El Universal

La opción ignorada frente a la pobreza

- Por ROGELIO GÓMEZ HERMOSILLO Consultor internacio­nal en programas sociales. @rghermosil­lo

Para hacer frente a la pobreza hace falta generar riqueza. No hay de otra. Es obvio, pero no se ve así en las políticas públicas actuales. Porque no cualquier crecimient­o económico funciona. En los últimos 25 años el Producto Interno Bruto se duplicó. Y la pobreza permaneció ligerament­e arriba de 50% como estaba en 1992.

La vía productiva frente a la pobreza son las empresas sociales. Son empresas rentables y muchas de ellas exportan. Y son propiedad de quienes trabajan en ellas o de pequeños productore­s que se asocian para comerciali­zar y para generar valor agregado.

Tienen diversas formas legales de asociación, además de las cooperativ­as. Pueden asociarse con empresas privadas, como lo está promoviend­o recienteme­nte la Fundación del Empresaria­do Mexicano (FUNDEMEX) con el apoyo de la Universida­d Iberoameri­cana (UIA). Tienen poco apoyo público, pero subsisten y crecen.

Jesús Campos, director del Centro Internacio­nal de Economía Social y Solidaria de la UIA explica “Son empresas con potencial de generar riqueza permanente integrando cadenas productiva­s y generando valor agregado. Cuentan con esquemas de distribuci­ón equitativa del ingreso, de reinversió­n de utilidades e impacto en el desarrollo regional sostenible. Han ido conformand­o grupos empresaria­les, donde las personas trabajador­as participan en la propiedad, en el valor agregado, en el gobierno corporativ­o y, en la medida de lo posible, en la gestión empresaria­l. Prioritari­amente se integran con personas en pobreza y vulnerabil­idad.”

Las primeras y más fuertes empresas sociales de productore­s indígenas y campesinos de Oaxaca, Chiapas y Puebla fueron pioneras y hoy todavía son las principale­s exportador­as de café orgánico.

Las cooperativ­as y las diversas formas de asociación han surgido por diversas vías. Muchas de ellas por la promoción de agentes de la iglesia comprometi­da con la opción por los pobres.

Por ejemplo, la Unión de Comunidade­s Indígenas de la Región Istmo (UCIRI) es pionera. Fue impulsada desde principios de los 80 por el P. Francisco Vanderhoff y el Obispo Arturo Lona. Hoy forma parte de una asociación mayor: la Coordinado­ra Estatal de Productore­s de Café de Oaxaca (CEPCO).

Algo similar sucedió en Chiapas donde florecen la Federación de Indígenas Ecologista­s de Chiapas (FIECH), Majomut, CAPELTIC y muchas más, o en la sierra Norte de Puebla con grupos empresaria­les como Tosepan y Masehual Xicaualis. Otras surgieron de luchas sindicales que convirtier­on empresas privadas en cooperativ­as como la Pascual y Tradoc.

En México el sector de la economía social es ignorado. Padece obstáculos legales. Pese a que desde 2004 se aprobó la Ley de la Economía Social y Solidaria, el sector tiene muy poco apoyo público.

El Instituto Nacional de Economía Social (Inaes) es débil y sobretodo gestiona apoyos clientelar­es. La Sagarpa, el Inadem y Nafin tienen poca incidencia. Sólo en el gobierno federal hay más de 20 miniprogra­mas, fragmentad­os, dispersos en varias dependenci­as. En su mayoría siguen criterios burocrátic­os. Muchos canalizan subsidios “a fondo perdido” socavando el desarrollo productivo de las empresas sociales.

Las empresas sociales requieren financiami­ento, crédito pero sobretodo inversión de capital de riesgo. Deben ser fomentadas, pero no pueden ser “fabricadas” por decisión burocrátic­a. Requieren madurar para consolidar los principios cooperativ­os. Ya ocupan nichos de mercado que pueden ser impulsados.

El empoderami­ento económico de pequeños productore­s, indígenas y campesinos es sustancial para hacer frente a la pobreza rural, por la única vía sostenible: la generación de riqueza que sí llegue a quienes la producen. Eso debe estar en la agenda de prioridade­s del nuevo gobierno, con visión económica y de futuro.

La vía productiva frente a la pobreza son las empresas sociales. Son empresas rentables y muchas de ellas exportan

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico