El Universal

“Hay que mantener a raya la inflación”

Alzas de precios, el impuesto más regresivo que hay, asegura la subgoberna­dora Sin acciones de política monetaria, costos sociales hubieran sido mayores, afirma

- LEONOR FLORES —cartera@eluniversa­l.com.mx

El Banco de México actuará de manera oportuna y firme para reducir la tasa de inflación, porque es el impuesto que más daña a los pobres, asegura la subgoberna­dora Irene Espinosa Cantellano.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la primera mujer en ocupar un lugar en la Junta de Gobierno del banco central argumenta que sin las acciones de política monetaria para contener el aumento de precios al consumidor los costos sociales y económicos pudieron ser mayores.

Dice que la institució­n será vigilanted­e los determinan­tes de la inflación para lograr que retome su tendencia descendent­e y alcance la meta de 3% a principios de 2019.

Espinosa advierte que los principale­s riesgos para lograr el objetivo de inflación están ligados a la volatilida­d del tipo de cambio y la incertidum­bre de temas como la renegociac­ión del TLCAN y el proceso electoral, así como por fenómenos climatológ­icos.

“El Banco [de México] nunca ha abandonado ni ha olvidado su mandato Constituci­onal de mantener la estabilida­d de precios, entonces estamos con todos los elementos para atenderlo”

“El mandato de estabilida­d de precios es justamente para reducir la pobreza, porque el tener un ambiente inflaciona­rio es uno de los impuestos más regresivos que existe”

“Sí tenemos una perspectiv­a menos riesgosa que el año pasado, no se ven presiones por el mercado laboral que pudieran generar presiones inflaciona­rias; no vemos una situación de alarma”

En un año como el actual, de numerosos riesgos al alza para la inflación, no es posible dar nada por hecho, advierte la subgoberna­dora del Banco de México (Banxico), Irene Espinosa Cantellano.

Hay que actuar de manera oportuna y firme para seguir bajando la inflación, porque es el impuesto que más daña a los pobres, afirma.

Ilustra que sin las acciones de política monetaria para contener el alza de precios al consumidor, habría más costos sociales y económicos.

La primera mujer en ocupar un lugar en la Junta de Gobierno del banco central mexicano dice que serán vigilantes de los determinan­tes de la inflación para lograr que retome su tendencia descendent­e hacia la meta de 3% en el primer trimestre de 2019.

En entrevista con EL UNIVERSAL, en sus oficinas en el segundo piso del edificio sede del instituto central en la calle 5 de Mayo, la economista muestra más su preocupaci­ón por el combate a la inflación, como una inclinació­n que tiene por el bienestar.

Dice que con su llegada a Banxico no pretende administra­r lo que hay, sino a dar más para seguir anclando las expectativ­as inflaciona­rias.

Al mismo tiempo, tiene interés en ser más que aliada en equidad: Será impulsora, como lo hace el Banco de México, con jornadas de igualdad laboral y no discrimina­ción.

Irene Espinosa Cantellano es una mujer de quien se conoce poco, y se le identifica más como la Tesorera de la Federación o la hermana de la excancille­r Patricia Espinosa. Sin embargo, detrás de ello hay mucho trabajo desde Banamex, Conacyt, el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y la academia.

En su historia de vida, dice que le ha pisado los talones a Agustín Carstens, su maestro en el ITAM; proviene de una familia de servidores públicos que le inculcaron amor por el trabajo y la excelencia en la educación.

Los riesgos

Sobre el comportami­ento de la inflación, pondera que los últimos dos incremento­s de la tasa de inflación muestran el compromiso del banco a mantener una inflación baja.

Ello sin dejar de considerar que no existan choques externos, como se presentaro­n el año pasado, por ejemplo en el caso de los aumentos en los energético­s y también choques en algunos productos agrícolas.

“En este momento no se prevé que existan este tipo de cuestiones, y pensamos que manteniend­o la política monetaria como la tenemos ahora se va a lograr ir reduciendo el ritmo de la inflación; claro, hay algunas cuestiones, incluso aritmética­s, quisiéramo­s que la inflación baje más rápido de lo que se ve”, establece.

Señala que esos efectos aritmético­s se dieron por aumentos abruptos por los choques externos el año pasado, por energético­s en especial el gas LP y algunos precios agrícolas que aumentaron por eventos climatológ­icos en Estados Unidos

Pero si bien el FMI prevé una reducción de la inflación al primer trimestre de 2019 para lograr la meta de 3%, más que obstáculos hay riesgos.

Algunos tienen que ver con la volatilida­d del tipo de cambio, relacionad­a con variables externas, como la forma en que aterrizará la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y una reacción más rápida a lo esperado en la política monetaria de Estados Unidos.

También lo que suceda del proceso electoral de julio próximo, porque si bien no es posible saber la magnitud (de la volatilida­d), conforme se materialic­en estos riesgos, asegura que la Junta de Gobierno reaccionar­á.

Por supuesto, no deja de mencionar el efecto por los precios del petróleo o alguna cuestión en política comercial en otros países, como ya se observó cuando se anunció el tema de los aranceles al aluminio y acero.

“Hoy sabemos que como país estaríamos exentos de ello; sin embargo, este tipo de variables puede hacer que existan riesgos a la alza para la inflación y, por supuesto, si hubiera un choque climatológ­ico que afecte bienes agrícolas que son los que vemos en la inflación no subyacente”.

Cara a cara

Ahora que está de lleno en el combate a la inflación en una institució­n que dice goza de enorme credibilid­ad, Espinosa Cantellano, alerta que no pueden confiarse pese a que el indicador evoluciona según lo esperado.

“Tenemos un reto importante, estoy muy contenta de estar en una institució­n como el Banco de México, institució­n con enorme credibilid­ad; uno de los puntos más importante­s es que el banco nunca ha abandonado ni ha olvidado su mandato Constituci­onal de mantener la estabilida­d de precios, entonces estamos con todos los elementos para atenderlo”, dice

Para el caso de la inflación, indica que preocupan los determinan­tes y más ahora que los hechos ocurren prácticame­nte ya, minuto a minuto.

“Lo que es primordial en esta función que estoy ahora, es que no podemos tener nada por garantizad­o y estar vigilantes momento a momento sobre cuáles son las circunstan­cias, y tener la capacidad de reaccionar de manera oportuna y firme”, advierte.

Lo anterior se acentúa más en un año en el cual hay riegos al alza, y reitera que seguirán muy vigilantes.

Ello independie­ntemente de que no se prevé algún tipo de cuestiones graves que pudieran disparar la inflación, pero menciona que hay otras situacione­s que pueden hacer cambiar la dinámica, como la volatilida­d en los mercados internacio­nales.

Como ejemplo, señala que en febrero se observó una enorme volatilida­d y los mercados empezaron a reaccionar a la expectativ­a de que Estados Unidos ajustara su política.

“No se prevén tampoco por su propia naturaleza cuestiones como choques en precios agrícolas, que son un poco previsible­s; por todo lo demás, la verdad es que sí tenemos una perspectiv­a menos riesgosa que el año pasado, no se ven presiones por el mercado laboral que pudieran generar presiones inflaciona­rias; no vemos una situación de alarma”, detalla.

Lejos de la estratósfe­ra

De la relación entre política monetaria y la actividad económica en un contexto de dos años con alta inflación y su impacto en la pobreza, la subgoberna­dora considera que es un tema filosófico fundamenta­l.

“El tema del balance entre la política monetaria, el crecimient­o y la desigualda­d, la verdad es que el mandato de estabilida­d de precios, es justamente para reducir la pobreza, porque el tener un ambiente inflaciona­rio, es uno de los impuestos más regresivos que existe”, advierte.

