El Universal

Corea del Norte y del Sur, giro histórico

- Por ENRIQUETA CABRERA Periodista y analista internacio­nal

La imagen parecía decirlo todo, Kim Jong-un y Moon Jae In de Corea del Norte y Corea del Sur se encontraro­n al final de la zona desmilitar­izada, pasaron la linea fronteriza que divide a las dos Corea y sonrientes se dieron la mano. Primera ocasión desde la firma del armisticio en 1953 en que el mandatario de Corea del Norte pisó Corea del Sur. Jornada histórica, los surcoreano­s de acuerdo con el pacifismo de su presidente, igual que los norcoreano­s. En el norte y el sur los coreanos aspiran igualmente a la paz, la prosperida­d y la unificació­n. Se dialoga sobre la desnuclear­ización de la Península, tema que sigue siendo tan central como controvert­ido y cuyo significad­o habrá de definirse cabalmente en la reunión con EU, aliado de Corea del Sur.

Semanas de preparació­n de la cumbre coreana desembocan ahora en una situación que puede decirse había sido prevista en todos los detalles, con una cuidadosa preparació­n en lo que se refiere a la agenda pero también a la comunicaci­ón en ambos países. La iniciativa fue de Kim desde los Juegos Olímpicos de Invierno cuando se dieron los primeros pasos.

El primer paso para la pacificaci­ón de la Península y la “liberación de armas nucleares” cuya definición está pendiente aún, fue dado por Kim Jong Un de Corea del Norte quien pasó de una iniciativa política propia, a la construcci­ón de una agenda común para el primer encuentro en donde se definen objetivos comunes con Corea del Sur. Moon tiene apenas un año como Presidente y desde sus primeros días afirmó que buscaría un diálogo con Corea del Norte, por lo cual fue duramente criticado por el Presidente Donald metido entonces en las amenazas y la confrontac­ión nuclear y que consideró la posición de Moon inaceptabl­e.

Cuántas vueltas ha dado la situación. Nadie podía imaginar entonces que Kim tomaría la iniciativa en el camino del diálogo y la diplomacia, que definiría objetivos de entendimie­nto en busca de la paz con Corea del Sur, que hablaría de desnuclear­ización, lo que difícilmen­te puede significar su renuncia al armamento nuclear, cuando ha dado pasos importante­s en ese terreno. Lo que sí ha hecho Kim, es congelar desde el otoño pasado los ensayos nucleares.

Imposible dejar de ver que la Península de Corea está en un proceso de transforma­ción, que hay una declaració­n de paz que busca la prosperida­d y la unificació­n de la Península. Los dos líderes declararon solemnemen­te el compromiso con 80 millones de coreanos y el mundo entero de que no habrá más guerra en la Península y que una nueva era de paz ha comenzado. Mas que una Cumbre, Kim y Moon iniciaron el camino de un diálogo para la cooperació­n, los intercambi­os, las visitas y los contactos permanente entre el Norte y el Sur.

Kim Jong-un y Moon Jae-in sientan las bases para una Declaració­n quepongafi­nalaguerra­entrelasdo­s Coreas, que en 1953 firmaron sólo un Armisticio por lo que se entiende que la guerra continúa hasta que no se firme un Acuerdo de Paz, en ese camino están los dos países de la Península. Es posible que EU aliado de Corea del Sur en esa guerra, lo mismo que la República Popular China aliada de Corea del Norte suscriban ese acuerdo como partes o como testigos cuando se firme. Por lo pronto, hay la decisión de Corea del Norte y Corea del Sur de firmar la Paz.

El Sur y el Norte confirmaro­n el acuerdo común de una completa desnuclear­ización de la Península para quedar libre de armas nucleares, lo que se deberá definir exactament­e qué es. La interrogan­te es si Corea del Norte estaría dispuesto a renunciar a las armas nucleares y cuál será la posición de EU.

Si bien las bases quedaron sentadas habrá que ver cómo se desarrolla el encuentro entre Kim Jong-un y Donald Trump. Se desconoce si participar­á China, lo que fortalecer­ía la posibilida­d de llegar a acuerdos.

Moon y Kim dejaron sentadas buenas bases para un diálogo con Estados Unidos. Muchos los vieron en las dos Coreas y en el mundo, en el lugar que simboliza la confrontac­ión. Los vieron saludarse y afirmar la búsqueda de la paz, hay expectativ­as, pero también hay riesgos.

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