembre, pues la vecindad donde residían ubicada en la calle Privada de Valencia, colonia Zacahuitzco en la delegación Iztapalapa.
Son 55 personas, entre ellas dos mujeres embarazadas y 21 niños, quienes el 23 de septiembre del año pasado desalojaron la vecindad ante el temor de que se derrumbara.
Iris, de 37 años de edad, es madre de cuatro menores de edad; también se encarga de llevar a sus hijos a la escuela y cocina alimentos que comparte con los demás afectados.
Ella cuenta que a veces se cooperan para los alimentos, uno de los vecinos decide lo que se cocinará, por lo regular se hacen caldos que rinden para varias personas.
Después del temblor, Iris y sus vecinos notaron que las paredes tenían fracturas, estaban ladeadas y el edificio se inclinó hacia la derecha. Lo único que bajó de su vivienda fue su lavadora y la dejó en la banqueta.
La mujer confiesa que sus hijos le piden regresar a su hogar o irse a otro lado, ya no quieren vivir en una casa de campaña con capacidad para dos personas, en la cual duermen ella, su esposo y sus cuatro hijos.
“Es horrible vivir en un campamento. Nuestras necesidades son muchas, el baño diario, el hacer de comer al aire libre. Los niños se salen de la casa de campaña y no los podemos cuidar”, relata.
En este lugar, los refugiados han sufrido las lluvias de noviembre, el frío de diciembre y el calor de las últimas semanas. A finales de 2017, los niños se enfermaron, incluso Yandel, de 5 años, se convulsionó.
María de Lourdes, la representante de los habitantes de la vecindad, quien también comparte alimentos con Iris y su familia, lleva una cadena con varias llaves, una de ellas es de su casa de campaña, en donde guarda sus pertenencias para protegerlas, tiene dos colchones, donde duerme con su hija y sus tres nietos.
La mujer dice que nunca tuvieron baños portátiles, el año pasado otros vecinos los dejaban entrar al sanitario pero ahora usan los que están en la planta baja de la vecindad, por seguridad no permanecen más de 20 minutos en el lugar.
Lourdes destaca que no saben qué hacer, los primeros tres meses recibieron el dinero de apoyo para pagar una renta de parte del gobierno, pero no han buscado otro lugar a dónde irse porque llevaban varios años viviendo en esta vecindad.
El dueño del edificio, “no se ha aparecido”, dicen; mientras ellos esperan coincidir en una cita con la delegada para entregarle una petición y que los ayude a definir qué pasará con ellas, sus hijos y los niños del campamento en los próximos meses.
2,620 mdp
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380 mdp
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182.7 mdp
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20.5 mdp
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25.3 mdp
“Es horrible vivir en un campamento. Nuestras necesidades son muchas, el baño diario, el hacer de comer al aire libre. Los niños se salen y no los podemos cuidar” IRIS Damnificada