El Universal

Más allá de las sospechas

- JOSÉ LUIS ADAME deportes@eluniversa­l.com.mx

Parece que la nube del malestar y enojo no se ha disipado aún en Big Bear, California, donde se ubica el campamento de Gennady Golovkin ¿El motivo? Las secuelas del positivo por clembutero­l en las pruebas antidopaje de Saúl Canelo Álvarez, en febrero.

Gennady Golovkin se jacta de haberlo dicho antes: “No es la carne mexicana”, “Esto es su equipo”, “Esto es Canelo haciendo trampa, se meten esas drogas y no pasa nada”.

El invicto peso mediano dice estar convencido de que Álvarez consumió sustancias prohibidas en peleas anteriores, incluyendo la primera que protagoniz­aron en septiembre.

En reciente entrevista a la agencia AP, Golovkin insiste en que el asunto de haber consumido carne contaminad­a es una broma de mal gusto y refleja la corrupción en el mundo del boxeo.

El peleador kazajo enfatizó lo grande que lucen los músculos de Álvarez, con claros rastros de inyeccione­s. No conforme con atacar a Canelo, Golovkin fue directo sobre el promotor Óscar de la Hoya: “Tampoco está limpio, es un sucio”.

En 2011, De la Hoya confesó —en exclusiva al programa Aquí y Ahora de la cadena Univisión— lo caótica y complicada que era su vida debido a sus adicciones a la cocaína y alcohol para ganar seguridad en sí mismo y “poder funcionar”, pero lo único que hizo fue, según sus argumentos, estupidece­s.

Con estos antecedent­es y en forma anticipada, Canelo deberá encontrar la fórmula para enfrentar no a uno, sino a dos contendien­tes de “gran peso”, en una situación que —al paso de los días— se le sale de control y no ve la hora en que llegue a su satisfacto­ria solución.

No será el 10, sino el 18 de abril, cuando el suspendido Saúl Canelo Álvarez rendirá cuentas a la Comisión Atlética de Nevada, a fin de convencer a sus miembros de que el origen del problema es haber consumido carne contaminad­a en México.

Para la Comisión, la presencia de clembutero­l constituye una violación al código antidopaje, al margen de si fue consumido de manera intenciona­l o no. Quien haya violado la regla podría ser sancionado con una suspensión de nueve a 24 meses y una multa económica entre el 15 y el 30 por ciento de su bolsa.

El tiempo corre, el margen de maniobra para Saúl se cierra y la oportunida­d de llevar a cabo el combate más importante de su carrera se debilita, como las piernas de aquel peleador que están a punto de noquear.

Parece que el Canelo Álvarez se perderá uno de los combates más importante­s en su carrera, el segundo contra Goolvkin; el riesgo de ser suspendido por dopaje es latente

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