Drama financiero En los tiempos de Donald Trump
Millones de paisanos viven con el miedo de perder su patrimonio. Pese a las jornadas de educación financiera, para muchos, el apoyo se limita a folletos
California.— Viven con miedo. No saben si al salir al trabajo regresarán a casa o serán deportados a México. Llegaron a forjar un patrimonio, pero en tiempos de Trump, saben que lo poco que han ganado en un vida de esfuerzo puede perderse en minutos.
Si bien la preocupación principal es la familia, algunos han logrado hacerse de una casa, un coche o un pequeño negocio. Pero son conscientes de que si llegaron sin nada a Estados Unidos, así regresarán a su país.
Es la semana de educación financiera que el gobierno mexicano realiza desde hace siete años en Estados Unidos y Canadá. A partir de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se han intensificado los esfuerzos para que los paisanos comiencen a ahorrar, a tratar de cuidar su patrimonio, pero es poca la convocatoria. Hace falta mayor promoción para que los mexicanos acudan a los consulados a informarse. En muchos casos la asesoría es solamente con entrega de folletos.
Son contados los que han reflexionado sobre el futuro de su dinero o sus propiedades. Muy pocos ahorran y no tienen seguridad social. Se han limitado a mandar dinero a México, el cual se acaba apenas llega a las manos de sus familiares. Las mujeres son quienes empiezan a ver opciones, a tratar de abrir una cuenta bancaria en México desde Estados Unidos, a aportar a la Afore, a pedirle a la familia que no se gaste toda la remesa y empiece a guardar un poco de dinero y si se puede, poner un negocio.
“Todos los clientes que vienen a cortarse el pelo vienen del campo. Algunas de sus esposas han muerto por el químico que trabajan en el campo. Pero lo que más me duele es que ellos se van con 20 o 25 años de trabajo, todo su retiro lo van a dejar aquí. Se van sin nada porque llegaron sin nada y se van igual. Eso duele”, dice entre lágrimas Angélica, estilista de profesión y una de las pocas mexicanas que acudió al consulado en Santa Ana, para un taller de educación financiera proporcionado por Banco Azteca.
“Si me tengo que ir, mis hijos se quedan con su educación aquí. Eso es lo único que a mí me está ayudando. Si yo tengo que irme, mis hijos están con una profesión”, dice resignada.
Las historias son semejantes. Tratan de buscar opciones legales para quedarse, pero la incertidumbre crece ante la deportación silenciosa que han sufrido otros mexicanos.
“Vive uno con miedo porque uno no sabe, uno no tiene nada seguro. Uno no sabe si hoy sale de su casa y va a regresar porque no sabemos qué va a pasar. Hoy estoy aquí y mañana no sé si voy amanecer en México. Ha habido personas que estaban hoy aquí y al día siguiente ya estaban en México. Sí se vive con la inseguridad”, comenta Gloria, quien sacrificó un día de trabajo para asistir al taller de educación financiera.
Otras pagan impuestos
Contribuyen a la economía del Estado, pero saben que eso no les garantiza su permanencia en California.
“Es muy triste todo lo que pasa. En mi caso, mi esposo y yo tenemos nuestra familia, un trabajo y es triste porque estamos con el miedo de que no sabemos hasta cuándo vamos a estar aquí. De un día para otro podemos irnos y tenemos a nuestros hijos y trabajo. Estamos tratando de hacer las cosas bien, pagando impuestos y permisos, todo lo que se necesite para hacer todo de una forma correcta, legal, respecto de pagar los impuestos sobre todo y saber que no vas a recibir nada de todo eso”, explica Flor.
Y si bien los mexicanos han sido los más atacados por el gobierno estadounidense, el maltrato se extiende a cualquier latino.
“Particularmente, no hago partidarios a mis hijos de los problemas que hay acá, pero lastimosamente los profesores se los dicen, los amiguitos. Los discriminan porque hablan español y cosas así se ven. No podemos postear, no podemos ir a una marcha. Tanto latinos como americanos están en desacuerdo con estas cosas, pero no pueden ir a una marcha, no pueden postear en Facebook porque se están investigando, se están hackeando. Este es un país libre pero en silencio”, dice Aurelia, peruana que asistió al taller en busca de abrir una cuenta bancaria en su país desde California.
De UCLA a Michoacán
California, la entidad con el mayor número de mexicanos en Estados Unidos, a pesar de considerarse un santuario para los migrantes, no está exento de las deportaciones y las dificultades financieras que se viven en tiempos de Donald Trump.
“Ahorita hay muchos campos en el centro de California que se están pudriendo porque no hay quien levante la cosecha. Y están desesperados pidiendo al Departamento Laboral visas temporales para traer migrantes porque se les están yendo. ¿Quién va a trabajar con este temor de que te van a echar? ¿Y tu dignidad?”, dice Magali Sánchez, activista en Los Ángeles del movimiento Raíz del Pueblo.
Ante los riesgos, estudiantes de la Universidad de California y comunidades de migrantes de Michoacán trabajan en una aplicación digital para abrir cuentas bancarias y mandar dinero a México desde Estados Unidos, a través del teléfono móvil, con una operación similar al servicio de Whatsapp.
El prototipo “Michoacán contigo” será presentado hoy en el estado y de afinarse, buscan que se extienda en todo México para que los paisanos protejan su dinero.
“Está programado para iniciar en abril. Se tendrán grupos de análisis donde se va a probar para hacer las transferencias y abrir cuentas. Buscamos atender en el primer año 50 mil personas”, comentó Sánchez.
Organizaciones de migrantes alertan que las remesadoras e incluso los bancos en Estados Unidos están negando el servicio a los paisanos, quienes se tienen que arriesgar a buscar lugares donde cambiar sus cheques por efectivo a cambio de una comisión y en algunos casos, mandar el dinero con algún conocido a su familia en México.
“Es muy triste todo lo que pasa. En mi caso, mi esposo y yo tenemos nuestra familia, un trabajo y es triste porque estamos con el miedo de que no sabemos hasta cuándo vamos a estar aquí”
FLOR
Migrante mexicana en EU