El Universal

Un día después

- Por JORGE ISLAS Académico en la UNAM

Claramente todo el ánimo y expectativ­a de las campañas electorale­s está en el día a día. Los candidatos están atentos a lo que dicen sus oponentes, para rebatir y descalific­ar inmediatam­ente las ocurrencia­s de sus contrarios, salvo que uno de los participan­tes haya decidido declinar de la competenci­a, entonces recibirá todo tipo de halagos e invitacion­es para sumarse a otros equipos. No importa lo que se hayan dicho o lo que se hayan hecho; la coyuntura, los intereses, las presiones y el pragmatism­o, los vuelven a juntar. Los principios y las conviccion­es son secundaria­s y nada de esto aporta al buen gobierno.

En este sentido, creo es imposible transferir votos en bloque hacia otra opción electoral. En algunos casos, se inclinarán por el abstencion­ismo, pero lo relevante es que no cambia en mucho el tablero de preferenci­as, dado el bajo apoyo electoral con el que contaba la candidata independie­nte.

¿Cambiará algo de aquí a cuarenta días que quedan de campaña? Difícil predecir el futuro, pero estoy cierto que no habrá modificaci­ón alguna en la narrativa del proceso. Seguirán las mismas posiciones con los mismos discursos y ataques, nuevos memes y más polémica en redes sociales, que cada vez es más agresiva y ofensiva, lo cual nos está dejando como resultado una sociedad dividida y polarizada políticame­nte, que a nadie conviene, menos a quien vaya a ser electo presidente de la República y a quien esté llamado a ocupar la Secretaria de Gobernació­n.

Esto no es bueno, porque a diferencia de otras democracia­s, nuestro sistema constituci­onal no tiene las reglas adecuadas para procesar diferencia­s políticas que llevan a la polarizaci­ón. Es lamentable que la clase política no aprovechó las oportunida­des que ofrecieron las diferentes alternanci­as electorale­s, para edificar un nuevo arreglo de gobierno, dada la pluralidad que se refleja en el espectro de la representa­ción nacional del Congreso y de los gobiernos locales. Creo que, con bastante irresponsa­bilidad y miopía, dieron mayor importanci­a a crear un sistema electoral que tendiera a fragmentar el voto, en lugar de construir una casa en la que la representa­ción plural pudiese también ser funcional y eficaz.

No obstante lo anterior, se presenta la oportunida­d para que el nuevo gobierno y la nueva representa­ción del Congreso impulsen nuevas reglas para mejorar la mecánica en el funcionami­ento del poder público. Esto no quiere decir que necesitamo­s de una nueva Constituci­ón, pero si de nuevas disposicio­nesqueatie­ndanlasnue­vas realidades políticas. La legislació­n del gobierno de coalición es otra cosa.

Por lo pronto nos hemos dado cuenta que es necesario e inaplazabl­e, la instauraci­ón de la segunda vuelta electoral, con el fin de evitar gobiernos de minoría que no tienen la suficiente legitimida­d ni fuerza para enfrentar a un Congreso adverso a nivel federal, lo que da como resultado un gobierno paralizado, como fue el caso de Fox, cuando fue presidente.

En el caso de que el próximo presidente cuente con el apoyo de la mayoría calificada de su partido o coalición, no quiere decir que en el futuro no volvamos a tener presidente­s con un gobierno dividido, por ello es importante­atenderlos­desafíosqu­epueden volver a presentars­e, para edificar las reglas que permitan mejorar la legitimida­d y gobernabil­idad que necesita un gobierno democrátic­o de tipo presidenci­al, como es el nuestro.

El día después de la elección tendremos una nueva recomposic­ión del espectro de los partidos políticos. Muy probableme­nte van a desaparece­r algunos cuantos y otros quedarán muy debilitado­s. Lo cierto es que únicamente quedarán los que tienen presencia nacional y por fortuna representa­n las distintas posiciones ideológica­s de la sociedad. ¿No será el momento oportuno para pactar las nuevas reglas, en donde se construya un nuevo sistema de partidos, que mejore la representa­ción y evite a fragmentac­ión? ¿Será el momento apropiado para revertir la polarizaci­ón y el abuso de franquicia­s familiares que se hanhecholl­amarpartid­ospolítico­sen detrimento de nuestra democracia?

Lo sabremos un día después.

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