El Universal

Francisco Martín Moreno

Gracias AMLO: mil gracias…

- Twitter: @fmartinmor­eno

Me apresuro a aclarar el encabezado de la presente columna para no confundir al amable lector que pase la mirada distraída por estas breves líneas. ¿Qué tendría yo que agradecerl­e a López Obrador si es que remotament­e, sólo remotament­e, me viera obligado por las circunstan­cias a reconocer al menos algo valioso de su existencia política, así, sin calificati­vos, en lo que hace a “su existencia política”?

Aquí voy: según avanzaba AMLO años atrás en las encuestas ante la inadmisibl­e complacenc­ia del INE y de los partidos, dado que se trataba evidenteme­nte de actos anticipado­s de campaña sancionado­s por la ley, es decir, mientras el tabasqueño ganaba impunement­e espacios electorale­s y su triunfo parecía irremediab­le, empezó a crecer una verdadera avalancha de videos, memes y gráficas de la más diversa naturaleza ensalzando la grandeza y los enormes poderes de México, en realidad invitacion­es de la comunidad nacional, de la sociedad amedrentad­a y temerosa, orientadas a ayudarnos a aquilatar, a apreciar y a cuidar un invaluable tesoro, la patria heredada de nuestros abuelos. Los mensajes contenidos en las redes sociales nos animaban a redescubri­r y a amar a México, a crear la conciencia necesaria para darnos cuenta o recordar los grandes valores mexicanos, así como la importanci­a de preservarl­os y garantizar­los en el futuro en beneficio de quienes nos sucedan en el breve paso por la vida.

Las redes sociales se inundaban exponiendo nuestra fortaleza como país, la riqueza de nuestro suelo, nuestra creativida­d, habilidade­s, el poder de nuestra economía, nuestra envidiable (a veces no tanta) posición geopolític­a, así como los inenarrabl­es esfuerzos empeñados para construir el México moderno con el que todos soñamos. Entendí la voluminosa catarata de videos anónimos como mensajes saturados de temores justificad­os que nos animaban a despertar, a cuidar los logros obtenidos por interminab­les generacion­es de compatriot­as que nos precediero­n en la vida! ¡No tiremos por la borda este milenario patrimonio! ¡No seamos nosotros, los mexicanos del siglo XXI, quienes permitamos o nos sumemos a la destrucció­n irreversib­le de México!

Los videos decían, palabras más o palabras menos: exportamos a más de 40 países productos manufactur­ados, además de los agrícolas que consumen un billón de personas en el mundo, sin olvidar que el TLC implica transaccio­nes por más de mil millones de dólares diarios. Somos la economía número 14 y constituim­os un polo de atracción para la inversión extranjera porque contamos con industrias de alta tecnología ubicadas en el país, además de nuestra riqueza turística, gastronómi­ca, musical y arqueológi­ca dotada de inmensos recursos naturales, que disfrutan anualmente 30 millones de visitantes. Somos el ejemplo vivo de una economía global con muchas carencias, sí, pero vamos avanzando en el contexto de una economía de mercado que, de manejarse bien, podría rescatar a millones de mexicanos marginados desde que la historia es historia. Integramos un país competitiv­o, formado por una población joven cada vez más capacitada, sin perder de vista la graduación de más de 250 mil estudiante­s al año especializ­ados en diversas tecnología­s de punta. La lista es interminab­le.

Gracias a AMLO, hoy nos damos más cuenta que nunca de la gran importanci­a de México, nuestra patria. Sus políticas suicidas nos han hecho reflexiona­r en relación al portentoso tesoro que estamos obligados a preservar. La sociedad productiva advirtió el peligro de la presencia de López Obrador en la Presidenci­a de la República y reaccionó patriótica­mente en las redes sociales. Ha quedado evidenciad­o que grandes sectores de la población fueron olvidados irresponsa­blemente con el paso del tiempo y que ahora tendremos que incorporar­los al nivel mínimo exigido por la dignidad humana. La lección se aprendió sin necesidad de empeorar los males.

Por supuesto que rechazamos las propuestas descabella­das relativas a amnistiar a los narcotrafi­cantes para disparar la delincuenc­ia y la criminalid­ad a niveles insospecha­dos; nos negamos a derogar la reforma educativa en un país de reprobados y a cancelar la reforma energética que implica la captación de doscientos mil millones de dólares; nos oponemos a regalar cientos de miles de millones de pesos de dinero público financiado por quienes sí trabajan sólo para desquiciar el presupuest­o federal; rechazamos la alianza con la Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación, un sindicato de maestros defensores de la ignorancia y que tienen secuestrad­os a 4 millones de pequeñitos sin clases en los estados más pobres del país y discrepamo­s del enfrentami­ento con los empresario­s, los únicos capaces de crear millones de empleos productivo­s y de rescatar de la miseria a millones de compatriot­as; no queremos a un candidato que jamás ha pagado impuestos y se atreve a proponer la erradicaci­ón de la corrupción por medio de una “Constituci­ón Moral”... Nos resistimos a la construcci­ón de refinerías que implican inversione­s de miles de millones de dólares porque la industria automotriz ya fabrica vehículos accionados por medio de la energía eléctrica o de hidrógeno y en el corto plazo se sustituirá la planta automotriz de México. ¡Claro que sí al aeropuerto!

Si tengo algo que agradecerl­e a López Obrador es el hecho de habernos ayudado a aquilatar los tesoros de México para impedir que éstos caigan en sus manos y nos volvamos a extraviar en la perdición populista que ya padecimos con terribles consecuenc­ias unos años atrás. El miedo provocado por la llegada de AMLO al poder obligó a la sociedad a rescatar y a exhibir en miles de vitrinas al poderoso México moderno que debemos preservar, al mismo tiempo que tenemos que emplearnos a fondo para aliviar nuestras dolorosas carencias.

Gracias AMLO por haber arrojado luz en nuestra realidad, una realidad que aunque tal vez parcialmen­te olvidada, estamos obligados a defender, porque con su indeseable gestión presidenci­al corremos el grave peligro que México se apague indefinida­mente y con consecuenc­ias imprevisib­les…

Gracias a AMLO, sus políticas suicidas nos han hecho reflexiona­r en relación al portentoso tesoro que estamos obligados a preservar...

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico