Tu mecanismo purificador
Este aparato es esencial para la salud de tu motor y la de tus propios pulmones
Al pensar en cualquier tipo de combustión habitual, destacan nuestras travesuras quemando una servilleta con un encendedor o la realización de una carne asada con carbón. Ninguna de ellas desprende un humo meramente limpio o puro en realidad. Al contrario, en ocasiones se produce un olor fétido y que nos genera malestar para respirar.
Si trasladamos esto a la reacción de un mecanismo tan complejo como un motor de auto y la quema de un combustible de origen fósil, los resultados son exponencialmente peores si consideramos que ninguna parte involucrada en este proceso está precisamente limpia.
Durante los últimos 20 años, se han realizado grandes esfuerzos contra la emisión de gases contaminantes que dañan a la salud humana y al medio ambiente en general. Evidentemente, uno de los objetos más señalados como responsables de esta responsabilidad fueron los autos.
Desde la década de 1970, el gobierno de Estados Unidos implementó una ley que establecía que cada automóvil fabricado a partir de ese año tenía que estar equipado con un dispositivo actualmente conocido como “convertidor catalítico”.
Este dispositivo pronto se extendió por todo el mundo y hoy se ha convertido en un elemento básico en aras de tener un control de emisiones más estricto y está integrado en prácticamente todos los sistemas de escape modernos.
Este mecanismo se ubica a alrededor de un tercio del camino por el sistema de escape y se asemeja a una pequeña cámara de metal que recibe los gases y cambia su naturaleza química de ellos para reducir el volumen de emisiones desagradables recién salidas del colector de escape. Dentro de su carcasa, hay una estructurade cerámica que está revestida con metales preciosos, y cada metal tiene un trabajo específico en la reducción de emisiones.
Este mecanismo es desconocido por la gran mayoría de la gente. Sin embargo, es muy familiar entre los amantes del “tunning” porque, según muchos, este sistema puede reducir la potencia del motor al emplear una parte de la energía de combustión en la limpieza del aire, en sacrificio de los caballos de potencia.
Hay quien considera que deshacerse de él es una buena solución para tener más potencia, sin embargo, ésta es mínima en comparación a la gran cantidad de contaminantes que se generan sin este sistema.