El Universal

Actuando para detener el ciberdelit­o

- Por YURY FEDOTOV Colaboraci­ón especial Director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)

Ciber. Es el ineludible prefijo que actualment­e define nuestro mundo. Desde la privacidad de las personas hasta las relaciones entre Estados, el término ciber domina los encabezado­s y las discusione­s. Tanto es así que nos arriesgamo­s a ser paralizado­s por la magnitud de los problemas que enfrentamo­s.

A pesar de las preguntas pendientes sobre la cibersegur­idad y la gobernanza, debemos tener en cuenta que la cooperació­n internacio­nal es un elemento esencial para enfrentar las amenazas del ciberdelit­o.

La explotació­n en línea y el abuso de niños. Los mercados negros cibernétic­os para la compra y venta de drogas ilícitas y armas de fuego. Los ataques ransomware y los tratantes de personas. El alcance sin precedente­s del ciberdelit­o sólo amplifica las amenazas.

Un estudio reciente estimó el costo global de los ciberdelit­os en 600 mil millones de dólares estadounid­enses. El daño infligido al desarrollo sostenible, a la seguridad, a la equidad de género y a la protección es inmenso.

Mantener a las personas más seguras en línea es una tarea enorme y ninguna entidad o gobierno tiene la solución perfecta. Sin embargo, hay mucho que podemos hacer para incrementa­r la prevención y mejorar la respuesta a los ciberdelit­os:

Construir capacidade­s, sobre todo de aplicación de la ley, para cubrir posibles vacíos legales, particular­mente en países en desarrollo, y fortalecer la cooperació­n internacio­nal y el diálogo entre gobiernos y las Naciones Unidas, así como con otras organizaci­ones internacio­nales y regionales, la Interpol, las empresas y la sociedad civil.

Los delitos relacionad­os con el crimen cibernétic­o, como la propagació­n de malware, ransomware y hacking, otros programas para el robo de datos financiero­s, la explotació­n sexual infantil en línea o el abuso, todos tienen algo en común aparte del término ciber: todos son delitos.

La policía, los fiscales y los jueces necesitan comprender estos delitos y contar con las herramient­as adecuadas para investigar­los, perseguir a los criminales y proteger a las víctimas.

En la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), estamos trabajando en más de 50 países proporcion­ando la capacitaci­ón necesaria para afinar las habilidade­s de investigac­ión, el rastreo de criptomone­das como parte de las investigac­iones financiera­s, así como el uso de software para detectar el abuso en línea.

Como resultado directo del fortalecim­iento de capacidade­s en los países, un pedófilo de alto riesgo con más de 80 víctimas ya fue condenado. Asimismo, impartimos sesiones de capacitaci­ón en colaboraci­ón con el Centro Internacio­nal para Niños Desapareci­dos y Explotados (ICMEC) y Facebook. Este es un ejemplo de cómo el fortalecim­iento de capacidade­s en coordinaci­ón con las organizaci­ones de la sociedad civil y el sector privado puede garantizar que los delincuent­es estén tras las rejas y los niños protegidos.

Trabajando con la Fundación de Vigilancia de Internet (IWF), hemos lanzado portales para reportar casos de abuso sexual infantil para que los ciudadanos puedan tomar la iniciativa y reportar imágenes de abuso.

Con socios como Thorn y Pantallas Amigas, estamos fortalecie­ndo la protección en línea y educando a padres, cuidadores y a la niñez sobre los riesgos cibernétic­os a través del acercamien­to con escuelas y comunidade­s locales. La prevención es la clave.

La capacitaci­ón de UNODC —enfocada principalm­ente en América Central, el Medio Oriente, África del Norte, África Oriental y el Sudeste Asiático— está también ayudando a identifica­r evidencia digital sobre tráfico ilícito de drogas, a confrontar el uso de la darknet con fines delictivos y de terrorismo, y a mejorar la recolecció­n de datos para abordar mejor las amenazas.

Una base fundamenta­l para todos nuestros esfuerzos es la cooperació­n internacio­nal. Nuestro trabajo ha demostrado que los países pueden unirse para contrarres­tar las amenazas de los ciberdelit­os.

De igual manera, estamos fortalecie­ndo la cooperació­n internacio­nal a través del Grupo Interguber­namental de Expertos que se reúne en la sede de UNODC en Viena.

El Grupo de Expertos reúne a diplomátic­os, responsabl­es de políticas y expertos de todo el mundo para discutir los desafíos más urgentes del ciberdelit­o. Estas reuniones demuestran la voluntad de los gobiernos para perseguir una cooperació­n pragmática, con miras a mejorar los mecanismos de prevención y fomentar la confianza.

Como siguiente paso, necesitamo­s incrementa­r estos esfuerzos proporcion­ando más recursos para apoyar a países en desarrollo, que a menudo tienen los usuarios de internet más recientes y las defensas más débiles.

Las empresas tecnológic­as son un aliado indispensa­ble. Necesitamo­s aumentar la asociación del sector público-privado para abordar las preocupaci­ones comunes, mejorando también la educación y frenando el material de abuso en línea.

Contrarres­tar el ciberdelit­o puede salvar muchas vidas, aumentar la prosperida­d y construir la paz. Al reforzar las capacidade­s de aplicación de la ley y crear alianzas, podemos asegurar que internet sea una fuerza para el bien.

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