La Universidad es de México
Desde que inicié mis estudios, la UNAM se convirtió no sólo en mi segunda casa sino también en el lugar donde terminé por encontrar y cultivar por mi vocación. Con el tiempo he logrado convencerme de algunos hechos que aquí narro. El primero de ellos es que uno obtiene todos los cimientos en el hogar. El núcleo de cualquier ser humano es el seno familiar, en el que se inculcan los valores y el carácter se forma. Ya en la Universidad, uno descubre que cada uno de esos cimientos son los que salen a relucir y posteriormente ayudan a construir el futuro de lo que es y será nuestro bello país.
Y es que, el segundo hecho que aquí relato es que la Universidad representa la esperanza conjunta de esta gran nación. Esto lo digo basado en experiencia de campo, ya que a cualquier lado al que voy y existe una problemática, de cualquier ámbito, si hay algún Puma por ahí, tomando muestras, analizando o tratando de ver las vicisitudes que se presentan, en automático, la gente sabe que el problema se resolverá.
En mi paso por la Universidad he descubierto aun más cosas. Debilidades, virtudes y capacidades. Durante mis largos semestres de facultad aprendí el valor del tiempo y del esfuerzo. Me di cuenta que he llegado hasta aquí y podré llegar más allá gracias al apoyo de mis padres. Y a pesar de que no tuve una beca, conocí grandes personas que gracias a los apoyos institucionales pudieron seguir adelante con sus estudios. Ahora, ellos ayudan, junto conmigo, a plantear un futuro sustentable para nuestro país.
Es por eso que las organizaciones como Fundación UNAM son estrictamente necesarias. La labor que estas desempeñan para el nacimiento de más Pumas es grandiosa, con resultados palpables y visibles en todos los ámbitos. Ya que gracias a la educación es como se puede salir verdaderamente adelante, y el apoyo que una institución como lo es Fundación UNAM ayuda a alcanzar esta valiosa meta.
Mi experiencia tras concursar en el premio Fundación UNAM-CFE Energía 2016 es simplemente fantástica. Me llenó de sentimientos e ilusiones. La incertidumbre tras la espera del anuncio de los ganadores fue creciendo conforme los meses pasaban y, de pronto, una llamada: “Eres ganador”. El tiempo se detuvo y, por un segundo, mi cuerpo y alma se llenaron de felicidad. El momento de la premiación, saber que gané el primer lugar, se convirtió en la mejor culminación de mi trabajo de tesis.
Los premios que las empresas e instituciones organizan para galardonar al talento nuevo son de gran importancia, ya que motivan y vinculan a la academia con la industria. Soy un fiel creyente de que este vínculo es necesario en una sociedad, ya que de esa forma la industria apoya a la academia y la academia se asegura que las cosas vayan por el camino del bien, por la sustentabilidad. Doy gracias a Fundación UNAM por la oportunidad de participar y, a su vez, doy gracias a la CFE por donar el dinero para los premios.