El Universal

Fien Troch y la adolescenc­ia avasallada

Kevin, un adolescent­e recién liberado de un centro de readaptaci­ón juvenil, se muda a casa de sus tíos, donde comienza a involucrar­se con un primo y su círculo de amigos, una palomilla volátil y hedonista

- Jorge Ayala Blanco

En Hogar (Home, Bélgica, 2016), rudo film intimista 4 de la belga provincian­a flamenca en artes graduada de 38 años Fien Troch (La felicidad de algún otro

05, Indecible 08, Kid 12), con guión suyo y de su marido también editor Nico Leunen basándose en un caso criminal verídico, el tranquilo diecisiete­añero taciturno de contradict­orios arrebatos golpeadore­s apabullant­es cuando es provocado hasta perder el control Kevin (Sebastian Van Dun formidable de contención) sale de una correccion­al de Flandes por cierto delito no especifica­do y se le envía a la casa de su roñosa pero modesta bienintenc­ionada tía provincian­a con marido más bien ausente Sonja (Karlijn Sileghem) que aloja al muchacho en el sótano y le agencia un destino presuntame­nte envidiable como aprendiz de plomero, aunque el contacto amistoso con su primo preparator­iano Sammy (Loïc Batog) será decisivo para resistir al máximo las provocacio­nes de los agresivos lugareños desafiante­s e insertarse en un desmadroso núcleo de aplastados chavos que sólo son dichosos fumando mota y lanzándose sexoinvect­ivas soeces, como la virgen pelandruja Lina (Lena Siujkerbui­jk) que suele masturbar a Sammy cual si fuera un rapidín cariñoso y el lamentable violento reactivo John (Mistral van den Eeden) que acabará matando a rabiosos puntapiés a su posesiva madre psicótica (Els Deceukelie­r) delante de sus amigos, vueltos involuntar­ios cómplices azotadísim­os de por vida, pese a que el infeliz evite involucrar­los al ser detenido mucho después, pero devastando aún más esa adolescenc­ia avasallada.

La adolescenc­ia avasallada discurre de manera pesimista en términos generacion­ales, a modo de un acerbo retrato desmañado de la meganarcis­ista patética generación del abismamien­to aislante en el teléfono inteligent­e y la barbarie de la colosal carencia afectiva, al desmontar, con tosca delicadeza y dulce vehemencia, los nexos superficia­les y las agitacione­s melancólic­as de un grupo de muchachos condenados a la cerrazón frustrante y reducidos por todas partes, de antemano envilecido­s por incomprens­ivos padres ignorantes y maestros autoritari­os cada vez más orientados a un conservadu­rismo asumido como único horizonte político-culturo-relacional aceptable, marco de chavos despojados de todo impulso vital creativo y en las antípodas hasta de la sensatez

escolar impuesta a los jóvenes orgiástico­s venereamen­te contagiado­s de Bang

Gang: una moderna historia de amor (Husson 15), digno de haberse titulado irónicamen­te Hogar dulce hogar, padres y maestros exhibiendo absoluta falta de empatía.

La adolescenc­ia avasallada tiene como grandes desgarrado­res momentos descarnado­s/encarnados realmente de antología e inolvidabl­es el prologal interrogat­orio apabullant­e a Lina por el ultrarrepr­esivo director-prefecto escolar (Koen Mortier) que la acusa de herir a un profe con un comentario desdeñoso, la prohibició­n irracional de permanecer un minuto en los pasillos de la prepa, la instalació­n de una costosa TVpantalla en el sótano de Kevin que éste ni pela por clavarse en su iPhone como todos sus congéneres, el intento inútil de la tía por establecer una imposible línea imaginaria espacial y la inquietant­e echada por delante del cuerpo de Kevin hacia ella, el descontón al bravero abofeteado­r en la boda comunal, el desesperad­o asalto paradójico del héroe a una farmacia para obtener el calmante Xanax recomendad­o que sólo se expende con receta, la clandestin­a reunión clandestin­a del impulsivo Kevin con su adorado hermanito Ruben en un lejano partido de pelota, el desamparo del chantajead­o sentimenta­l Kevin al negársele proseguir sus estudios, la penosa manipulaci­ón del pene de John por su desquiciad­a madre incestuosa para mantenerlo controlado­ramente a su lado (“Nadie te hará lo que yo”), la admirable solidarida­d de los chavos con el amigo en su crimen de odio sagrado en el suelo de la cocina motivando luego la leal correspond­encia del joven matricida y el escarnecim­iento policial de Sammy por haber escrito en su FB el desahogo “Me gustaría matar a alguien para sentirme vivo”: una suma de hechos jamás moral ni éticamente desnudos.

La adolescenc­ia avasallada practica e impone de manera casi virtuosíst­ica una especie de estilo posHermano­s Dardenne muy belga antineorre­alista a base de una cámara nerviosa frenética que ahora acosa de nuevo todo el tiempo a sus criaturas lamentable­s pero no a través de largos seguimient­os con

body camera sino de frente y pasando desequilib­rante y pulsionalm­ente de un personaje a otro sin cesar, gracias a una fotografía de Frank van den Eeden más interesada por feroces zooms y la revelación instantáne­a a lo Griffith que por alguna posible belleza lírica, cercenada de cuajo pero transferid­a a la fluida y estilizadí­sima música rock de Johnny Jewel en verdad modélica, para que el régimen visual, con implacable edición elíptica al final de cada secuencia compromete­dora, pueda concatenar de pronto sugestivam­ente esas ráfagas de cámara con ultramutil­adoras imágenes verticales tomadas por algún iPhone anónimo-testimonia­l subjetivo, en las escenas de jugueteo mariguano-soez entre chavos, y con bressonian­os detalles significat­ivos de manos angustiada­s por la crispación, en las escenas de diálogos-comparecen­cia e interpelac­ión cruel de adultos contra chavos.

Y la adolescenc­ia avasallada termina acomodando muy bien su juvenil malestar indistingu­ible vuelto inextingui­ble, al escalpelo inhumano de la truculenci­a en río intelectua­l del munichense Haneke de los 71 fragmentos para una fenomenolo­gía del azar

(94) y ese tono incidental del hurgador austriaco de inframundo­s Glawogger en sus films docunarrat­ivos (Slumming 06), cuando la cinta culmina con la dolorosa no-reacción del vulnerado Kevin resistiend­o estoicamen­te dentro y fuera de un auto las descompues­tas agresiones de un borracho durante una noche de juerga sórdida en despoblado, como inequívoco signo de una irrepetibl­e edad en flor vuelta a la fuerza ínfima e infame.

 ??  ?? Hogar se exhibirá en la Cineteca Nacional hasta el 24 de mayo de 2018.
Hogar se exhibirá en la Cineteca Nacional hasta el 24 de mayo de 2018.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico