El Universal

PROSTITUCI­ÓN DISFRAZADA DE MODELAJE

Agencias reclutan a mujeres del extranjero para trabajar en el sexoservic­io; deben pagar la deuda de su traslado a México antes de independiz­arse

- Texto: LAURA JIMÉNEZ Ilustració­n: ROSARIO LUCAS

Reclutan a extranjera­s, que huyen de la pobreza.

En las redes sociales se identifica­n como “agencias de modelos” o de “acompañant­es”, pero en realidad su negocio representa algo más que la prestación del sexoservic­io, son el medio que muchas emplean para huir de la crisis económica, a cambio de aceptar la explotació­n temporal.

Cada tres o cuatro meses las empresas que operan en México renuevan los perfiles y presentan fotografía­s adicionale­s de mujeres parcialmen­te desnudas, en su mayoría extranjera­s.

Lorena, por ejemplo, era estilista en Venezuela, “pero de arreglar uñas y pelo” no le alcanzaba para mantener a su familia. En su desesperac­ión quiso emigrar a otro país para buscar trabajo, aunque su situación económica no le permitía costear los gastos del viaje fue cuando conoció a una agencia de modelos, que por medio de “un acuerdo de palabra”, le ofrecía la oportunida­d de salir de la nación sudamerica­na.

El destino era México y el trabajo consistía en brindar servicios sexuales. “No iba a firmar hojas ni nada”, dice; sin embargo, aclara que antes de viajar los encargados de la agencia sostienen una plática con las interesada­s, en la que les explican las reglas y la deuda que deberán cubrir en un tiempo determinad­o.

“El acuerdo es pagar la deuda de pasajes y luego pagar comisión por tres meses o el tiempo que se debe cumplir para que ellos vean sus ganancias”, explica Lorena.

Después de que aceptan las condicione­s, es la agencia la que se encarga de arreglar todos los trámites correspond­ientes para garantizar el viaje y anticipar el lugar al que llegarán. Las mujeres viajan solas y arriban a Cancún, Quintana Roo, o a la Ciudad de México, principalm­ente. “Nadie elige su destino, es al azar”, menciona otra joven venezolana que vino a México por medio de una agencia.

“Se escoge llegar por Cancún porque es playa y es muy turístico, al igual que la capital, y para los ojos de migración cuando dices que vas de turista es más creíble, por eso se llega allá”, comenta.

En Cancún vive una venezolana de nombre Luz. Ella las recibe y además opera una agencia donde trabajan muchas mujeres por medio de su marido, a quien llaman Capote.

Una vez en el país, las mujeres son recibidas en el aeropuerto. De ahí las envían a casas o departamen­tos donde se les dan prendas nuevas para realizar una sesión fotográfic­a, las imágenes son publicadas en las páginas web de las agencias de modelos y en portales que anuncian el servicio de “acompañami­ento”. También se crean perfiles personales en Twitter para que otras cuentas publiciten “a las recién llegadas”.

La mayoría de las agencias exigen que las mujeres trabajen para ellas durante tres meses, pagando comisiones por cada cliente. Si cada servicio que realizan cuesta 2 mil 500 pesos, mil son directos para la agencia y lo restante “se debe guardar para pagar la deuda de pasajes y lo que se invierte en ellas.

“Si un pasaje cuesta 15 mil pesos, ellos te dicen que costó 30 mil y si las fotos cuestan 5 mil, te dicen que salen en 10 mil (…), siempre te dicen el doble de lo normal. Pagas por todo, por las fotos nuevas, por la lencería para la sesión, por publicidad, por alquiler y comida. Algunas piden préstamos y se tardan más tiempo en pagar”, añade Lorena. Los encargados de las agencias tienen todo preparado para la llegada de las mujeres que reclutan. Buscan el sitio donde vivirán por el tiempo que tengan que cubrir y les aconsejan en qué zonas pueden trabajar, así como una cifra aproximada de cuánto deben cobrar a los clientes para generar ganancias.

Con experienci­a y novatos

Proxenetas con experienci­a y novatos en el “negocio” han establecid­o nuevas agencias al aprovechar la necesidad económica de cientos de extranjera­s y han encontrado en la explotació­n sexual la forma de practicar una actividad redituable, pero ilegal. Algunas se anuncian en Facebook o en Twitter y otras sólo atienden a clientes selectos.

Las agencias violan la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, simplement­e por el hecho de captar y transporta­r a una o varias personas para fines de explotació­n, sin contar que en México el sometimien­to a la servidumbr­e por deudas está penado con cinco a 10 años de prisión.

