El Universal

¿Y el padrón, apá?

- Por PAOLA FÉLIX DÍAZ Diputada federal y activista social @LaraPaola1

La noticia sobre la caída de las acciones del gigante de las redes sociales,Facebook,comoefecto delasrevel­acionessob­reelusoded­atos personales que la consultora Cambridge Analytica (CA) hizo para beneficiar a dos de sus clientes, el Brexit de Gran Bretaña y la campaña presidenci­al de Donald Trump en Estados Unidos, le ha dado la vuelta al mundo.

De acuerdo con lo señalado en diversos medios de comunicaci­ón, derivado de la investigac­ión conjunta realizada por The New York Times y The Observer, CA obtuvo de manera ilegal los perfiles de 50 millones de usuarios estadounid­enses de Facebook a pesar de que la plataforma aseguró y se comprometi­ó a que los datos no podían ser transferid­os ni vendidos, sino solamente usados dentro de la aplicación.

La compañía accedió a los perfiles y obtuvo informació­n confidenci­al relacionad­a con las preferenci­as de los votantes, de ahí que les envió publicidad personaliz­ada para favorecer a Trump y desprestig­iar a la candidata Clinton con noticias falsas.

En otras palabras, Cambridge Analytica utilizó al margen de la ley la informació­n para manipular al electorado,exacerbarx­enofobiasy­odios,asícomo polarizar a los votantes e inclinar la balanza a favor de Trump. Es decir, no utilizó la plataforma para informar sino para desinforma­r, cometiendo una doble falta, el robo de datos y la vulneració­n del derecho ciudadano de acceder a informació­n veraz y oportuna.

No obstante, mientras los usuarios de Facebook en el mundo se indignan y desconfían de la plataforma, las diferentes naciones hermanas repudian las acciones de CA y la compañía es investigad­a por el fiscal especial Robert Mueller, por la supuesta intervenci­ón rusa en las elecciones presidenci­ales de Estados Unidos, en México la contratan.

En este país vivimos en el mundo del revés. Los nuevos spots del Ejecutivo federal son acertados, la percepción generaliza­da de la ciudadanía sobre la realidad es completame­nte diferente a la que tiene el gobierno de ésta y de sí mismo.

En nuestro querido México, las institucio­nes públicas actúan de forma contraria a los intereses ciudadanos, a la ética pública y al sentido común —los spots gubernamen­tales, me recuerdan ese viejo chiste del borracho que conducía sobre Periférico en sentido contrario y alarmado piensa que son los otros quienes circulan al revés—.

El partido hegemónico y sus aliados siempre están en medio de un escándalo, la corrupción y la impunidad intiman con ellos, sus contratos y vínculos están construido­s en la opacidad. La mentira, la manipulaci­ón, la falta de transparen­cia y la proclivida­d a la ilegalidad son problemas estructura­les del sistema político y forma parte de la genética de quienes lo conforman, por eso no pueden verlo y mucho menos prevenirlo.

No es extraño que, diversos medios de comunicaci­ón hayan evidenciad­o que “Cambridge Analytica esté vinculada con el candidato del PRI a la Presidenci­a de la República”, contrato que de acuerdo a filtracion­es de su propio círculo, fue celebrado en enero de este año, debido a una recomendac­ión del canciller Luis Videgaray, ligado con Jared Kushner, yerno de Trump, quien fue destituido precisamen­te por las sospechas en torno a las infiltraci­ones de Rusia en la campaña.

Para ponerle la cereza al pastel, el Instituto Nacional Electoral (INE), justo en medio del escándalo en que se encuentra Facebook, firma un convenio con esta empresa, cuyo objeto no es claro y nadie termina aún de entender.

Si hacemos memoria, recordarem­os que alguna vez circuló el padrón electoral en internet, e incluso fue vendido. Ahora, ¿qué sigue? ¿será que el INE le entregará el padrón electoral a Facebook para que “proteja mejor” los datos de los electores?

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