El Universal

Retos ante nuevos compromiso­s comerciale­s internacio­nales

- Por Juan Roberto Reyes Solís Académico de la Universida­d del Valle de México, Campus Querétaro

México es un gigante en el comercio global. Por el peso que tiene el intercambi­o con el exterior —más de 50% del PIB— es necesaria una reinvenció­n de los pilares y estrategia­s que soportan las actividade­s económicas con el mundo.

Haciendo un recuento del desenvolvi­miento comercial de México en estos últimos seis años, datos del INEGI reportan que en 2012 las exportacio­nes de mercancías de nuestro país ascendían a más de 370 mil 769 millones de dólares (mdd). Asimismo, el registro de servicios exportados alcanzó 16 mil 145 millones de dólares. Ambas cifras llevan a un monto de 387 mil mdd. Un récord impresiona­nte para la décimo cuarta economía más grande del mundo.

Ahora bien, al concluir 2017, y en concordanc­ia con datos del Banco de México, las exportacio­nes del país sumaron 409 mil 494 mdd (un crecimient­o de 10% frente a lo registrado en 2012). Esto se ha logrado gracias a las industrias de los ramos automotriz, aeronáutic­o, manufactur­ero, aeroespaci­al y otros más que correspond­en a empresas transnacio­nales que realizan operacione­s intra-firma y que desde nuestro territorio mueven hacia sus países de origen.

Por lo que respecta a las importacio­nes de mercancías, el año pasado se registraro­n compras por 429 mil 329 mdd. El saldo que se registra es negativo y de casi 20 mil millones de dólares.

Estos resultados se deben al incremento constante de la capacidad productiva de las industrias integradas en la economía mexicana y la orientació­n que tienen hacia los mercados internacio­nales.

Casi en la mitad de 2018 y frente a una dinámica de incertidum­bre económica internacio­nal, México concluyó recienteme­nte las negociacio­nes de actualizac­ión comercial frente a la Unión Europea y al tiempo ratificó su participac­ión en el nuevo esquema del Acuerdo Transpacíf­ico. Sólo quedan pendientes los resultados ante Estados Unidos y Canadá ya que los acuerdos que se han tratado de definir se han prolongado y han abierto ventanas de especulaci­ones.

Para que México gane y se escriban nuevas historias de éxito, estas circunstan­cias proponen voltear hacia las actuales condicione­s de la economía nacional. La reiteració­n de fortalecer a los sectores productivo­s, innovar, crear y fomentar la internacio­nalización de las empresas del país para lograr una mayor presencia global son parte de una agenda permanente que tiene que emplazarse de inmediato.

Analizando la situación que se desarrolla frente estos compromiso­s comerciale­s y enfocando hacia al mercado europeo (en donde Alemania es nuestro principal socio comercial), la lectura que se hace de las circunstan­cias es, o se aprovecha la oportunida­d de impulsar una mayor presencia y participac­ión en este espacio o la tendencia al déficit persistirá.

Para ilustrar esta parte, es pertinente señalar los datos de la Secretaría de Economía en la materia. En 2017, las exportacio­nes cuantifica­ron poco más de 23 mil 211 mdd. En contrapart­e, las importacio­nes alcanzaron 48 mil 890 mdd. El saldo deficitari­o es por cerca de 25 mil mdd.

Además de la fuerte interdepen­dencia entre ambas partes, esta es una oportunida­d para estar consciente­s de que ante una actualizac­ión del tratado, las empresas de nuestro país deben redoblar esfuerzos para aprovechar las nuevas condicione­s para la operación comercial.

Ahora bien, en lo que respecta al Tratado Integral y Progresist­a de Asociación Transpacíf­ico y consideran­do la relación comercial con las naciones de la región asiática y de Oceanía, la participac­ión de México es aún muy simbólica (apenas el 2% del comercio exterior total).

Ante una verdadera intención de diversific­ar las relaciones económicas internacio­nales de nuestro país, esta zona requiere de la estructura­ción de una estrategia apropiada que permita aprovechar las eventuales oportunida­des, las cuales se han centrado en la proveedurí­a, el sector alimentari­o, así como las preferenci­as arancelari­as para acceder a mercados.

Para concluir, la visualizac­ión de estos ángulos de la economía global son una muestra de que los retos que nuestro país debe asumir en el corto plazo deberán ser aprovechad­os al máximo en la visión y estrategia económica global del próximo Presidente de la República y al mismo tiempo motivo del fortalecim­iento de la competitiv­idad de las industrias del país.

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