César Güemes Adiós, Paco Camarasa, librero negro
canónico Sangre en los estantes: “No soy un intelectual, ni un creador. Soy un divulgador, un agitador, un prescriptor; un librero, que es el mejor divulgador, agitador y prescriptor que puede haber. El librero es un transmisor privilegiado. El enlace necesario entre los autores y editores y el lector. Dicen los editores que su profesión es la más hermosa que hay. Pero su excelente trabajo puede verse mediatizado por la distribución y otras intermediaciones. El librero recoge el trabajo de los editores y se lo entrega al destinatario final: el lector o lectora. Aunque el libro necesita clientes: lo que más rabia nos daba en Negra y Criminal eran las tardes vacías; no vender más. Con la cantidad de buenos libros que teníamos, con la cantidad de buenos autores por descubrir o por recuperar que existían…”
Personas cercanas lo recordaron así y vale más volver a señalarlo antes de que se olvide.
Alejandro Mañes, en Levante, escribió: “Desde Valencia, Paco, nunca fuimos ajenos a tus andanzas y sólo lamentamos tu ausencia y no haber sabido retenerte, y disfrutar contigo de tu labor (…) En palabras de tu admirado, Petros Márkaris, ‘No sólo es todo lo que sabe; es el amor que profesa por ello’. Así es Paco, honraste la profesión, como transmisor privilegiado. Claro que en ello Montse, autora contigo, como dices en Sangre en los estantes —un libro imprescindible para cualquier amante del género negro, según Donna Leon— es corresponsable. Descansa en paz, Paco, amigo entrañable, siempre próximo.”
No olvidemos al cálido Juan Carlos Galindo, en El País: “Entrar en aquella librería era pasar a otro universo, disfrutar de un museo del género, prepararse para compartir lecturas, Actividades artísticas en 300 centros de atención comunitaria, credencial única para artistas callejeros, festivales de música y artes en prepas, plazas y calles, así como la creación de una Casa del Cómic y un museo en el Palacio del Ayuntamiento son algunas de las propuestas que perfila el escritor Paco Ignacio Taibo II en su programa cultural para la Ciudad de México, en caso de que la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, llegue a la jefatura de Gobierno.
La propuesta definitiva se presentará el 26 de mayo, pero el escritor, quien sería el secretario de Cultura de la abanderada de Morena, adelantó ya este domingo algunas propuestas de ese Programa Cultural en la Feria del Libro Para Leer en Libertad en la Alameda.
En caso de ganar las elecciones, Sheinbaum se ha comprometido a duplicar el presupuesto a Cultura, indicó el autor.
Añadió que otra de las propuestas de la candidata ha sido crear 300 centros de atención comunitaria, en los que se incluirá un amplio programa de actividades culturales y artísticas. En caso de triunfar, la capital se llenaría de festivales en los meses siguientes a su llegada a la jefatura. “Mil festivales de barrio, sábados, domingos, en esquinas, plazas, mercados públicos, jardines, en lugares donde no había llegado ningún tipo de manifestación cultural”, señaló.
Según el escritor, el antiguo Palacio del Ayuntamiento, donde despacha el jefe de Gobierno, se convertiría en un museo; Sheinbaum despacharía “ahí, en una esquina del museo”. También plantea una coordinación de Museos Históricos que integraría a recintos con esa vocación, como el de la Revolución, el de Ferrocarriles y Panteón de San Fernando. cafés, vinos y conversaciones con el enérgico Paco y su voz rasgada que marcaba un discurso que no perdió fuerza ni cuando ya le costaba ponerse de pie. Igual explicaba a un recién llegado que la novela negra no era la novela enigma, que no había color, que cada cosa tenía que estar en su sitio, que se enfrascaba en una discusión sobre el último valor del noir americano antes de pasar detrás de la caja para cambiar el disco de jazz. Sabio, apasionado y buen hombre, en el orden que se quiera.”
Matías Néspolo, en El Mundo, da cuenta del valor, pese a la enfermedad, del gran Camarasa: “Negra y Criminal cerró sus puertas definitivamente en 2015. Al tiempo que la terrible enfermedad asomaba las orejas y comenzaba a hacer mella, cualquier otro en su lugar habría claudicado en el acto. Pero el librero valenciano, en la mejor tradición de la izquierda antifranquista de la que provenía, no se dio por vencido: ‘Soy un ferviente marxista, pero en este caso no estoy de acuerdo con Groucho’ (…)”
Cierra Camarasa, en su volumen citado: “Como siempre, hay una contradicción: he escrito el libro que hubiera necesitado en la Negra y Criminal; pero lo he escrito ahora que la librería no puede aprovechar porque la Negra y Criminal ya no existe. Espero que con Sangre en los estantes puedan compartir conmigo lo que he aprendido en ella”.
Para la librería no, Paco, don Paco Camarasa, pero sí para los lectores, a quienes acompañará, aunque mucho le pese a la muerte. @cesarguemes