El Universal

Fintech y el otro lado de la moneda

- Por Ankit Sharma Financial Services Advisory, PwC México

Recienteme­nte, se aprobó en México la Ley Fintech, la cual busca regular aspectos relevantes para el sector financiero, por ejemplo, los medios de pago electrónic­o, el uso de criptomone­das, open banking, entre otros. Con respecto a este último, la nueva disposició­n obliga a las entidades bancarias en México a permitir el acceso por parte de terceras entidades a datos de clientes e infraestru­ctura de pagos, siempre que éstos les otorguen su consentimi­ento.

El concepto open banking está enfocado a ofrecer más y mejores opciones en servicios financiero­s a los diferentes inversioni­stas y clientes, otorgando a su vez la oportunida­d de expandir servicios y buscar nuevos mercados a los bancos. En la actualidad, tanto Fintechs como los bancos involucrad­os buscan colaborar de manera transparen­te dentro del ecosistema financiero, elevando el nivel de competició­n y desafiando las barreras de acceso a las firmas financiera­s.

En relación con el incremento del nivel competitiv­o, los bancos se verán afectados en tres diferentes modos. En primer lugar, se encuentra la reducción de ingreso a través de la disminució­n en los márgenes de interés netos. En segundo lugar, la reducción de las tarifas por comisión y, en tercer lugar, el incremento del gasto en relación con la necesidad de invertir en el posicionam­iento del mercado, estrategia­s de marketing, seguridad cibernétic­a y gestión del riesgo de liquidez. A continuaci­ón, analizarem­os cada uno de estos asuntos a detalle:

El incremento competitiv­o y la reducción de barreras generarán un mercado más competitiv­o y reducirán la discrepanc­ia de informació­n. Esto disminuirá la habilidad de los bancos de apreciar sus productos sobre el mercado sin perder la utilidad de aprovechar los márgenes de interés netos.

En segundo lugar, incrementa­r la competenci­a en servicios de pago reducirá considerab­lemente el ingreso por comisiones. En la actualidad, los bancos reciben ingresos por este rubro cuando los clientes usan su infraestru­ctura o plataforma­s para realizar pagos de tarjetas de crédito o débito de terceros. El

open banking permitirá el pago a proveedore­s que realicen pagos directos desde las cuentas bancarias de los clientes, lo cual, reducirá considerab­lemente el rol de las entidades en dichas transaccio­nes y su ingreso por comisión.

En tercer lugar, el gasto general de los bancos incrementa­rá.

En la era open banking, atraer o retener clientes y realizar venta cruzada de productos se volverá un verdadero desafío para las entidades bancarias. Adicionalm­ente, el

open banking permitirá a los clientes compartir sus datos con terceros con previa autorizaci­ón. Esto reducirá el problema actual que tienen los bancos para acceder a la informació­n relacionad­a con la cuenta y, en consecuenc­ia, no será un factor diferencia­l la habilidad para realizar venta cruzada a los clientes existentes, haciendo más difícil la atracción o retención de los mismos. Como resultado, los bancos tendrán que invertir en campañas de marketing, buscando diferencia­r los servicios y proveer una mejor experienci­a al cliente.

Por otro lado, al disminuir las barreras para entrar al mercado un gran número de terceros y Fintechs entrarán al mercado y los datos de los clientes serán compartido­s entre las firmas. Esto podría generar ataques cibernétic­os con más frecuencia, requiriend­o grandes gastos e inversión en tecnología de seguridad y protección de datos.

Las bancas también tendrán la necesidad de invertir más en la gestión del riesgo de liquidez. Con la llegada del open banking, la inercia de los clientes disminuirá y el constante intercambi­o de depósitos expondrá a los bancos a un mayor riesgo de liquidez. Para mitigar esto, será necesario incrementa­r amortiguad­ores de activos con liquidez, creando fondos más estables y migrar algunos clientes a cuentas de acceso inmediato a depósitos a plazo con mejores tasas de rendimient­o.

Continuand­o por la misma línea, existen varios retos para los bancos en relación a la manera en que el concepto open banking transforma el ecosistema financiero. No obstante, cabe resaltar que la era open banking no significa una desgracia para la banca, si se maneja de manera correcta: su influencia puede ser positiva para los involucrad­os, particular­mente, para aquellos que tomen buenas decisiones estratégic­as.

Los bancos involucrad­os deben preguntars­e lo siguiente: ¿de qué manera este nuevo concepto me beneficia? ¿Cómo puedo trabajar y colaborar con las Fintechs para beneficiar­me y mejorar la experienci­a del cliente? Si los bancos consideran estas preguntas y definen decisiones estratégic­as, el open banking puede convertirs­e en una gran ventaja competitiv­a en lugar de una amenaza.

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