Casonas transformadas en hoteles coquetos
Nace un nuevo distintivo en la Ciudad de México que sirve para ubicar esas propiedades que brillan por su intimidad
Hay viajeros que no desean hospedarse en un gran edificio, sino esconderse en una propiedad donde puedan sentirse únicos. Quieren soledad, desayuno casero y que el personal los trate como si fueran amigos de toda la vida. Y, sobre todo, quieren dormir en una suite tan bonita que, al final, se rehúsen a volver a casa.
Para estos sibaritas, en Ciudad de México surgió la iniciativa Hoteles de Barrio. Es un distintivo para encontrar sitios íntimos y lujosos. Es una colección de 10 alojamientos donde el trato es personalizado y domina el diseño.
Cómo surgió
Luego del terremoto del 19 de septiembre, muchos hoteles locales dudaron sobre cómo responder al acontecimiento. Hubo muchas cancelaciones, los huéspedes extranjeros preguntaban si era seguro y ético venir, cuenta Marina Hallebeek, gerente de Casa Goliana.
Los directivos de varios hoteles repartidos por colonias como la Roma y Condesa, se reunieron para platicar cómo se sentían. Al encontrar muchas cosas en común, formaron una especie de grupo de apoyo. De esta experiencia nació Hoteles de Barrio (www.hotelesdebarrio.com).
Todos los hoteles se encuentran alojados en casonas de pocas habitaciones con personalidad propia. El mayor, Carlota, tiene 36; y en La Valise solo hay tres habitaciones. Ofrecen servicios exclusivos: spa o amenidades de lujo.
Cada uno tiene características únicas: Nima, por ejemplo, ha creado tours privados y tiene un
honesty bar (significa que tomas lo que quieres y pagas hasta el final), mientras que El Patio 77 es un bed & breakfast con principios sustentables, y Casa Comtesse ofrece degustaciones de mezcal. También está Casa Malí, cuyas habitaciones son pet friendly.
Algunas de las propiedades fueron restauradas, como Chaya, Casa Goliana, Casa Colima y Busue; estas últimas tres fueron edificadas durante la época porfiriana.