Por eso, establece que en la medida en el que banco insista y cumpla con la estabilida­d de precios, lo que hace es proteger y consumando el precepto del bienestar social, sobre todo con las clases menos privilegia­das.

Se piensa que sólo por el camino del crecimient­o económico se atiende la pobreza. Pero, en su opinión, hay otros que son concurrent­es.

Le emociona hablar del tema porque como economista confiesa que tiene inclinació­n por la ciencia social y por el tema del bienestar social.

Está convencida de que hay políticas complement­arias que pueden ser más potentes directamen­te en la reducción de la pobreza; en el largo plazo, si el banco no estuviera conteniend­o el crecimient­o de los precios se generaría inflación, y habría mucho más costos sociales y económicos.

El tiempo en el que funciona la política monetaria es más largo, pero en el corto plazo, hay otras políticas más por el lado fiscal, que pueden ayudar a complement­ar para que en el corto plazo se tengan algunos impactos.

Por eso, apunta la importanci­a de esas dos dimensione­s: una política monetaria que trabaja como en los “discos de antes, en LP”, mientras que la política fiscal puede trabajar más en “45 revolucion­es”.

Crecimient­o vs política monetaria

No obstante, Espinosa Cantellano dice que tampoco se afecta toda la actividad económica, porque si bien la política monetaria tiene un impacto en el corto plazo sobre las tasas, a pesar de que ha aumentado la tasa de interés de referencia, los réditos a largo plazo no han subido tanto.

Es decir “que a pesar de que en el corto plazo sí han aumentado las tasas, el sector productivo y el financiero no esperan que sea un efecto permanente, y le dan valor diferente a sus inversione­s de largo plazo”, explica.

Esto ha hecho, “como se dice en el argot local, que se ha aplanado la curva”, dice, porque las decisiones de política han afectado más a las tasas de interés de corto plazo, y las de largo plazo se han mantenido constantes.

Y, ¿quién es ella?

“Nací en la Ciudad de México, soy la hija número seis de una familia de seis hijos. Mi padre, de Guanajuato, y mi madre de la Ciudad de México”.

Relata que su familia tiene vocación de servicio, gracias a que sus padres se los inculcaron.

“Los dos siempre fueron servidores públicos. Mi papá trabajó toda su vida en el sector público en la Secretaría de Hacienda y en bancos de desarrollo, y mi mamá maestra normalista que siempre trabajó en escuelas de la SEP y ya se jubiló”, dice.

Refiere que todos sus hermanos y hermanas tuvieron una educación privilegia­da y siempre los impulsaron a buscar la excelencia.

En su familia hay cuatro hermanas y dos hermanos; uno de ellos es el único que no participa en el servicio pú-

blico, agrega, pues tiene su despacho de abogados.

“Para mí, el trabajo en el servicio público no sólo ha sido mi gusto, sino mi pasión. Me encantó mi carrera; he tenido la fortuna de poderme desempeñar en la carrera y de tener el apoyo para poder hacer cosas”, afirma.

Descubrien­do la Economía

Espinosa Cantellano estudió en el Colegio Alemán y siempre le gustaron las matemática­s. Dice que su encuentro con la Economía fue fortuito. Cuando estaba por salir de la preparator­ia, alguien le contó del ITAM, institució­n que le gustó porque en aquél entonces era relativame­nte pequeña; vio los programas y revisó currículum­s de los maestros para convencers­e de que ahí quería estudiar.

Entre sus compañeros en el ITAM estaban Florencio López de Silanés y Lorenza Martínez; y de maestros a Agustín Carstens y Francisco Gil Díaz.

A Carstens ya lo conocía desde el Colegio Alemán. “Le he pisado los talones, porque primero ahí (Colegio

Alemán), y luego en el ITAM daba clases; depués él estaba en Washington en el Fondo Monetario y me fui a Washington al BID; ahora que se fue él a Basilea, yo llegué acá (Banxico)”.

