Para un recién nacido
Durante los primeros tres meses, el pequeño puede requerir hasta cinco cambios de ropa al día, ya que suele ensuciarse o mojarse con facilidad y no es conveniente mantenerlo con las prendas húmedas o con residuos de leche.
Por ello, se debe contar con entre seis y ocho mudas completas: bodies (piezas de manga corta o larga que se abrochan a la altura del pañal y dejan sus piernas al descubierto) y pijamas que cubran todo su cuerpo. Éstas últimas serán de las prendas que más utilice en dicho periodo. También hay que tener cinco pares de calcetines, dos gorros, dos manoplas tejidas, tres baberos y un par de cobijas de diferente grosor para cubrirlo dentro de casa o en caso de salir.
Considera aumentar ese número de prendas solo si no puedes lavar a diario su ropa, pero lo recomendable es no excederte de esta cantidad, ya que rápidamente dejará de utilizar las piezas.
A partir de los seis meses, los pequeños adquieren mayor movimiento, así que la ropa no debe ser muy holgada, mucho menos ajustada. Si por alguna razón tienes que sacarlo seguido a la calle, cuenta al menos con un par de suetercitos tejidos.
A tomar en cuenta
“La ropa del bebé debe cumplir con tres características: debe ser cómoda, fácil de poner y segura”, advierte Anamargara Rodríguez. Lo ideal es escoger prendas elaboradas con algodón pues minimizan el riesgo de alergias, no retienen humedad como otros materiales, son mucho más resistentes y aguantan varias lavadas.
Los bodies, por ejemplo, tienen un cuello amplio para poderse poner y quitar sin lastimar al recién nacido. Se abrochan a la altura del pañal para que, al quitarlo, no represente mayor problema.
Siempre hay que procurar que las piezas de tu hijo se ajusten por enfrente para no incomodarlo y también para que esta tarea le resulte más sencilla a los padres.
Respecto a la seguridad, deben evitarse las prendas con cremalleras, porque se corre el riesgo de lastimar al pequeñito.
Asimismo, procura descartar aquellas que tengan detalles como cintas, lazos o grandes moños que, a la postre, pueden resultar peligrosas para el bebé.