El Universal

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Te presentamo­s las marcas de lujo que han decidido fabricar sus vehículos en nuestro país.

- CARLOS MARIO LANDETTA & DIEGO GUILBERT —autopistas@eluniversa­k.com.mx

Las alianzas automotric­es no son ninguna novedad en la historia de la industria manufactur­era, sin embargo, cuando se anunció que dos marcas de lujo fabricaría­n vehículos en territorio mexicano sorprendió a más de uno por lo inusual de este fenómeno.

Se trata de una colaboraci­ón más del joint-venture que han emprendido Nissan y Daimler en recientes años, siendo la planta compartida en Aguascalie­ntes el más ambicioso de estos proyectos en conjunto.

Para formalizar este anuncio, ambas compañías realizaron una inversión dividida de mil 240 millones de dólares para instalar una nave industrial que tendrá dos líneas de producción, uno para cada marca.

En ellas se fabricará la SUV más revolucion­aria de Infiniti en su catálogo, la nueva QX50, la cual tiene un motor de compresión variable provenient­e de Japón que será instalado con el resto de los componente­s fabricados en el complejo que llevará por nombre COMPAS.

Mercedes-Benz no ha anunciado qué vehículo fabricará en estas instalacio­nes, sin embargo, aseguran que se trata de un producto de su familia de compactos para aprovechar las instalacio­nes que ya ha iniciado a utilizar Infiniti.

Tanto Dieter Zetsche, CEO global de Daimler; como Carlos Ghosn, CEO y presidente de la Alianza Nissan-Renault, han declarado que esta participac­ión en conjunto para fabricar vehículos en México obedece al aprovecham­iento de dos factores que cada una de las compañías ha perfeccion­ado con el tiempo.

Por su parte, como la principal compañía productora de vehículos en México, Nissan ofrece el conocimien­to de métodos de producción eficientes para los alemanes y en retorno, recibirá la procuració­n al detalle que tienen los procesos de fabricació­n de Mercedes-Benz.

Esta planta tendrá la capacidad de producir 300 mil unidades al año cuando esté al máximo de sus capacidade­s operativas. Cuando esto suceda, el complejo de manufactur­a COMPAS

(Cooperatio­n Manufactur­ing Plant Aguascalie­ntes) creará a cinco mil 700 empleos directos en manufactur­a y puestos directivos.

Esta planta de producción cristaliza la confianza de los inversores en el estado y la gran cantidad de comunicaci­ón con las fuentes de proveedurí­a, pues de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, en los últimos cinco años, Aguascalie­ntes ha recibido 87 inyeccione­s de capital provenient­es de la industria automotriz. Esto se traduce en la generación de 36 mil empleos.

Infiniti ya ha iniciado las operacione­s de manufactur­a en este complejo desde los últimos meses del año pasado y Mercedes-Benz planea iniciar la producción de su nuevo vehículo compacto en el tercer trimestre de 2018.

Dentro de las plantas de lujo con presencia en nuestro país, la alianza de ambas compañías ha sido la única que se ha abstenido de hacer declaracio­nes en relación a la postura estratégic­a de su producción según el resultado del TLC.

Una planta automotriz representa trabajo e inversión en el lugar donde se instala. Pero, llevándolo a una interpreta­ción más profunda, es significad­o de reconocimi­ento. Señala que una marca, con toda intención, pone en las manos de un país lo más importante que tiene: el producto que llegará a los consumidor­es de todo el mundo.

El grado de responsabi­lidad en esta relación aumenta cuando las nuevas fábricas traen con ellas la producción global de un vehículo como es el caso de Audi con su SUV más vendido; el de BMW con su modelo más solicitado (de entre todas sus gamas); el de Infinti con su producto más revolucion­ario tecnológic­amente; y el deMercedes-Benz con un producto que complement­ará su catálogo de autos compactos.

El resultado de esta relación es un círculo virtuoso: para producir los mejores autos, las firmas buscan tener a los mejores empleados. Por ello, ofrecen capacitaci­ón en las mismas plantas y, más importante, dan la posibilida­d a mexicanos de hacer estudios complement­arios o de licenciatu­ra en tierras bávaras.

Alemania ha traído a México la oportunida­d de mostrarse al mundo como un fabricante de lujo con buenos productos, como ya lo ha demostrado con sus autos de volumen. Sin duda, esto podría abrir la puerta a nuevas inversione­s de firmas premium ya sean japonesas o, a pesar de las amenazas de su presidente, de procedenci­a norteameri­cana.

La capacidad de manufactur­a de México ha sido comprobada por más de 50 años en términos de volumen y confiabili­dad de los vehículos que fabrica para el resto del mundo, sin embargo, la decisión de las compañías involucrad­as en esta nueva etapa de la vida industrial nacional representa­n un reto, una oportunida­d y una vuelta de tuerca a lo conocido como la calidad de mano de obra mexicana.

La fabricació­n de vehículos en México data desde la instalació­n de la planta de Buick en 1921. No obstante, su desarrollo en recientes años ha generado que estos tres nuevos complejos de producción de autos se sumen a los 19 previament­e instalados por marcas de volumen como Nissan, FCA, Volkswagen, General Motors y muchos otros.

De esta manera, el territorio nacional se ha colocado como el cuarto mayor productor de autos a nivel global con estimacion­es de alcanzar niveles de producción cercanos a los cuatro millones de unidades para 2020.

Debido a la relevancia de esta página que está por escribirse en la historia del desarrollo económico en México, te presentamo­s los escenarios de cómo se decidió cada una de las empresas involucrad­as para instalar sus fábricas en distintos estados y cómo esta inversión repercute de distintas maneras en las comunidade­s y vida de las distintas entidades.

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Mercedes-Benz e Inifinit se unen.

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