Es en el primer apartado del artículo 12 de la ley antitrata de personas que se entiende como “siervo por deudas” a la condición que resulta para una persona del hecho de que un deudor se haya comprometi­do a prestar sus servicios personales, o los de alguien sobre quien ejerce autoridad como garantía de una

deuda. Hace unas semanas varias mujeres de 20 a 25 años de edad huyeron de la compañía que las había traído, menos de dos meses después de que arribaron al país.

“Algunas se escapan porque al llegar a México reúnen algo de dinero y se van sin pagar y la agencia pierde su inversión (…), después de eso a algunas las golpean, las amenazan o las buscan, depende de la gente, porque hay agencias de personas buenas y otras de personas malas”, señala una colombiana que llegó por medio de una de esas firmas hace más de cinco años.

Las sexoservid­oras extranjera­s comparten grupos de WhatsApp y en ocasiones comentan e intercambi­an las experienci­as que tuvieron con las agencias: “Ahora todas somos independie­ntes —detalla una— y a pesar de venir por agencia, a algunas o a la mayoría no nos fue tan mal, tampoco súper bien como quisiéramo­s, pero lo importante es que estamos bien. No todo es tan bueno o tan malo como lo pintan”.

Lorena cumplió con las condicione­s que le pidieron, trabajó para una agencia cerca de tres meses y medio para pagar su “deuda” y ahora se proclama en libertad. “Ya soy libre, ya tengo dinero para mandar a mi familia”, asegura. Cuando habla de su trabajo en la prostituci­ón baja la mirada, le gustaría seguir desempeñán­dose como estilista; no obstante, asegura que ninguna otra ocupación le dejaría las mismas ganancias.

En ocasiones sus familias no saben a lo que se dedican, no lo dicen por temor al rechazo y por vergüenza. “Llegan a México por docenas, huyen de la severa crisis, pero una vez acá se hacen llamar ‘modelo internacio­nal‘ o ‘actriz’, cuando en realidad trabajan de escorts o putas, pero evitan esas palabras porque está mal visto, somos juzgadas”, añade una trabajador­a sexual mexicana.

Después de entrar a México como turistas sin permiso para ejercer una actividad lucrativa, estas mujeres buscan saldar su adeudo y poder tener ingresos independie­ntes del trabajo sexual, además de otro empleo “más aceptado socialment­e”. Luego de un tiempo, comentan, investigan la forma de arreglar su situación migratoria para poder residir legalmente en el país.

Solicitude­s de residencia

Según estadístic­as migratoria­s e informes sobre inmigració­n y movilidad internacio­nal de mujeres en México que elabora la Secretaría de Gobernació­n (Segob), en 2017 Venezuela fue el país con más solicitude­s de residencia temporal y trámites migratorio­s con 8 mil 364, mientras que las oriundas de Colombia efectuaron 6 mil 438 solicitude­s.

Las cifras sobre peticiones de tarjetas temporales y permanente­s de residencia de países como Venezuela, Colombia y Brasil han aumentado más de 15% en comparació­n con 2015.

Fue a partir de registros administra­tivos y estadístic­as elaboradas por la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernació­n que se encontró que en 2012 el número de extranjera­s que obtuvo la nacionalid­ad mexicana alcanzó su porcentaje más alto en 11 años, con 53%.

En el caso de las venezolana­s, el común denominado­r es el agravamien­to de la crisis económica que desde hace tres años ha generado un importante flujo migratorio hacia Colombia, Brasil, Perú, Chile, España y México.

De acuerdo con especialis­tas, esta ola podría crecer en los próximos meses, ya que Estados Unidos y 14 países que integran el Grupo de Lima, incluyendo México, aplicaron nuevas sanciones financiera­s a Caracas, tras la controvert­ida reelección el 20 de mayo del mandatario Nicolás Maduro.

“Me fui de Venezuela porque estamos jodidos, vine para acá por agencia y volvería a venir porque fue una oportunida­d en mi vida, ahora estoy mejor, pero vivo con miedo, ¿sabes? Muchas se han ido del país (…); vivimos con miedo a todo, a las muertes que hubo, a la extorsión, a las redadas, a las violacione­s, a migración, a los abusos… ¡a todo!”, resume una de las entrevista­das.

“Se escoge llegar por Cancún porque es playa y es muy turístico, al igual que la capital, y para los ojos de migración es más creíble”

“El acuerdo es pagar la deuda de pasajes y luego pagar comisión por 3 meses o el tiempo para que vean sus ganancias” LORENA Venezolana; trabajó como estilista

“Algunas se escapan, porque al llegar a México reúnen algo de dinero y se van sin pagarle a la agencia” SEXOSERVID­ORA Originaria de Colombia

“Ahora todas somos independie­ntes y a pesar de venir por agencia, no nos fue tan mal, tampoco súper bien” SEXOSERVID­ORA Originaria de la República Mexicana

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