Sobre la comida etíope
Me encuentro en el hermoso puerto de Cape Town, en Sudáfrica. Se trata de una de las ciudades dotadas de una historia profunda enraizada en el intercambio comercial y, por supuesto, cultural. En el recorrido que he hecho por este maravilloso país, conocido como The Rainbow Nation, me he encontrado con huellas del intercambio gastronómico entre esta región --la punta del continente africano--. y otras naciones con una gran cocina como la portuguesa, la india y la etíope. Sobre esta última decidí abocarme, principalmente, por mi falta de conocimiento sobre esta cocina y porque, además, en México no existe (o al menos que yo sepa) un establecimiento que ofrezca una muestra de esta gastronomía.
Dirigí mis pasos a Habesha Cafe, ubicado en la localidad de Greenwood en la ciudad de Durban. Se trata de un pequeño restaurante familiar que se enfoca en ofrecer platillos tradicionales preparados al momento. La base de muchos de sus platillos es el injera, elaborado con teff, y se asemeja a una crepa que a la vez puede funcionar como una tortilla, como un plato o, bien, de acompañamiento como el pan. De entrada, opté por el tihlo, que consistía en pequeñas bolitas de masa tostada que acompañaban una especie de picadillo de res especiado y picante, como el picor cuando se añade mucha pimienta con dejos de chile. Luego, de plato fuerte, el tibs firfir que es como un estofado con trozos de cordero cocinados en una pasta de tipo curry y al que se le incorporan trozos de injera.
Lo que más me llamó la atención fue el servicio de café, que es una de las tradiciones etíopes más importantes en la mesa. El estilo de llama Jebena y su nombre se le atribuye a la jarrita de barro que se utiliza para preparar y servir el café. El ritual lo lleva a cabo una mujer y empieza con el tostado de los granos de café en una olla. Anteriormente, se utilizaba carbón para realizar este proceso y hoy se utilizan hornillas eléctricas; sin embargo, la ceniza aún es importante y ésta se esparce alrededor de la mesa para ofrecer respeto a los ancestros. Después, el café se muele a mano, se infusiona y se cuela para servirse en pequeñas tazas que se llenan hasta el borde. Una particularidad de la manera de preparar esta bebida en Habesha Cafe es que agregan trozos de jengibre fresco durante el proceso de infusión, por lo que el café adquiere un toque bastante particular.
Finalmente, cuando se presenta el café en la mesa se acompaña con un tazón lleno de palomitas de maíz. La razón de esto es que, al tratarse de un ritual, elaborar una taza de café lleva su tiempo por lo que las mujeres que se dedican a esto comenzaron a ofrecer palomitas de maíz a manera de botana para aquietar la espera.
Viajar es intentar comerse el mundo a mordidas y un buen café siempre da alegría a cualquier recorrido.