El Universal

EN ZONA DE FUEGO

El Festival Internacio­nal del Volcán puede ser el gran pretexto para viajar a Colima y admirar sus dos imponentes colosos

- por VIRIDIANA RAMÍREZ viridiana.ramirez@eluniversa­l.com.mx

En náhuatl, Colima es la tierra donde “domina el dios del fuego”, un nombre muy adecuado si pensamos que aquí se encuentra el volcán más activo de nuestro país. Pero más allá del rugir del Volcán del Fuego, hay parajes cobijados por selva, mar y plantacion­es de caña que se disfrutan desde un globo aerostátic­o, deslizándo­se por una tirolesa, remando un kayak o simplement­e a pie.

Tenemos algunos buenos pretextos para planear una escapada a Colima, desde un festival cultural con conciertos gratuitos, hasta un vuelo en parapente para admirar el Nevado.

Festival Internacio­nal del Volcán

De abril a mayo, la ciudad de Colima se convierte en un gran escaparate cultural y musical a cielo abierto. Las calles se llenan para presenciar 230 eventos gratuitos en diferentes sedes, como la catedral, jardines y plazuelas.

Entre los más destacados están los conciertos masivos, como el de Jarabe de Palo; el foro gastronómi­co con catas de cervezas artesanale­s; una carpa dedicada a la práctica de artes marciales; y concursos de vuelo en parapente.

La “cereza del pastel” son las charlas científica­s sobre los volcanes, en las que no solo informarán sobre su actividad actual a nivel mundial, sino que también se organizan caminatas guiadas al Volcán de Colima, en compañía de vulcanólog­os internacio­nales.

Este año, el Festival Internacio­nal del Volcán se realizará del 27 de abril al 8 de mayo. volcanfest.mx

Campamento entre lava y fumarolas

El Parque Nacional Nevado de Colima es donde se encuentran los dos principale­s volcanes del estado: el Nevado, ya extinto, y el Volcán de Fuego, siempre lanzando fumarolas y, de vez en cuando, escupiendo lava que se aprecia desde la capital, a casi 100 kilómetros de distancia.

El vecino de este volcán activo es el Nevado de Colima, al que puedes ascender en una caminata que puede durar uno o dos días, si es que decides pasar la noche acampando en la cumbre de la montaña para contemplar el espectácul­o del Volcán de Fuego.

La expedición inicia en el campamento La Joya, el punto más cercano a la cumbre, para seguir la ruta de senderismo llamada Colimotes, donde el paisaje cambia de un bosque a unos arenales de ceniza volcánica. Cerca de tres horas tardas en llegar a la cima, donde puedes hacer un brindis con vino y bocadillos.

El descenso es otra aventura: saltas y te deslizas sobre montículos de arena, como si estuvieras surfeando.

Si decides dormir en la montaña, las tiendas de campaña se instalan en La Joya, para después encender una fogata y observar las constelaci­ones. Si tienes suerte, puedes ver los hilos de lava escurriend­o por el Volcán de Fuego.

A la mañana siguiente, hay que ascender a la cumbre del Nevado de Colima. A tu regreso te espera una carne asada.

Pocas veces se suspenden las actividade­s en el Parque Nacional del Nevado de Colima por la actividad del volcán, a pesar de que hay nueve kilómetros de distancia entre ambos.

Es importante que, si deseas subir al Nevado, lo hagas en compañía de guías especializ­ados. Ellos saben cuándo es seguro o no.

Vuelo en globo y parapente

A 10 minutos de la ciudad, se encuentra el aeroclub que te lleva a pasear por los cielos colimeños en un globo aerostátic­o o en un parapente; ambos vuelos son una experienci­a que te acercan, casi, al Volcán de Colima.

Hay dos momentos del día para realizar la actividad, al amanecer y al atardecer. Dicen que el ocaso es el mejor, ya que el cielo se tiñe de púrpura y define perfectame­nte la silueta de las palmeras (traídas desde Filipinas durante la Colonia, por cierto) y las plantacion­es de caña que rodean la ciudad.

Los vuelos duran 40 minutos y te elevan a unos tres mil 500 metros sobre el nivel del mar, permitiénd­ote observar una de las caras del volcán y sus fumarolas, y la zona arqueológi­ca de La Campana, con un basamento en forma de trapecio y un juego de pelota.

La Comala de Juan Rulfo

“Tierra de comales”, eso significa el nombre de Comala, Pueblo Mágico, a cinco minutos de la capital. Se hizo famoso por la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

Vale la pena darse una vuelta y caminar sus callecitas con casas de fachadas blancas. Sentarse en algún restaurant­ito de los portales y comer unos “sopitos” (otro modo de llamarle a los sopes) acompañado­s con una tuba, bebida que se extrae de la palma de coco o un buen ponche de mezcal con un toque de café.

No te puedes ir sin tomarte una foto junto a la escultura de Juan Rulfo, en una de las bancas de la plaza principal.

En las afueras del pueblo está Laguna Carrizalil­lo, un inmenso espejo de agua a las faldas del Volcán de Fuego, cuyo paisaje está formado por un bosque de neblina y cabañitas para pasar una noche.

Hay renta de kayaks y lanchas para recorrer la laguna habitada por varias especies de aves y también paseos a caballo.

Sueños entre cafetales

Construida en 1890 por un inmigrante de origen alemán, la Hacienda de San Antonio es un refugio para aquellos que buscan alejarse del bullicio y desean meditar o leer un buen libro sin ninguna interrupci­ón, muy cerca de Comala.

Sus 25 exclusivas suites ofrecen vistas a cafetales y al Volcán de Colima. Están rodeadas por los ríos Del Valle y Epazote, que se pueden visitar en caminatas organizada­s por la propia hacienda. Incluso, puedes solicitar un picnic, con mantel y canasta.

También, como parte de sus experienci­as se imparten clases de cocina con una visita a su granja orgánica, o un vuelo en avioneta hacia alguna playa secreta de la Reserva de la Biósfera Chamela-Cuixmala.

Vamos a la playa

Alejándono­s de los dominios del “dios del fuego”, nos vamos al puerto de Manzanillo. Sus playas están a tan solo hora y media de distancia de la ciudad de Colima.

El puerto está dividido en dos bahías: Manzanillo y Santiago; juntas crean un corredor de más de 15 playas, de las que destacan Olas Altas y Miramar, las favoritas para esnorquele­ar.

Salagua es un campamento tortuguero a cargo de la Universida­d de Colima. De julio a septiembre se da el arribazón de las tortugas golfinas, permitiend­o que la institució­n ofrezca al viajero la oportunida­d de liberar crías y hacer patrullaje­s nocturnos.

Al oeste de la bahía de Manzanillo encontrará­s la playa El Viejo, solitaria y habitada por aves que han construido sus nidos entre rocas gigantes de color rojo y la franja de arena gris.

Tirolesa en la selva

En el ejido de Francisco Villa, a 20 minutos de Manzanillo, se encuentra Natura Camp, un campamento ecoturísti­co donde puedes deslizarte sobre la copa de los árboles.

El circuito está conformado por cinco tirolesas que atraviesan todo el complejo. Para cambiar de cable es necesario que hagas pequeñas caminatas entre la selva y trepes algunos árboles. El tiro más alto está por arriba de los 80 metros y alcanza una longitud de 450.

Al finalizar el circuito, los guías te llevan a conocer su UMA (Unidad de Manejo Ambiental), una reserva para conservar la vida de los venados cola blanca.

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 ??  ?? Surf en Tecomate, una playa de Manzanillo.
Surf en Tecomate, una playa de Manzanillo.
 ??  ?? Campamento en la cumbre del Nevado de Colima.
Campamento en la cumbre del Nevado de Colima.
 ??  ?? Picnic personaliz­ado, en la Hacienda de San Antonio, cerca de Comala.
Picnic personaliz­ado, en la Hacienda de San Antonio, cerca de Comala.
 ??  ?? Jarabe de Palo tocará gratis en el Festival Internacio­nal del Volcán.
Jarabe de Palo tocará gratis en el Festival Internacio­nal del Volcán.
 ??  ?? Escultura de Juan Rulfo, en el jardín principal de Comala.
Escultura de Juan Rulfo, en el jardín principal de Comala.
 ??  ?? Vuelo en globo sobre plantíos de caña, en las afueras de la capital.
Vuelo en globo sobre plantíos de caña, en las afueras de la capital.
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 ??  ?? Vista al Volcán de Fuego, desde Comala.
Vista al Volcán de Fuego, desde Comala.

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