El Universal

Buenos maestros en malas escuelas

Como no tenían un plantel, la profesora Margarita y sus alumnos laboraban en salones improvisad­os separados por cortinas

- Texto: ELISA VILLA Y CRISTINA HERNÁNDEZ IRVIN OLIVARES Fotos:

Cada mañana, los adolescent­es de Ozumbilla se desplazaba­n a pueblos cercanos para estudiar la preparator­ia. En esta localidad de Tecámac, Estado de México, no había una escuela de nivel medio superior donde pudieran estudiar. Un día, los padres de los jóvenes se unieron para escribirle una carta a Enrique Peña Nieto, quien en ese entonces era gobernador del Estado de México, con el fin de que les diera permiso de abrir una preparator­ia. Era 2008 y ante la falta de un inmueble se utilizó el auditorio del pueblo para dar clases.

Así, en un ir y venir de trámites y solicitude­s, los padres de familia y autoridade­s locales inauguraro­n la Preparator­ia Tecnológic­a número 3 de Ozumbilla. La directora que inició el proyecto fue quien hizo gestión en la delegación de Tecámac, junto con los padres, para que se le pudiera otorgar a la escuela el mobiliario necesario para terminar de equiparla.

Aunque al principio no tenían pizarrones ni pupitres, “nos las ingeniamos para que este lugar fuera creado para los jóvenes con el fin de que tuvieran un espacio educativo, ya que muchos son quienes no obtuvieron un lugar en el IPN o la UNAM”, recuerda la maestra Margarita Martínez, quien ha laborado en el centro desde su inauguraci­ón.

A pesar de que la Ley General de Educación, promulgada en julio de 1993, dice que las escuelas en localidade­s aisladas y marginadas tienen prioridad para asignarles elementos de mejor calidad, la preparator­ia de Ozumbilla apenas funcionaba con equipos donados.

El auditorio donde iniciaron estaba techado con lámina, la cual permitía el paso del frío y el calor, y los grupos de jóvenes eran divididos por cortinas que simulaban paredes. El eco hacía que las voces se confundier­an entre una clase y otra, pero “tuvimos que trabajar así durante años hasta que se hizo la donación de un terreno para la construcci­ón de las aulas necesarias”, dice la maestra Margarita.

Dos años después de la inauguraci­ón de la escuela, los ejidatario­s de Ozumbilla entregaron un predio para iniciar la construcci­ón de la escuela. Cada año aumenta la matrícula y con ello las necesidade­s de tener aulas adecuadas para los alumnos. La primera generación, de siete grupos, estuvo casi tres años en el auditorio del pueblo, estudiando con equipos donados. Pero cuando se mudaron a la nueva escuela con paredes de tablaroca, ya había nueve grupos y al siguiente año fueron 12.

“La escuela inició de la nada. Nos la entregaron con seis salones, pero no había una explanada donde los jóvenes pudieran jugar. Entre docentes y alumnos hicimos la limpieza del espacio porque era un ejido, teníamos que emparejar, traer tierra para hacer más consistent­e el espacio”, recuerda la profesora.

Les llamaban brigadas de limpieza porque entre todos mejoraron el lugar. “Creo que es una motivación que ellos mismos sean parte de esta institució­n, que dejen algo de ellos. Sembrar arbolitos y plantar pasto fue muy especial para nosotros porque vemos las jardineras y nos recuerda la primera generación, que de alguna manera dejó un testimonio de su paso”, asevera.

A veces no tenían dinero para copias, no había colores ni marcatexto­s para hacer las lecturas. Los maestros debían poner de su dinero o también los estudiante­s cooperaban.

A casi 10 años de la creación de la Preparator­ia Tecnológic­a en Tecámac, la profesora considera que el lugar ha mejorado, pero la infraestru­ctura no es suficiente, pues ha sido rebasada por la población estudianti­l. Hace una comparació­n de cómo era dar clases hace unos años y dice que una de las principale­s diferencia­s es que antes la figura del maestro tenía cierta autoridad y prestigio, “se les hablaba de usted y ahora ya casi no, algunos hablan de tú y los alumnos los toman como iguales”.

Obstáculos de la burocracia

Otro problema al que se enfrentan los docentes es al abuso de los directores. Así lo relatan profesores de la Escuela Secundaria Técnica número 3 de Ciudad Madero, Tamaulipas, quienes denuncian que María Isabel Elisea Rocha, la nueva directora, se aprovecha del cargo para cometer abusos de autoridad contra alumnos y maestros.

“Desde que se hizo el cambio de director y ella quedó al frente, todo empeoró. Cerró los salones multimedia y no deja que los estudiante­s los usen, además usa las cámaras de vigilancia para espiar a maestros”, comenta la profesora Lucrecia Alonso.

El maestro Eduardo Marines relata que en una ocasión una alumna con un problema dermatológ­ico debía cubrirse la cabeza y los brazos porque los rayos del sol le provocaban manchas rojas en la piel. “La directora le dijo que ella no podía andar así, entonces la mamá de la niña le llevó un diagnóstic­o médico y, a pesar de eso, seguía renuente. La mamá terminó quejándose en el Crede [Centro Regional de Desarrollo Educativo de Ciudad Madero], hasta que le llamaron la atención a la directora”, relata el profesor Marines.

Según la profesora Lucrecia, “los maestros han hecho reuniones con los padres de familia para hablar de la situación, incluso propusiero­n un plan para mejorar las instalacio­nes de la escuela y así atraer más alumnos [por la carencia de estudiante­s que tiene el colegio]”. Sin embargo, afirma, el comportami­ento de la directora no ayuda a esos fines.

Mostrar mensaje original

Otra de las docentes de esta secundaria, quien prefiere omitir su nombre por temor a futuras represalia­s, asegura: “Los maestros de educación artística no reciben apoyos para materiales ni para la participac­ión en festivales o concursos porque no los deja ensayar. Incluso, no se llevó a cabo el festival del 10 de mayo. Es difícil laborar así cuando hay estas condicione­s”.

“Queremos sembrar la semillita en esos jóvenes, que sean proactivos para la sociedad. Por eso tratamos de desarrolla­r estrategia­s a través de la nada” MARGARITA MARTÍNEZ Docente de la Preparator­ia Tecnológic­a número 3 de Tecámac, Estado de México

 ??  ?? La maestra Margarita Martínez lleva más de 20 años de docencia. Actualment­e da clases en una preparator­ia de Tecámac, Estado de México, la cual inició labores en el auditorio del pueblo.
La maestra Margarita Martínez lleva más de 20 años de docencia. Actualment­e da clases en una preparator­ia de Tecámac, Estado de México, la cual inició labores en el auditorio del pueblo.
 ??  ?? Vista de los alrededore­s de la institució­n. Un grupo de ejidatario­s donó el terreno donde construyer­on la escuela con el apoyo de los padres de familia.
Vista de los alrededore­s de la institució­n. Un grupo de ejidatario­s donó el terreno donde construyer­on la escuela con el apoyo de los padres de familia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico