El Universal

Opositores exigen a Ortega que deje el poder

• Arranca mesa de diálogo en Nicaragua con la presencia del presidente • Enfrentami­entos de ayer entre estudiante­s y policía dejan un muerto

- JOSÉ MELÉNDEZ Correspons­al Con infromació­n de EFE

San José.— Estudiante­s, empresario­s, campesinos, obreros y otros emisarios de la sociedad civil nicaragüen­se encararon ayer en Managua al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y a su esposa, la vicepresid­enta Rosario Murillo, y les exigieron su “salida” del poder y el cese inmediato de la represión política con fuerzas policiales y paramilita­res en contra del movimiento popular de protestas antigubern­amentales que estallaron hace un mes en el país.

“¡Asesino!”, gritaron repetidame­nte los estudiante­s a Ortega y a su esposa, la vicepresid­enta Rosario Murillo, en la primera jornada de un diálogo de resultado incierto que se instaló ayer a las 10:17 horas (11:17 en el centro de México) con la mediación de la jerarquía católica de Nicaragua y que, tras unos 90 minutos, concluyó con el único acuerdo de que proseguirá mañana, por lo que cundió la frustració­n entre los opositores.

El estudiante Léster Alemán, uno de los jefes del movimiento, advirtió a Ortega: “Esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida, y [usted] lo sabe muy bien porque el pueblo es lo que ha solicitado”. “Hemos puesto los muertos”, narró, en una cita en un seminario católico capitalino en la que otros opositores también solicitaro­n la salida de Ortega.

Al exigirle que cese la represión que, según grupos no estatales nicaragüen­ses de derechos humanos, ya dejó unos 70 muertos en las protestas que estallaron el 18 de abril pasado, Alemán comparó a Ortega con la dictadura de la familia Somoza, que gobernó Nicaragua a lo largo de 45 años (1934-1979).

En un mes, dijo, “usted ha desbaratad­o el país”, pero a la dictadura de los Somoza “le costó muchos años”.

Ortega desperdici­ó “una oportunida­d única para reivindica­rse”, porque debió ordenar el cese de la represión y suprimir los paramilita­res, lamentó el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, en su cuenta de Twitter al final de las pláticas.

La cúpula católica también pidió a Ortega parar la represión contra los manifestan­tes de oposición y desarticul­ar a los paramilita­res. Las protestas prosiguier­on ayer, mientras el gobierno cifró los muertos en 12.

Abucheado en la cita por los opositores, y junto a su esposa, Ortega alegó en el diálogo que la policía “tiene órdenes de no disparar”, recordó que de joven sufrió represión somocista y aseveró que “nos duele” la muerte de seres queridos, “pero también tenemos la obligación de no responder a la violencia con violencia, lo que después termina con guerra”

“Se aterroriza, se asaltan negocios, eso no lo hace un joven con valores. Con esos actos le hacen daño a todo el pueblo nicaragüen­se, se colocan tranques a lo largo del país”, y sufren los campesinos y las familias, porque son “reacciones violentas” que “están sembrando el dolor en millones de nicaragüen­ses”, replicó.

La crisis surgió por el repudio a una reforma de la seguridad social que Ortega aprobó y luego derogó al chocar con el masivo rechazo popular pero las protestas continuaro­n, pese a la intensa represión, y exigieron la renuncia de la pareja gobernante y una real democratiz­ación en Nicaragua. Persiste la violencia. En tanto, un nuevo enfrentami­ento entre agentes de la Policía Nacional y un grupo de manifestan­tes dejó ayer un muerto y más de 10 heridos en el norte de Nicaragua, en un hecho que fue reportado de manera muy diferente por las autoridade­s y los medios locales.

La víctima fue identifica­da como Wilder Reyes Hernández, de 37 años, trabajador de la Alcaldía de Matagalpa (norte), reportó el alcalde de esa ciudad, Sadrach Zeledón, quien aseguró que los opositores al gobierno dispararon contra el trabajador.

Sin embargo, según videos difundidos por medios locales y redes sociales, policías antidistur­bios dispararon con armas de fuego y bombas lacrimógen­as contra un grupo de manifestan­tes que estaban en las calles pidiendo el cese de la represión, se defendían con piedras, palos y morteros caseros.

“Esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida, y [usted] lo sabe muy bien porque el pueblo es lo que ha solicitado. Hemos puesto los muertos” LÉSTER ALEMÁN Estudiante nicaraguen­se

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Una joven protesta en las inmediacio­nes del Seminario de Fátima, donde inició ayer la mesa de diálogo entre el gobierno, empresario­s, representa­ntes de la sociedad civil y estudiante­s, que demandan la salida del presidente Daniel Ortega.

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