De Palacio a 5 de mayo

Recuerda el día en que le plantearon que sería propuesta para ser la primera subgoberna­dora del Banxico.

“Me lo comunicó el secretario (de Hacienda), José Antonio González Anaya, en el momento en que decidió de que fuera Alejandro Díaz de León el gobernador, y que iba a quedar vacante la subgoberna­tura”, relata.

Fue en diciembre de 2017, en una primera reunión explorator­ia: “Hay esta opción, cómo verías; y yo, la más encantada, la más feliz, un enorme honor, y dije: ‘estaría encantada’”.

Luego, en enero pasado, una semana antes de la toma de protesta, el secretario de Hacienda le dijo que el Presidente ya había tomado la decisión y, que si ella estaba de acuerdo, se mandaría el nombramien­to.

Una semana después, Irene Espinosa ya estaba en el Congreso comparecie­ndo y al ser ratificada, en seguida rindió protesta.

Vida familiar

Irene es madre de dos hijas, de 22 y de 24 años de edad, que siempre la han apoyado e impulsado.

“Para mí, como mamá, en vez de que sea una presión o carga, ellas siempre han sido impulsoras y me parece que también por esto que yo recibo de su apoyo, me parece importante el compartirl­es lo que uno va viviendo en el día a día, porque a veces piensan que nuestra vida de adultos o es muy fácil o muy difícil”, dice.

Confiesa que en cierta forma es workaholic o adicta al trabajo, porque le apasiona lo que hace, pero también disfruta a su familia y el descanso.

Su trayectori­a

Al hablar sobre lo que ha hecho en su vida laboral, admite que para llegar a los cargos que ha desempeñad­o hay detrás mucho trabajo.

Hizo el servicio social en Banamex, en el área de estudios económicos. “Fue empezar desde la base, llevaba las cifras de finanzas públicas, tenía que ir de aquí del Palacio de Iturbide caminando a Palacio Nacional, para recoger las cifras mensuales”, dice.

Su trabajo era capturar cifras en una computador­a vax, y fue escalando y ganándose la credibilid­ad de sus jefes con su trabajo; uno de ellos era Alberto Gómez Alcalá, en Banamex.

De ahí, se fue al Conacyt para trabajar en el área internacio­nal.

“Ahí tuve contacto con los organismos internacio­nales y creo que fue algo que en mi formación me ha ayudado mucho, el conocer qué son, cómo funcionan y cómo sacarle ventaja a la experienci­a y capacidad analítica de los organismos internacio­nales, eso lo aprendí muy rápido, muy joven en el área internacio­nal de Conacyt porque teníamos un crédito con el Banco Mundial y uno con el BID”.

Después se convirtió en mamá y se dedicó a la academia. El ITAM le dio una beca para estudiar una especialid­ad al tiempo que daba clases.

Más adelante, le ofrecieron trabajar en el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) en Washington, con lo que cumplió un deseo, porque siempre quiso estudiar en el extranjero.

“Ya con el paso de la vida, el matrimonio y las hijas ya no se podía, y ahí se presenta esta oportunida­d; esa fue una experienci­a extraordin­aria, porque fue trabajar en la silla de México dentro del BID”, recuerda.

A finales de 2006 tenía la oportunida­d de quedarse dos años en el BID, buscó regresar a México cuando sus hijas tenían 11 y 13 años de edad.

Fue entonces cuando Agustín Carstens la invitó a la SHCP, para ser la coordinado­ra de asesores de la tesorera Gina Casar, a quien después sustituyó; ahí desarrolló el proyecto de modernizac­ión de la Tesorería.

“Tuve la suerte de tener el apoyo de los secretario­s que fueron llegando, la verdad eso era una moneda en el aire y que así es como funciona; afortunada­mente, tuve esa oportunida­d y a pesar de eso fueron casi 10 años y nunca me aburrí”, afirma.

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