El Universal

La beligeranc­ia de la Casa Blanca

- Directora, LMMConsult­ing Profesora afiliada en la División de Estudios Internacio­nales del CIDE

El 2 de marzo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró en Twitter que “las guerras comerciale­s son buenas y fáciles de ganar” y para ello impondrá aranceles. hasta por 150 mil millones de dólares y posibles restriccio­nes a empresas china en EU.

Aunque aún están por verse los efectos de la escalada comercial que de manera estridente ha lanzado el mandatario, resulta muy preocupant­e la aparente ligereza con la que ha decidido elevar aranceles a sus importacio­nes no sólo para EU, sino también para el mundo. ¿Por qué?

Primero, en el corto plazo, esta escalada arancelari­a podría tener efectos negativos para su propia economía. Aunque EU podría ganar algunos empleos en los sectores de aluminio y acero es previsible que podría perder muchos más en otras industrias —autos, alimentos procesados, aeroespaci­al, electrodom­ésticos, electrónic­os, maquinaria y equipo, etc—, que los utilizan como insumos. Posiblemen­te esos aranceles podrían distorsion­ar los mercados de manera innecesari­a, lo que también podría tener consecuenc­ias negativas para el ritmo de crecimient­o de la economía estadounid­ense. Y ya sabemos que cuando a nuestro vecino al norte le da gripa a la economía mexicana le da pulmonía así es que está en nuestro interés el que la economía de EU se mantenga boyante.

Segundo, la beligeranc­ia del presidente Trump ha dejado cada vez más aislado a EU para atender los temas más sensibles y sustantivo­s en su relación con China. Aunque las prácticas comerciale­s chinas han llevado a pérdidas de empresas y empleos en muchas partes del mundo, el

“Esto [la guerra comercial] se va a detener, van a encontrar alguna forma para poder decir a sus públicos que están haciendo un gran trabajo” GUSTAVO FLORES MACÍAS Experto de la Universida­d de Cornell

estilo unilateral y nacionalis­ta de la administra­ción Trump ha aislado a su país y ha hecho difícil crear alianzas entre socios y aliados que pueden estar padeciendo de lo mismo. Disciplina­r a China en algunos aspectos del comercio y la inversión ha sido un reto mayúsculo; sin embargo, la nueva visión y orientació­n de la política comercial de la administra­ción Trump y la imposición unilateral de aranceles denotan un enfoque deficitari­o en estrategia.

Tercero, de tiempo atrás Trump ha desdeñado las reglas y procedimie­ntos multilater­ales de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) y ha amenazado con retirarse del organismo pues la considera “injusta” por ofrecer “ventajas” a China. Si a esta desconfian­za se añade la decisión de países como China, Corea del Sur, la Unión Europea, y otros, de pedir consultas a EU para buscar aplicar compensaci­ones, Trump podría sentirse cuestionad­o y eventualme­nte llegar al extremo de retirarse de la organizaci­ón, lo que sería un duro golpe al sistema multilater­al de comercio.

Cuarto, la raíz del conflicto comercial de EU con China no está en el comercio de bienes, sino en la carrera tecnológic­a y en la competenci­a por dominar el ciberespac­io. Mediante la posible aplicación de aranceles a 150 mmd de importacio­nes chinas, Trump busca poner un freno a la fuga de tecnología de punta, secretos comerciale­s e innovación propiedad de empresas estadounid­enses y así detener el Plan Made in China 2025 que busca dejar de ser la fábrica de bienes del mundo para convertirs­e en el líder tecnológic­o global. Resulta enigmático cómo con la aplicación de aranceles EU podría descarrila­r dicho plan. China, por su parte, ha contraatac­ado con firmeza y mesura indicando que “no quiere una guerra comercial pero que tampoco le teme a una”. De hecho, en el Foro de Boao para Asia, el presidente Xi Jinping reiteró su intención de reducir barreras a la participac­ión extranjera en servicios financiero­s o fabricació­n de autos, lo que fue presentado como una iniciativa de la visión liberaliza­dora de China que tampoco afectaría sus aspiracion­es tecnológic­as.

Si bien esta guerra comercial aún está en ciernes, resultaría paradójico que con la imposición unilateral de aranceles aunado a su retirada del TPP, EU efectivame­nte termine cediéndole a China el espacio para erigirse en líder de la liberaliza­ción comercial, la integració­n regional y el multilater­alismo. Paradójica­mente, con esta guerra Trump podría catapultar a China al liderazgo al que este país aspira.

Trump ha aislado a su país y ha hecho difícil crear alianzas entre socios que pueden padecer lo mismo

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