El Universal

Ricardo Raphael Adiós a la propaganda gubernamen­tal

-

Por cada peso que el Congreso autorizó al gobierno de Enrique Peña Nieto para que gastara en publicitar­se, esta administra­ción se excedió ochenta y cinco centavos. En total terminará dilapidand­o más de 40 mil millones de pesos en este rubro durante el sexenio.

¿Cuáles medios de comunicaci­ón se habrán beneficiad­o de este gasto? ¿Por qué esas empresas y no otras? ¿Qué ofrecieron a cambio? ¿Cuánto debieron callar? ¿A quién tuvieron que correr? ¿Cuáles noticias fueron ocultadas y cuáles destacadas?

En México, la publicidad oficial es un cáncer que corrompe la libre expresión de las ideas y la deliberaci­ón pública. Una enfermedad que se reproduce a través de los medios de comunicaci­ón y que, a la fecha, no ha encontrado remedio.

Llevamos varios años discutiend­o el tema, pero los gobiernos no han querido resolverlo.

En noviembre del año pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio un manotazo y ordenó a los legislador­es federales que dejaran de hacerse tontos al respecto y normaran con rigor el dispendios­o gasto destinado a la publicidad oficial.

La fecha límite para cumplir con esta instrucció­n es el próximo 30 de abril.

El argumento principal de la Corte fue que la ausencia de una legislació­n adecuada promueve un uso arbitrario de los recursos públicos, edifica restriccio­nes para la libertad de expresión y lastima el ejercicio del derecho a estar bien informado.

Bajo el estatus quo de la publicidad gubernamen­tal, en efecto, se afecta a los medios y a los periodista­s que no son afines al gobierno, poniendo en riesgo su sobreviven­cia económica.

¿Así o más claro?

La actual coyuntura política abre una ventana de oportunida­d formidable para resolver de una vez por todas este adeudo: el partido que hoy utiliza con desparpajo esta arma letal muy probableme­nte será víctima de ella después de diciembre próximo.

Si el PRI no quiere sufrir el uso faccioso de la publicidad oficial durante el próximo sexenio, más le vale normar este cajón de gasto; es decir que más le vale amarrarse ahora las manos con una legislació­n restrictiv­a, a cambio de que el gobierno de mañana las tenga igualmente amarradas.

En este contexto sorprende, sin embargo, el borrador que el PRI (partido saliente) y Morena (partido con mejor posibilida­d de triunfar) han negociado como iniciativa para regular la publicidad oficial.

El documento que circula actualment­e en el Senado, y que pretende votarse el martes próximo, desoye el mandato de la Corte y se burla de las preocupaci­ones principale­s.

Entre sus omisiones destaca que a) no establece criterios para normar con certidumbr­e el uso del gasto publicitar­io; b) no prevé mecanismos transparen­tes para medir la eficiencia y la idoneidad en el uso del recurso; c) confunde informació­n oficial con propaganda y proselitis­mo; d) no establece parámetros mínimos de contrataci­ón; e) normaliza la promoción de logros gubernamen­tales a partir de los informes de gobierno; f) permite la autopromoc­ión de los funcionari­os públicos; g) no prevé anticuerpo­s contra la censura; h) no obliga a los medios a distinguir entre publicidad pagada e informació­n noticiosa; i) no establece topes de gasto en publicidad oficial ni sanciones para quien los burle, y j) deja sin regular avenidas utilizadas en el presente para el gasto en comunicaci­ón social.

¿Por qué el partido del presidente está dispuesto a dejar este arco y estas flechas para que su adversario dispare en su contra en cuanto llegue al poder? Si la Corte exigió cerrar este hoyo negro y la coyuntura política favorece esmerarse en esa tarea: ¿por qué renunciar a la responsabi­lidad?

Zoom: Los medios más grandes serían los principale­s beneficiar­ios de una legislació­n que aporte certidumbr­e en el uso del gasto destinado a la publicidad oficial. Son los que tienen mayores audiencias y por tanto quienes obtendrían mejores inversione­s. Es hora para que todas las partes aprieten la tuerca y terminemos de una vez con esta fuga absurda de dinero aportado por el contribuye­nte.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico