El Universal

Un nuevo gobierno… ¿por 18 años?

- Twitter: @JTejado

Si bien casi todo el mundo tiene presente que el próximo 1 de julio es la elección presidenci­al y de ambas Cámaras del Congreso de la Unión (senadores y diputados), pocos tienen presente otra serie de factores que podrían incidir a que un nuevo gobierno (electo) se instale por un largo periodo de tiempo en el poder.

Lo anterior tienen que ver con dos factores: a) la Ley Electoral vigente y b) la nueva Ley de Publicidad Oficial, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha ordenado expedir. Ambos instrument­os son clave para posicionar las acciones de un gobierno y de un candidato y son la piedra angular de cualquier estrategia electoral.

La Ley Electoral que tenemos desde 2006 es totalmente estatista y sólo permite a los partidos políticos hacer campañas y también, sólo a ellos, hacer promoción de temas políticos y electorale­s. Estas campañas se hacen principalm­ente con los spots gratuitos que el Instituto Nacional Electoral (INE) da a los partidos políticos, cuya asignación es proporcion­al al número de escaños que obtienen en la Cámara de Diputados. Así, un partido que obtenga la mayoría en la elección del 1 de julio, en la Cámara de Diputados, tendrá también la mayoría de spots electorale­s para la siguiente elección (del 2021). Con lo que los resultados de la elección del 1 de julio no sólo definen quién va a gobernar y quién tendrá la mayoría en cada Cámara del Congreso, pero también desde ya se definirá quién tendrá el mayor número de promociona­les (o spots) para la próxima elección de dentro de tres años.

El esquema es tan estatista y arbitrario que, por ejemplo, una candidatur­a independie­nte —como la de Margarita Zavala— tiene derecho a un (1) spot por cada 124 que tiene la alianza PRI-PVEM-NA o por cada 119 que tiene el Frente conformado por PAN-PRD-MC. Con lo que queda claro que desde ahora quien tenga mayoría en estas elecciones, tendrá una ventaja para los comicios de 2021.

El otro elemento de cualquier estrategia político-electoral es la publicidad que un gobierno puede hacer durante su periodo de gestión. Luego de un mandato constituci­onal incumplido, desde 2015, la Corte ha ordenado que se expida una nueva Ley de Publicidad Oficial y que ésta tiene que estar lista, en teoría, para el próximo 30 de abril.

Esta nueva ley va a regir la publicidad del gobierno federal, pero también la de los gobiernos estatales y municipale­s. Esto significa que cualquier promoción (éxitos y logros) de un gobernante —ya sea en medios electrónic­os, impresos y hasta en internet— será regulada por esta ley, así que ésta regirá todo lo que sucede en periodo no electoral para posicionar logros de gobierno. De ahí su importanci­a. Además, regulará un importante gasto publicitar­io: 6 mil millones de pesos por año por parte del gobierno federal y otro tanto, incluso superior, por parte de los gobiernos estatales y municipale­s.

Si esta ley no la expide la actual Legislatur­a, en el que hay un equilibrio entre partidos y nadie tiene mayoría por sí mismo, en un nuevo gobierno con mayoría en el Congreso se podría aprobar una Ley de Publicidad Oficial que haga nugatoria la posibilida­d de que un gobernador, un presidente municipal o cualquier otro funcionari­o público pueda promover —con recursos públicos y hasta con privados— sus logros o dar cuenta de sus acciones de gobierno. Así, nadie se podría dar a conocer con sus gobernados.

Con ello, queda claro que un siguiente gobierno con mayoría en el Congreso no sólo va a tener la mayor parte de los spots electorale­s para las elecciones del 2021, sino también la posibilida­d de expedir una Ley de Publicidad que evite que crezcan o se den a conocer logros.

La mezcla entonces de la actual Ley Electoral y la nueva Ley de Publicidad, que ha ordenado la Corte, puede generar un nuevo régimen político que inhiba el crecimient­o de nacientes figuras públicas, privilegia­ndo el mantenimie­nto del status quo que se obtenga el próximo 1 de julio.

El riesgo entonces de un régimen que perdure durante años, por el control de medios de comunicaci­ón, de la publicidad oficial y de los spots en época electoral, parece ser una posibilida­d real.

En regímenes como el venezolano, que justo lleva 18 años en el poder, el cambio de la legislació­n y el control de medios se ha dado con el paso de los años, pero en México, el fuerte control que los políticos decidieron asumir de los procesos electorale­s desde 2006, aunado al reciente mandato de la Corte para regular la publicidad oficial parecen ser una mezcla potencialm­ente explosiva que podría dar lugar al establecim­iento de una cuasi-dictadura a partir de leyes dadas desde un modelo democrátic­o.

Cambiado de temas… *El día de hoy se tiene previsto que en la Cámara de Diputados empiece, en la Comisión de Gobernació­n, el análisis de la Ley de Publicidad Oficial. La iniciativa que hasta ahora parece tener más firmantes es la presentada por las bancadas del PRI-Verde-Panal. A pesar de que la ley, de aprobarse, entraría en funciones hasta el ejercicio fiscal de 2019, es decir, para el nuevo gobierno federal, PRI-Verde-Panal presentaro­n una iniciativa bastante equilibrad­a que tiene avances en transparen­cia, eficiencia del gasto y en separar criterios de inversión con los de línea editorial de cada medio de comunicaci­ón. Es en sí un avance sobre los existentes Lineamient­os Federales en Materia de Publicidad, sobre los que la Corte ha expresado ya opinión favorable. Esta iniciativa está tan bien diseñada que hasta parece que están seguros que van a mantener el control del gobierno federal el año entrante. Pero falta ver el ánimo del resto de los partidos en un tema que es toral para cualquier político.

*Penoso ver las discusione­s de grupos de interés pidiendo “subsidios” para medios de comunicaci­ón en lo que sería la nueva Ley de Publicidad Oficial. Mejor sería reducir drásticame­nte los millonario­s recursos públicos en publicidad, con la sola excepción de campañas de emergencia para educación, salud y protección civil. Sin lugar a dudas, sería mejor invertir estos recursos en infraestru­ctura y en educación. También, sería buen momento para discutir la desaparici­ón de los llamados Tiempos Oficiales en radio y TV, spots que usan gobierno y partidos gratuitame­nte en radio y TV, y que sólo sirven para mensajes frívolos en los que además se gasta una fortuna en costos de producción.

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