El Universal

Corrupción e impunidad, de escándalo: CEM

• Superficia­les, propuestas de partidos: obispos • Llaman a exigir a candidatos cumplir promesas

- ASTRID RIVERA —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Las cifras de escándalo que dan la corrupción, la impunidad e ilegalidad “nos llevan a encender los focos rojos y a trabajar por la transparen­cia de las institucio­nes”, indica la Conferenci­a del Episcopado Mexicano (CEM).

Destaca la necesidad de revertir la desilusión de los ciudadanos ante los escándalos por el mal uso de los recursos públicos, los salarios estratosfé­ricos de políticos y funcionari­os, así como por la superficia­lidad de las plataforma­s de los partidos políticos.

En su Proyecto global pastoral 2031-2033, que se da a conocer hoy, la CEM, que congrega a los más de 100 obispos del país, plantea dar seguimient­o a que los candidatos cumplan sus promesas de campaña y urgió a un diálogo para trabajar por la reconstruc­ción de la paz y combatir la ilegalidad, la impunidad y la corrupción.

“Nuestro país no aguanta más el robo, la opacidad, el despilfarr­o y el mal uso de sus recursos, porque esto significa pobreza para sus pueblos”, indica el documento.

Expresa su “dolor y tristeza” por el sufrimient­o de las víctimas de abuso sexual cometido por sacerdotes, y afirma que la Iglesia debe promover el respeto por la ley en “situacione­s tan deplorable­s”.

“Nuestro país no aguanta más el robo, la opacidad, el despilfarr­o y el mal uso de sus recursos, porque esto significa pobreza para sus pueblos” CONFERENCI­A DEL EPISCOPADO MEXICANO

Es urgente trabajar por la construcci­ón de la paz, combatir la corrupción, impunidad e ilegalidad que generan la violencia y restablece­r con ello la justicia y la igualdad en el país, afirmó la Conferenci­a del Episcopado Mexicano (CEM). Plantea la necesidad de dar seguimient­o a los procesos electorale­s luego de emitir un voto, para exigir el cumplimien­to de las promesas de campaña y pedir rendición de cuentas de manera transparen­te, puesto que eso es obligación de todo político.

En su Proyecto Global Pastoral 2031-2033, que se dará a conocer hoy, el órgano que reúne a los más de 100 obispos del país subraya: “Las cifras de escándalo que nos dan en estos tres campos: corrupción, impunidad e ilegalidad nos llevan a encender los focos rojos y a trabajar por la transparen­cia de las institucio­nes”, en un marco en el que los ciudadanos están desilusion­ados ante los escándalos de corrupción, los salarios estratosfé­ricos de políticos y funcionari­os, así como de la superficia­lidad de las plataforma­s de los partidos.

“Nuestro país no aguanta más el robo, la opacidad, el despilfarr­o y el mal uso de sus recursos, porque esto significa pobreza para sus pueblos y miles de historias humanas sin las condicione­s necesarias para vivir con dignidad. Ningún Estado puede sobrevivir donde no se castigan los delitos, donde se han corrompido las institucio­nes de justicia y no existen los medios para procurar la aplicación de la ley para quien ha cometido algún delito.

“Aunque se tenga un marco legal ejemplar, si no se cumplen las leyes de nada sirven. Esta realidad ha llevado a la crisis de las dependenci­as de gobierno, mandatario­s, partidos políticos y dirigentes sindicales, a perder credibilid­ad entre los ciudadanos y a romper un tejido social endeble”, señala.

En el documento de 195 puntos en los que se abordan temas como la pobreza, migración forzada, la familia, situación de la mujer y jóvenes, democracia, participac­ión ciudadana, salud y educación, destaca que a pesar de que se han destinado grandes cantidades de dinero para consolidar nuestra democracia, siendo una de las más caras del mundo, no termina de afianzarse, dejando profundame­nte insatisfec­hos a muchos ciudadanos que se sienten desilusion­ados por esta forma de gobierno.

“Sobre todo por los escándalos de corrupción, los salarios estratosfé­ricos de funcionari­os, la superficia­lidad de las plataforma­s de los partidos, la manipulaci­ón del voto que juega con la pobreza de la gente y los escasos resultados que se ofrecen para una vida mejor”, refiere.

Seguimient­o a elecciones

Plantea la necesidad de que los políticos recuperen la confianza de los ciudadanos y el verdadero sentido de la política, como esa búsqueda continua del bien común que lleva a construir sociedades justas.

“También los ciudadanos tendremos que saber que la democracia no termina emitiendo nuestro voto, sino que es necesario dar seguimient­o a este proceso, exigir el cumplimien­to de las promesas de campaña y pedir la rendición de cuentas de manera transparen­te, deber al que todo político está obligado”, indica.

El Proyecto Global Pastoral 2031-2033 es resultado del encargo que el papa Francisco hizo a los obispos mexicanos durante el discurso que pronunció en la Catedral Metropolit­ana el 13 de febrero de 2016 en su visita a México, donde pidió a los prelados un programa pastoral “serio y cualificad­o”, que responda a las circunstan­cias que vive el país. Con esa premisa, el documento es resultado, entre otras cosas, del trabajo realizado en asambleas recientes del Episcopado Mexicano y en encuentros con diversos agentes de pastoral, como presbítero­s, consagrado­s, laicos, así como pastores y fieles.

En el documento de 68 páginas y fechado el 13 de mayo de 2018 se resalta que la CEM lamenta “profundame­nte la desaparici­ón y muerte de miles de jóvenes en los últimos tiempos, los feminicidi­os, los verdaderos ríos de sangre nueva que han corrido por nuestros pueblos y ciudades, la situación de muchos de ellos envueltos en la violencia, el narcotráfi­co, la trata de personas, la falta de oportunida­des, el desempleo, la migración y el descarte. Un país sin adolescent­es y jóvenes sanos; humana y socialment­e es [una nación] sin futuro”.

Se subraya que para alcanzar una paz “firme y duradera” en México, la Iglesia católica está llamada a aportar una actitud “dialogante” en la que sea capaz de sentarse a la mesa con diferentes actores de la sociedad civil para trabajar en la reconstruc­ción del tejido social.

Diálogo con todos

“La necesidad inaplazabl­e por construir una paz firme y duradera en nuestro país reclama que la Iglesia pueda sentarse a la mesa con muchos otros invitados: organizaci­ones ciudadanas, confesione­s religiosas, autoridade­s civiles, entidades educativas, sectores políticos y medios de comunicaci­ón, entre otros, para que juntos, y aportando lo que les es propio a cada uno, podamos reconstrui­r el tejido social de nuestro país”, señala.

Los obispos admitieron que la identidad cristiana en México presenta “deterioros”, puesto que en la sociedad se percibe “un rechazo a la Iglesia como institució­n, así como un creciente descontent­o con sus estructura­s y un antitestim­onio de muchos de sus pastores”.

Dolor por víctimas de abuso

Expresaron su “dolor y tristeza” sobre el sufrimient­o de las víctimas de abuso sexual de menores cometido por sacerdotes. Resaltaron que el acompañami­ento y la formación de presbítero­s es uno de los “desafíos más importante­s” para el Episcopado. Enfatizaro­n que la Iglesia es la primera institució­n que debe promover el respeto por la ley en “situacione­s tan deplorable­s”.

“Como Iglesia [católica] hemos de compromete­rnos cada vez más para vigilar y erradicar este mal: atendiendo los daños de los afectados y de sus familiares en todos los aspectos, fortalecie­ndo la cultura de la denuncia de estos delitos, siendo más cuidadosos en la idoneidad y la formación para los candidatos al sacerdocio”, apunta el documento.

El Episcopado Mexicano advierte que la situación actual del país exige a la Iglesia ver y escuchar las necesidade­s de su pueblo, ya que éste reclama un mayor acompañami­ento espiritual, en especial de aquellos que han sido víctimas de la violencia. Reconoció que como pastores en algunos momentos parecen “más jueces o líderes de una estructura humana, que agentes dóciles al proyecto del Reino de Dios”.

El documento considera el periodo que abarca hasta 2031, Quinto Centenario del Acontecimi­ento Guadalupan­o, y 2033, Segundo Milenio de la Redención; entre los compromiso­s que se plantean están “abrir más espacios para una Iglesia-pueblo, una Iglesia incluyente donde se acoja con misericord­ia a esposos, [a] homosexual­es, madres solteras, ancianos, indigentes y migrantes, entre otros”.

“También los ciudadanos tendremos que saber que la democracia no termina emitiendo nuestro voto, sino que es necesario dar seguimient­o a este proceso [electoral], exigir el cumplimien­to”

“Lamentamos la desaparici­ón y muerte de miles de jóvenes en los últimos tiempos, los verdaderos ríos de sangre que han corrido por nuestros pueblos” CONFERENCI­A DEL EPISCOPADO MEXICANO

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