La posibilidad de una nueva religión de los datos
• “Al analizar a las 20 personas más ricas del mundo, casi todas obtienen su riqueza de la información. Si estas personas, durante todo el ciclo de vida del universo quieren acumular riqueza, entonces verán cómo sacar más valor de los datos, para ser más ricos. Cuando hay un fenómeno de esta naturaleza aparece una nueva religión. Una serie de personas consideran que la materia prima son los datos y, por lo tanto, son promotores y apóstoles de datos. Por eso se le llama dataísmo”, señala el doctor Gabriel Guerrero.
Como el doctor Raúl Morales, muchos otros especialistas en el tema, consideran que en próximos años el Big Data “mutará a una religión de lo datos porque mucha gente está consiguiendo que cada vez más personas se vayan a analizar esos grandes volúmenes de información, cosa que casi no existe en México, pues hay muy pocos lugares donde se hace Ciencia de datos”.
Y es que las grandes empresas se han dado cuenta de que manejar los datos, procesarlos y analizarlos es muy conveniente para sus intereses comerciales.
“Hay personas que están evangelizando el término para que mucha gente se dedique a la ciencia de datos”, dice Morales.
En ese sentido, el citado historiador israelí, Yuval Noah Harari, opina que esto significa que los seres humanos desean fusionarse con el flujo de datos porque “cuando formas parte del flujo de datos, formas parte de algo mucho mayor que tú”. [...] Al equiparar las experiencias humanas a los patrones de datos, el dataísmo socava nuestra principal fuente de autoridad y sentido, y anuncia una tremenda revolución religiosa, como no se ha visto desde el siglo XVIII. [...] el dataísmo podría dejar de lado a los humanos al pasar de una visión del mundo homocéntrica a una visión del mundo datacéntrica”.
Finalmente, los especialistas coinciden en que la posibilidad de una religión de los datos es muy latente debido a la importancia y valor que están adquiriendo los datos que creamos diariamente. Sin embargo, consideran imposible que los algoritmos informáticos logren desplazar por completo a los seres humanos y controlen totalmente nuestras vidas.
Señalan que, en todo caso, se creará una nueva alianza entre entre máquinas inteligentes y humanos, pero sin que la máquina desplace al ser humano porque la conciencia y los sentimientos, características genuinas de la especie humana, tienen mayor peso y no existen algoritmos ni bases de datos con los que se puedan modelar los sentimientos humanos, todavía.