Lanzan un aullido de angustia
Los de Lobos BUAP lloran, ante el fracaso en la Primera
Puebla.— Luis Advíncula y Julián Quiñones rompieron en llanto sobre la cancha. La caída de Lobos frentealNecaxa(0-1)lesdolióenlo másprofundodelalma,porquelos acerca más al descenso.
Son 10 tropiezos en el presente certamen que suben de nivel las alarmas en la escuadra poblana, que sigue sotanera de la clasificación (9 unidades) y última en la de cocientes (1.0000), condición que seagravóconlasalidadelestratega Rafael Puente Jr., cuya estafeta le fue entregada a Daniel Alcántar; necesitan siete puntos para garantizar su continuidad.
En las gradas no hubo fiesta, pero sí lealtad y una pancarta gigante para alentar a su equipo: “Llegamosparaquedarnos”.Laaficiónde LobosBUAPpasóunajornadamás con la frágil esperanza de salvar la categoría a falta de dos partidos en la Liga (Monterrey y Puebla).
Pero del otro lado, unos decididos Rayos no podían dejar ir el trámite de ganar, que les viene muy bien —a la espera de resultados ajenos— porque alcanzan 20 puntos y la próxima fecha reciben a los Tigres de Ricardo Ferretti.
Y pese a tener un hombre menos, por la expulsión de Luis Gallegos (16’), los visitantes tomaron laventajaconelúnicotantodelcotejo, cortesía de Roberto Alvarado (49’), quien neutralizó a la zaga de los Licántropos con una jugada de pared con Miguel Ponce.
Si con cuadro completo el visitante había sido complicado, con un hombre menos, Nacho Ambriz tuvo que realizar algunos ajustes para no verse sorprendido.
Aunque la distancia era mínima sobrelosdirigidosporIgnacioAmbriz, el equipo de Daniel Alcántar no supo aprovechar la superioridad en el campo, con pobres llegadas a la cabaña de un crecido Marcelo Barovero. El portero argentino lució intratable, luego de coronarse en la Copa.
La jauría luchó hasta el final para rescatar al menos el empate para pensar en sumar en los dos últimos duelos y alcanzar la suma que necesitaba para lograr la permanencia, pero no le alcanzó y todo fue tristeza en la cancha.
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